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sábado, 8 de diciembre de 2012

El poder de una ilusión - Pagina 3

En las ruinas de Avista
Ese mismo día

Las noches de esa región entre el desierto y las montañas, eran bastante frías, en el interior de Avista los berbils seguían su trabajo, los pobladores y sus nuevos aliados acamparon a las orillas donde los guardias hacían sus rondines con voluntarios entrenados en las mañanas por Panthro.
Cheetara y los cachorros esperaban sentados a la luz de la fogata, el regreso de Lion-O
-¿Te sientes bien guepardito? Dijo Wily Kit sentada con su hermano al lado de Cheetara, calentándose con el fuego de la fogata, mientras aguardaban el regreso de Lion-O.

-Espero que regrese pronto. Wily Kit le acarició su larga cabellera.

-Últimamente Lion-O ha estado muy triste guepardito, nadie nos han dicho nada, aunque no somos ningunos tontos, sabemos que esa chica le hizo mucho daño.

Cheetara asintió con la cabeza aferrando sus largas piernas con sus brazos que estaban hinchados por la caminata y el frío.

-Me preocupa mucho que pierda interés en su misión. Dijo con sinceridad, Wily Kit la pellizcó.

-¡Ey! ¿Por qué me pellizcas? Wily Kit la miró enojada.

-¿Y qué pasa con su corazón?

-Claro que me interesa lo que siente, de eso no te debería quedar duda.

-¿Y por qué huyó? Protestó la gatita cambiando de actitud.

-No sabemos si huyo en primer lugar Kit. Tygra y Panthro lo están buscando, estoy segura de que lo encontrarán.

-Pues parece que no han tenido suerte. Wily Kat miró hacia donde Horus, Panthro y Tygra con algunos guardias regresaron.

Cheetara se incorporó alarmada.

-¿Hay noticias de Lion-O?, Tygra negó con la cabeza.

-Me temo que no, al parecer Lion-O fue llevado al área médica junto a Snarf, pero se fue de ese lugar, la médico dijo que tenía lastimado el brazo, he hablado con el consejo y están de acuerdo en buscarlo y preguntar a los habitantes. Panthro se pasaba la mano por su cabeza, disculpándose con los cachorros.

-¡Iré a buscarlo! Cheetara se levantó, estaba agotada por el viaje, sin embargo exudaba preocupación por sus poros.

-¡No!, este no es el momentos de iniciar una búsqueda, debemos ir mañana. Tygra trató de razonar con ella.

-Iré de todos modos, tú puedes buscarle mañana si quieres.

-Entonces iré contigo.

-Puedo cuidarme perfectamente sola Tygra.

-Eres mi pareja, no puedes hacer simplemente lo que te... Tygra se detuvo antes de que dijese algo de lo que se arrepentiría.

Cheetara gruñó a su Tygra que por un momento sintió que había ido demasiado lejos. Los cachorros y Panthro miraron a otro lado, Horus por el contrario le gustaba el chisme y sus ojos estaban muy atentos.

-Escucha dulzura, no quise decir eso. Intentó corregirse.

-Si es así, enfócate en encontrar a Lion-O y menos en tratarme como de tu propiedad.

-¡¡Lion-O!! Wily Kit y Wily Kat gritaron cuando vieron a Lion-O regresando de su viaje, los dos corrieron a recibirle.

-¡¡Estábamos preocupados, creímos que habías huido!!

-¡¿Huir?! ¿Qué? ¡No! Bueno, al menos que yo sepa. Los niños se aferraron a sus piernas, manteniéndole en su sitio.
Lion-O apareció ya bien entrada la noche.
-¿Dónde estabas? ¿Estás bien? Cheetara corrió para ver el cabestrillo de su brazo, con su brazo sano cargaba a Snarf, quien estaba en mucho peor estado, ambos tenían golpes y magulladuras en su cara y brazos con algunos vendajes. Pasó sus manos por su rostro para ver más de cerca los golpes a la luz de las fogatas, Lion-O la tomó de la mano indicándole que no era necesario.

-¿Qué te ocurrió?

-No fue nada, estoy bien, siento haberles preocupados, he hablado con los guardias y les he dicho que no se preocupen, di una vuelta a la ciudad, estaba muy sucio y pasé al aseo, perdí la noción del tiempo.

-¿Sabes el tiempo que hemos estado buscándote, cómo puedes ser tan irresponsable? Tygra se adelantó a Cheetara intentado impresionarla.

-No soy un irresponsable y si me perdonan, ha sido un día realmente cansado...

-¡Ey Chico!, tenemos que hablar contigo, es importante, Panthro puso su mano sobre el hombro de Lion-O con una expresión seria.

-Bien, si no hay más remedio, ¿Cheetara, podrías encargarte de Kit y Kat?

-¿Lion-O, podríamos dormir contigo? Wily Kit preguntó haciendo gestos y sonidos gatunos, él asintió al comprender que los cachorros pensaban que se escaparía si lo dejaban solo.

-Voy a hablar con Panthro y les acompaño, de momento cuiden de Snarf. Wily Kit y Wily Kat sonrieron aceptando gustosamente la tarea, tomaron al felino que siguió en su mundo de ensueño.

-¡Vamos pequeños! Cheetara se llevó a los cachorros con ella a la tienda de Lion-O.

Lion-O escuchó el problema con Soul Sever sentado sobre un tronco.

-Está bien, hablaré con él.

-Y que pasa sobre la emboscada. Panthro insistió en el tema.

-¿Has pensado en algo?

-Pienso que podríamos plantar bombas en la punta del peñasco para provocar un gran derrumbe una vez que capturemos el cargamento y lo llevemos por uno de los caminos alternos, hemos elaborado una rampa para subir las naves con su cargamento al acceso que da al bosque negro y de allí al valle, algunos voluntarios han marcado el camino.

-Ya veo, aún así, alguien deberá ir a plantar las bombas a las aeronaves del enemigo para evitar un contraataque ¿no?

-Precisamente, los lugareños nos han dicho que hay un lugar debajo de los desagües de la antigua ciudad muerta, al parecer es el sitio en el que repostan las naves de los lagartos. Panthro le indicó con el mapa dibujado a mano, el lugar aproximado donde las aeronaves debían estar.

-¿Y quien irá? Lion-O preguntó con ingenuidad.

-Pensé en ir yo valiéndome de mi invisibilidad, aunque no hay necesidad, es una zona protegida de la luz, además, tanto Cheetara como Panthro pueden fácilmente moverse entre los peñascos de roca, yo dirigiré la operación, por lo tanto...

-O sea... en resumidas cuentas, debo ir yo. El semblante de Lion-O no cambió, como si no le importase.

-El terreno es ideal para ti, no tendrás problemas. Tygra dijo emocionado al dirigir su primera estrategia de batalla con tropas reales.

-¿Estás seguro de que podrás?  Panthro dijo con preocupación. Lion-O suspiró.

-Descuida, lo haré.

-¡Perfecto, ya está decidido! Tygra se frotó las manos.

-Aún así tengo una petición. Parecía que Tygra no tendría la oportunidad que esperaba para impresionar a Cheetara si decidía llevársela consigo.

-No es eso que piensas, Tygra se rió nerviosamente al ver que Lion-O descubrió sus intenciones. -Panthro, ¿podrías crear una alternativa a las bombas?

-¿A qué te refieres?

-Desearía solo desactivar las aeronaves, no destruirlas, sé que podrás hacerlo.

-Supongo, ¿pero por qué? Un momento... es por ella ¿verdad?, no quieres que resulte lastimada si está entre ellos.

-Serías tan amable de hacerlo por mi... te lo suplico. Lion-O se jalaba el pelaje de sus piernas con una voz cortada.

-¿Lion, crees que Pumyra te lo va a agradecer?, te matará en cuanto te vea, es mejor que... Panthro hizo un gesto a Tygra para que se callara.

-Muy bien, me pondré en ello con los berbils su majestad.

-Te lo agradezco General.

-Bien, si va a ser así, aún requeriremos de una distracción. Tygra analizó su estrategia.

-¡Un falso explosivo!, sí, como cohetes para la celebración que desconcierte y baje la moral tanto a las tropas de la caravana, como a los lagartos ocultos, pensaran que queremos atacarles. Panthro emocionado pensó en sus alternativas con los recursos a la mano, aunque Avista era una ciudad con todo tipo de productos químicos.

-¿Eso es todo General? Lion-O miró cansado.

-¡Sí su majestad! Lion-O no le corrigió la actitud tan respetuosa.

-Si es todo caballeros, debo descansar, no soy tan fuerte y vital como ustedes, debo dormir.

-¿Caballeros? Tygra se preguntó ante la adornada forma de hablar de su hermano.

-Eso mi amigo es una forma grandiosa de dejar a los tontos con todo el trabajo en sus manos.

Pero cuando Panthro regresó a ver a Tygra, este había desaparecido haciéndose invisible.

-¡Oh! La pobre pantera se dio cuenta que el único tonto allí, era él mismo.

-¡He, un momento! ¿A dónde crees vas? Panthro sonrió al ver a Horus emprendiendo la huida.

-Bien amigo, supongo que somos tú y yo.

-¡¿Cu?! La paloma respondió apesadumbrada.
Vaya par de tontos.


####

En la tienda de descanso
Una hora despues

Lion-O se moría de sueño, no podía creer como ese par de cachorros roncaban incluso más que Snarf, quien golpeaba al aire con sus patitas, se preparaba para dormir, necesitaba de un poco de sueño.

Fue sorprendió cuando alguien inesperadamente abrió la entrada de la carpa; Cheetara.

La felina se acostó a su lado con su cobertor.

-¿Estás segura que Tygra no se enojará, podría malinterpretarlo...?

Ella no respondió dándole la espalda ocupando uno de los cobertores envueltos.

-¡Ajum! Se han vuelto a pelear ¿no? No deberías enojarte, siempre ha sido así.

-Quiere mandarte a un lugar peligroso, me ha prohibido ir ¿quien se cree que es?

-No pienso que sea por sus celos. Lion-O bostezó.

-¿A qué te refieres? Cheetara se volteó mirándole a la cara.

Frotándose los ojos le respondió con mucho sentido común.

-Imagino que quiere impresionarte, una oportunidad para salvarte y ser el héroe del día. Movía su dedo de un lado a otro con una falsa sabiduría.

-Esto es una misión importante, es una verdadera estupidez. Lion-O se sintió atraído a ayudarle, supuso que tenía que ver con los efectos secundarios de ese poder que Mandora usó en él, al sin éxito seducirlo, es por eso que pensó en Tygra y su inseguridad, a pesar de ser alguien que parecía ser perfecto.

«Hermano, esto me lo tendrás que agradecer luego» Pensó para sí, al echarle porras con esa chica que un día pensó le quería.

-Tygra siempre ha sido así, ha basado su vida en impresionar a las personas y poco en hablarles o entenderles, su estrategia está perdiendo fuerza, por eso luce desesperado.

La guepardo puso su mano sobre su mejilla, aunque el gesto no pareció gustarle, no se quejó.

-¿Y qué pasa contigo?

Luego de unos momentos le respondió.

-Quiero salvarle, no dejaré que las palabras de Mumm-Ra me desanimen, he visto algo de bondad en ella... debo intentarlo.

Cheetara no se lo recriminó, eran la clase de cosas que Lion-O hacía, pero deseo que fallara desde el fondo de su corazón.

-¿Estás preparado si las cosas no salen como quieres?

-No tengo una respuesta.

-Sea cual sea el caso, recuerda que estoy aquí para ti, cuidaré de ti como Jaga me lo pidió.

Esas palabras cambiaron el humor de Lion-O apartando su mano.

-¿Lion-O?

-Deja eso Cheetara, yo no necesito esa clase de apoyo, te agradezco que me ayudes, pero ya no tienes que seguir las órdenes de Jaga, puedo cuidarme solo.

Cheetara se dio cuenta que había desperdiciado una gran oportunidad.

-¡Duérmete!, tenemos trabajo que hacer. Lion-O le dio la espalda y se ocultó tras su frazada.

La guepardo hizo un puchero y enojada se volteó, dándole la espalda también, hasta que una mano apareció con un collar colgando de sus dedos.

-¿Qué...?

-Toma. Cheetara recogió el collar.

-¡¿Para mí?! Lion-O dejó escapar suavemente un collar discreto de plata, con un aro de oro y un ojo de cristal incrustado en el centro.

-Es para la buena suerte, me lo dio una señora muy amable, me dijo que me ayudaría si alguna vez estaba en problemas, no sé a qué se refería, creo que los collares no van conmigo, así pensé que a ti te gustaría.

-Nunca he usado ninguno... gracias. A punto de dormirse, retrajo su brazo,

-¿Lion-O?

-Dime.

-Voy a protegerte, te lo aseguro. Ella se acercó y por un momento pasó por su mente besarle la frente, por desgracia, Lion-O le mostraba no estar listo, en vez de eso, decidió acariciar su roja cabellera.

-Está bien, está bien, que no se te suba a la cabeza.

-Bobo. Cheetara sonrió sacando levemente la lengua.

Lion-O finalmente sonrió y se quedó dormido respirando pausadamente. Cheetara examinó detalladamente el collar cuyo centro era un cristal azulado, sabía cómo se usaba, al presionarlo atenuaba la oscuridad circundante, una especie de antorcha mágica que ampliaba las capacidades de visión de su portador, apreciando detalladamente el rostro apacible de Lion-O en un tono de color monocromático después de un día agotador, una idea pasó por su mente al ver esa imagen, algo que no había experimentado en años, se sentía como una familia.
Se recostó muy cerca del rey, lo suficiente para compartir el mismo calor que los cachorros y Snarf, quienes se le pegaron con el intenso frío nocturno de la región.

El collar le trajo gratos recuerdos de su infancia cuando paseaba libre entre los bosques del oculto reino de los guepardos. Se puso el collar en su cuello y lo mantuvo entre sus dedos, se preguntó qué sería de su futuro, el futuro de todos, entonces pensó en su madre, en su hermana, en lo que estarían haciendo en aquellos momentos, y así, se durmió al lado de Lion-O tranquilamente.


####
Entrada del bosque negro
El día siguiente

No pasaron muchas horas antes de que se despertaran, Lion-O dejó la tienda primero cubriendo con su frazada a Cheetara, quien parecía pasar mucho frío. Wily Kit y Wily Kat estaban hechos pelotas de pelo, maullaron cuando sintieron que la frazada se levantaba, por lo que él se deslizó con cuidado.

Tygra, Panthro y Dobo ya estaban esperando sobre las naves, Ro-Bear-Bill llevaba a varios de los berbils que fueron subidos por perros y aves, Tygra estaba de un humor especialmente desagradable, quería hablar con Lion-O, este ya estaba listo para partir, así que no insistió.

Esta vez Anet y Aburn se quedarían, Lion-O les pidió que cuidaran de los cachorros, aunque eran bastante despistados, que insistentemente tuvo que repetir la orden que olvidaban como si de un tema de orgullo nacional se tratase.

El plan de Tygra y Panthro consistía en seis pasos;

Minar los nidos de metralletas usando cohetes, atacando por aire.
Tirar las columnas a los lados del camino para evitar que las naves de los lagartos asidas a grandes contenedores escaparan.
Usar una cortina de humo confundiendo al enemigo.
Asegurar las naves que tengan contenedores y lanzar por los peñascos las naves de tropas.
Llevar las naves con sus contenedores hasta el cruce de camino y desviar el cargamento.
Una vez hecho, destruir el camino entero para impedir el paso de futuros cargamentos de suministros lo que sería un duro golpe para las tropas de tierra de los lagartos.

El punto a su favor, era que gracias al peso de los contenedores, las naves tenían que volar cerca del suelo y eso los volvía objetivos tan apetecibles que necesitaban ser vigilados constantemente con patrullas aéreas y puestos fijos, el lugar de la emboscada por su estrechez.

Lion-O vistió ligero con una capucha oscura. Pasaría por los fosos de una antigua ciudad de la que no quedaba memoria, salvo por algunos de sus restos desfigurados por el paso de miles de años, devorados por el avance de los vigorosos bosques negros, delimitados por el cambiante río que cruzaba la región.

-Es un bonito collar, Tygra besó en la mejilla a Cheetara, sin mucho tacto, quien se despertó cuando todos estaban ya fuera listos para el viaje, siendo llamada por este casi al último.

-Ohhh esto... síii, pues verás, Lion-O me lo regaló, al parecer alguien se lo dio para la buena suerte y pensó que... ahhh me gustaría. El rostro de Tygra era todo menos amable.

-Espero que su reflejo no atraiga a ningún enemigo, deberías guardarlo en un lugar más... seguro. La guepardo suspiró al notar el tono celoso de Tygra.

-¿Dónde está Lion-O?

-Está por salir.

-¿Va ir solo? Pero pensé que...

-Le dije que fuera con Dobo, se negó, él dijo que podía hacerlo.

-¿Y tú le creíste?

-Escucha bebé, nosotros llevaremos la peor parte, él solo tiene que poner esas cosas en las naves de los lagartos, uno de los pobladores lo guiará hasta la entrada de la gruta donde esos niños ratas escucharon el sonido de las naves, tendrá que escalar un poco en piedras arcillosas, poner el señuelo y regresar al amparo de la oscuridad.

-¿Eso es todo, no querrás que de paso acabe con Mumm-Ra y salve al Tercer Mundo?

-No empieces, es muy temprano para discutir.

Tygra intentaba minimizar lo que su hermano haría, como Lion-O le había hecho notar la noche anterior, trataba de impresionarla en batalla supliendo sus defectos en su labia y no quería que la gloria de otros interfiriera.

Lion-O caminó y se estiró un poco, la espada y su garra no estarían asidas sobre su armadura habitual, sino amarradas sobre cuero. Sin su armadura se sentía muy desprotegido, lo pensó con detenimiento y llegó a la conclusión de que el sigilo importaba más. Con una señal le indicó a un ratón rechoncho de un curioso ropaje, que estaba listo.

Cuando caminó hacia el bosque, Cheetara apareció frente a él cortándole el paso con una gran sonrisa en el rostro, dejando que su natural sensualidad le envolviera.

-¡Cuídate, no olvides con quien estas tratando! Él, sin apenas inmutarse, asintió, como si ya no le intimidasen esa clase de acciones de la clérigo.

-Lo haré.

Estaba asombrado con lo distinto que eran ahora las cosas, antes hubiera saltado de alegría al ver tanta atención de esa chica que le rompió una vez el corazón, ya no se sentía de la misma manera. Si pudiese rescatar a Pumyra seguramente las cosas volverían a ser las mismas de siempre, era lo único a lo que se aferraba.

Fue cuando Mandora apareció volando sorprendiendo a Cheetara.

-Oh no, no puede ser, dijo Lion-O, que pese a su capucha fue reconocido por esa mujer.

-¿Puedo ir contigo dulce principie? Habló en un tono presumido, aterrizando suavemente y con una mano sobre su cadera dejó que el viento meciera su cabellera dorada, intentando dejar una fuerte impresión en él. Cheetara describió una  "o" con sus labios.

-Ehhh, me ayudarías más si... pelearas en el frente, eso, a donde voy... tus alas serían un inconveniente. Ella puso el dedo índice que sobresalía de su guante rojo en la punta de la barbilla.

-¡Hum! No deberías dudar tanto de mis capacidades después de la paliza que te puse ayer, Ji, ji. Mandora le mostró la lengua en una pose coqueta.

-¿Quién eres tú? Preguntó calmadamente Cheetara.

-Yo... hmm... tu reemplazo, ¿quién más? Mandora retomó el vuelo con una sonrisa malévola, Cheetara miró a Lion-O a los ojos.

-No le hagas caso, es un poco... pesada. Lion-O sentía el escozor de los golpes de su reciente batalla, no le parecía una mala opción como compañera de viaje, su único problema es que a penas se conocían y no era alguien acostumbrada a decir la verdad.

-Tú no pierdes el tiempo, ¿no es así Lion-O? Cheetara hizo una mueca de sorpresa.

-Por favor...

Fedora y sus alumnas pasaron de largo volando, ella hizo una reverencia que Lion-O respondió.

-¿Quienes son ellas?

-Larga historia, no es importante en estos momentos. Lion-O notó el collar que él le había regalado y se sintió halagado.

-¿Estás seguro de que no quieres que Dobo te acompañe?

-Voy a estar bien Cheetara, la que debe cuidarse eres tú, va a ponerse muy caliente el ambiente, no bajes la guardia.

-Lo haré, así que regresa pronto sano y salvo. Ella le dio un beso en la mejilla, aunque la respuesta de Lion-O fue fría, parecía menos distante que el resto de su estadía en Avista.

Cheetara se alejó caminando despacio como pensado sus pasos y luego por alguna razón salió como alma que llevaba el diablo elevando una tolvanera de polvo.

-¿Y ahora que le pasa? Lion-O cerró los ojos ante tal muestra de velocidad.

####

Corredores del valle del bosque negro
Tiempo después

Tygra se impacientaba esperando, Panthro se había adelantado junto con Dobo, sus gladiadores y un grupo numeroso de aves voluntarias que se preparaban para la emboscada, hasta que Cheetara apareció con una bolsa a su espalda parecida a la llevada por Lion-O.

-¿Dónde estabas?, nos estás retrasando.

-Voy a ir con Lion-O.

-¿Quéee? ¡No! Es decir, Lion-O... puede manejarlo solo.

-¡Tengo que ir!, presiento que algo malo va a ocurrir, por favor, continua sin mí. Cheetara no le besó en la boca, sino que como una amiga, en la mejilla, él se hizo hacia atrás.

-¡¿Por qué haces esto?!

-Es mi deber de clérigo y quiero hacerlo. Ella sonrió, trató de alcanzarle, Tygra reaccionó con enojo.

Por un momento, Cheetara observó dos colas felinas moverse a toda velocidad sobre el vehículo que desaparecieron casi instantáneamente.

-¡¿Hummm...?! Bueno... estaré de regreso pronto, tú también cuídate.

 Ya no era solo preocupación e inseguridad, también sus celos estaban a flor de piel, ¿por qué había cambiado tan de repente su actitud hacia él?

-¡Cheetara, espera! La guepardo hizo gala de su velocidad desapareciendo casi en el acto

Wily Kit y Wily Kat se colaron en la nave y en silencio sonreían, ellos no iban a perderse la pela del siglo.

Las naves que transportaban las armas descendieron a la entrada de los peñascos, de allí todo sería a pie y muchos tenían que ser ayudados, la gran mayoría de las aves tenían alas atrofiadas por su vida citadina, aún así, querían ayudar a proteger y aprovisionar su ciudad.

-Ustedes pequeños polizontes deberían saber esconder bien la cola. Una voz femenina surgió por encima de ellos y los alzó de sus piernas como un par de conejos siendo alzados por un águila.

-¡Uoooaaahhh! Creo que nos han descubierto Kit.

-¡Booobo! ¡Deberían darte un premio por notaaaaarlo!


Hay varias imágenes por publicar se subirán cuando estén terminadas.

2 comentarios:

  1. Como siempre sigue como vas, cada día te perfeccionas, te está quedando arrechisimo=cool, ya quiero ver la versión de los capitulos para mayores de edad como va a ser la cosa, la espero con ansias, espero nos sorprendas con algo igualmente bueno.

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