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miércoles, 5 de diciembre de 2012

El poder de una Ilusión Página 1

Semanas después de la caída de Avista
La cordillera de Shangri-La era una región basta y dura de transitar, adornada por sinuosos caminos y frondosos árboles, se alzaba el peligroso paso a los desiertos continentales del Tercer Mundo, que comerciantes Wolos recorrieron para la venta de sus productos, eones antes de que los thunderianos se asentaran en el Valle de los Reyes a más de mil kilómetros de ese lugar.

Un lugar inhóspito para el solitario viajero, cincelado por el paso de grandes caravanas que soportasen el endurecido terreno rocoso de basalto y sus traicioneras pendientes de enormes precipicios.
Los restos de una ciudad muerta tallada en la roca.
La ciudad muerta, la ciudad sin nombre, que una vez fue erigida en ese lugar, fue tragada por el denso follaje de los bosques que descendían a los valles del sur y escalaban los montes del norte, hasta delimitarse en el seco y rojizo camino de piedra ígnea que anunciaba la entrada del desierto, un camino secreto que los comerciantes de la cofradía de Wolos transitaban en buscaban de seguridad contra los forajidos, que de cuando en cuando salían de sus escondites para cometer fechorías.

La paz de esos lugares solitarios fue eclipsada por el movimiento de naves de transporte de los lagartos, arrastrando pesados contenedores de Thundrillium.

En el denso follaje de una de las laderas, se asomaban unos binoculares adornados por un destello color azul, de las pupilas del posiblemente último miembro de la tribu de los leones, Lion-O de Thundera, Señor de los ThunderCats.

Tygra señaló a uno de los vehículos, parecían esclavos de algún tipo, Lion-O no estaba seguro e hizo una seña con la mano reteniéndoles, los binoculares no mentían a su parecer, «una trampa» pensó.
Lion-O y los demás vigilaban desde la maleza del frondoso bosque negro
Telas andrajosas cubrían el cuerpo de los prisioneros, únicamente se les veía las orejas peludas, bien podrían ocultarse armas bajo sus túnicas, un plan para atraerles a una batalla con desventaja, como acostumbraba Mumm-Ra, el Señor Oscuro que residía en su Pirámide Negra de las arenas de la desesperanza.

Habían encontrado ese camino por suerte, un camino secreto usado para el transporte de tropas, insumos y provisiones importantes para los ejércitos invasores de lagartos que asolaban la región Septentrional y las tierras Ecuatoriales, donde la mayoría de las civilizaciones conocidas asentaban sus reales.

Lion-O temía encontrarse a ese ser demoniaco portando la piedra de la tecnología, con un nuevo cuerpo y nuevos poderes, más allá de sus capacidades felinas y las de sus compañeros de viaje, aunque hasta entonces, no se habían vuelto a cruzar con él, ni con sus secuaces, hasta que recolectando comida, una de las aves les alertó de su presencia, a pesar de la relativa calma, Lion-O y el resto de sus aliados no podían darse el lujo de que establecieran un pie de playa desde el cual lanzar sus ataques, las cordilleras hacían difícil el acceso por tierra y pese a la debilidad armamentística de Avista, derribar conjuntos de lentos aerodeslizadores, había obligado a las fuerzas de los lagartos a dar largos rodeos, donde las emboscadas frente a seres alados era mortíferas, con el paso de los días la munición escaseaba y eso les planteaba nuevos desafios.

Debían de conocer el lugar exacto por el que los lagartos se aprovisionaban y parecía que después de muchos días de vigilancia, ese era definitivamente el sitio indicado, claro, si la poca experiencia no los hacía caer una trampa.

Por un momento Lion-O observó una figura femenina parada sobre una roca al otro lado del camino, le miraba fijamente, hasta que la voz de alguien hizo que regresara a la realidad.


Una extraña mujer pudo apreciar con sus binoculares.
-¡¿A qué estas esperando?! Insistió su hermano mayor en voz baja, quien estaba al lado del clérigo Cheetara quien le miraba preocupada.

Al regresar a ver, esa mujer ya no estaba, se detuvo a pensar en su situación unos momentos y miró a Panthro quien cabeceó, a lo que él respondió alzando el brazo.

"Retirada" Cerró el puño en alto.

Al tigre la señal le sorprendió tanto o más que a la clérigo. Panthro por su parte, le dio una palmada a los cachorros, Dobo, el doberman gladiador, con gruñidos parecidos a los de un oso, advirtió a sus guerreros replegarse, lo que imitaron los voluntarios de Avista.

Subieron las pendientes para regresar a casa, contuvieron la respiración cuando Lion-O tropezó torpemente con una rama, pateando accidentalmente una piedra, la cual, rebotó amenazando con caer por la pendiente y descubrir su posición.

-¡Rayos! Lion-O se quejó por su mala fortuna.

¡Furrummm!

-¡La tengo! Panthro estiró su brazo neumático y tomó la piedra entre sus dedos mecánicos.

Cheetara le ofreció la mano a Lion-O, quien a pesar de la dificultad que le representaban los escarpados, no aceptó su ayuda, adelantándose hasta donde el grupo de guardias alados se encontraba.

-Vaya con el niño desagradecido. Tygra se expresó con desagrado de su hermano.

Cheetara estaba preocupada de su comportamiento errático y huraño, a pesar de ello y como clérigo de Jaga, no podía permitir que eso minara su confianza, inmediatamente cambió de semblante como si no pasara nada.

-No te preocupes por eso Tygra, sigamos.

Llegaron con el resto de sus aliados, Aburn podía sentir las vibraciones en su perfecta postura de meditación de Loto.

Tygra detuvo a Lion-O enojado con la retirada y por el nuevo desaire a Cheetara, aunque en su interior se sentía tranquilo de ese distanciamiento ante el renovado interés de Cheetara en apoyarlo.

-¿Qué demonios te pasa, por qué ordenaste la retirada? Lion-O apartó su mano con una cara dura y se dirigió hacia Anet el elefante.

-¿Has encontrado algo?

-Panthro tiene razón joven rey, hay un grupo numeroso de personas apostadas al otro lado del risco, siento las vibraciones de sus karmas. Anet alzó la trompa como ajustando su capacidad de detección.

-¿Y qué pasa con las naves? Tygra preguntó a Panthro, Lion-O observaba el video recogido con los binoculares y trasmitido a su holopantalla.

-No sé si sean realmente todos sean esclavos, pero algunos de ellos no llevan grilletes, es bastante extraño, además, en los pasos de las entradas hay nidos de metralletas, supongo que los van racionando, a veces llevan por precaución más soldados mezclados entre los esclavos previendo un ataque.

-Tendremos que neutralizarles primero si queremos destruir ese paso, si lo logramos tendrán que replegarse cientos de kilómetros.

Tygra meditó por unos momentos los movimientos de tropas y los horarios usados para el cruce de convoyes, habían establecido una frecuencia probable entre cargamentos y transporte de tropas, las provisiones y las tropas entraba, los objetos saqueados junto a los esclavos iban a parar a los reinos tribales de los lagartos, atravesando el gran desierto, algo que harían hasta establecer su propio reino en pleno corazón de Thundera.

-Si lo que dice Anet es cierto, el principal problema serán las aeronaves de apoyo, debemos eliminarlas antes destruir el paso, por otro lado está el Thundrillium, si nos hacemos con alguno esos contenedores, podremos tener combustible suficiente para defendernos durante mucho tiempo.


El camino por el que transitaban las naves de los lagartos, era uno estrecho y difícil de alcanzar. 
-No será sencillo amigo Panthro, donde se encuentran es un lugar demasiado intrincado, incluso para las garras de una pantera. Anet señaló el lugar protegido por una ladera montañosa en el mapa, en algún punto de esos terrenos escarpados, naves de ataque de los lagartos se habían apostado recientemente para evitar las emboscadas.

-Entonces debemos encontrar un camino mejor, respondió Lion-O.

-¿Y los prisioneros thunderianos Lion-O? Wily Kat, quien llevaba en sus brazos a Snarf observó junto a su hermana al felino.

-No me parece que hubiese ningún esclavo thunderiano, dudo que “ella” permitiese esa clase de tácticas, tampoco sé si son realmente esclavos.

-¿Ella? ¡¿Cómo puedes estar tan seguro de esa traidora?! Tygra asumió una postura de reprobación.

Lion-O le devolvió a Tygra los binoculares.

-Tal vez sea una... um... aliada de Mumm-Ra, pero... estoy seguro de que ella no haría eso...

-¿Sigues creyendo que no sería capaz de usar a sus propios compatriotas de carnada? ¡Niño, si no mal recuerdo, usó a los esclavos de thundera como pretexto para que consiguiéramos la espada de su “amado”, créeme, es capaz de eso y más!

Lion-O negó con vehemencia a su hermano, aunque se tomó de las manos cuando Tygra mencionó la palabra “amado”.

-Ya lo sé, es que… ella me odia a mí, no a… Thundera.

-Lion-O, no pierdas la objetividad, yo me siento igual de mal, todos lo hacemos por ti, pero debes aceptar el hecho de que ella nos traicionó y Mumm-Ra la controla. Cheetara puso su mano sobre el hombro de Lion-O, él se hizo a un lado.

-No estoy perdiendo mi objetividad en esto Cheetara, sé bien que es una traidora. Por eso traje a Anet y Aburn, para saber si tramaban algo... además, incluso tu no podrás negar que esos esclavos se veían sospechosos, no podemos creer en los rumores escuchados por una rata, debe tratarse de otra cosa.

-Yo no podría asegurarlo a esa distancia, dijo cabizbaja ante la mirada molesta de Lion-O.

-Al menos ya es un patrón. Esa declaración de Lion-O hizo que Cheetara se sintiera mal, era como si pensara «no te preocupes, puedes apoyar a tu rey cuando te dé la gana, no es necesario que sea hoy».

-¡Arghh! Tygra se tomo de la cabellera y la frotó con sus manos. -¿Entonces qué hacemos? No podemos seguir así, escondiéndonos, esperando lo peor, debemos actuar y buscar la otra piedra.

-De momento cachorros, regresemos a Avista, les alertó Panthro. -Sería peligroso permanecer aquí. Si cambia la dirección del viento estaremos en problemas, muchos lagartos son buenos olfateadores.

-Hagamos eso, dijo Lion-O, que mantuvo distancia de los demás en todo momento, prefería no acercarse a ellos, al principio Cheetara siguió el consejo de Tygra de dejar que se pasara su enojo, sin embargo, no estaba enojado, solamente no deseaba la compañía de nadie, aunque en el fondo se preguntaba si de quien se trataba de alejar era de ella.

Panthro tomó su rifle y se preparó para marchar siendo seguido por los cachorros, Wily Kit se volteó a mirar a Aburn y Anet quienes padecían el viaje.

-Puedo llevarles en la bolsa si quieren, ella guiñó un ojo mostrando la bolsa mágica sin fondo requisada al mapache Tookit, con la que el ladrón robaba a los pobladores de la ciudad de los perros.


Los elefantes cansados se negaron a entrar en la bolsa.
 -Te lo agradezco pequeña amiga, pese a ser una manera simple de mover objetos, el aire no parece venir incluido en el paquete. Se quejó Aburn.

-Tal vez necesite de unas cuantas plantas, dijo la gatita que saltaba entre las rocas con mucha vitalidad hasta subirse a Aburn en la cabeza.

-¿Qué pasará con la nave felina? Cheetara se dirigió a Lion-O a quien tomó en sus brazos cuando este amenazaba con resbalarse, aunque le ponía muy difícil la tarea.

-¡Hm! A menos que tengas una guardada en esa bolsa de los cachorros, tendremos que buscar entre la chatarra de Soul, la que perdimos parecía ser la única completa [Ref. Ep. 24].

-La primera vez nos ayudó a repararla, podríamos pedirle que haga una nueva, no olvides que nos debe un tanque. Panthro recordó a ese monstruoso ser cibernético obligado a vivir eternamente como máquina, no sin tener escalofríos.

-Buena suerte con eso, seguía resentido por que le obligué a que dejara libre a los espíritus de su familia, cuando le pedí que me ayudara a sacar la nave, poco faltó para que nos lanzara a sus Necromecas.

-Aún así lo conseguiste. Cheetara presumió su confianza en Lion-O.

-Sí, pero solo porque usé la carta de la culpa y no creo que pueda usarla de nuevo.

-Los Berbils son buenos constructores, ellos podrían hacer otra para nosotros, reflexionó Cheetara que no entendía demasiado de tecnología.

-No es tan fácil como eso Cheetara, creo que los Berbils son reparadores más que inventores, necesitan una base previa, tal vez puedan construirnos un tanque, pero una nave voladora... no tienen experiencia con ellas... además, ya tienen suficiente trabajo con la reparación de Avista, una nave o un tanque completo les tomará mucho tiempo.

Todos trataron de encontrar una solución, era complicado, si al menos la nave felina no se hubiera quemado completamente, especialmente los motores, podrían haberla reparado.

-Una cosa es segura, Mumm-Ra se ha quedado sin su fuerza aérea, por eso no hace ningún movimiento significativo. Tygra reflexionó intentando adivinar los propósitos de sus enemigos.

-Espero que tengas razón tigre o esto se convertirá en un infierno, los lagartos se han vuelto una fuerza temible, no deberías subestimarlos. Dobo habló observando a lo lejos los rastros negruzcos impresos en la piedra de carros de suministros incendiados al precipitarse por los peñascos, uno de esos incendios había revelado su posición.

-Un lagarto es un lagarto después de todo, los hemos vencido hasta ahora. Tygra remarcó la frase con especial desprecio.

-Aunque hemos perdido las batallas importantes. Lion-O le respondió casi mecánicamente dándole un argumento.

-No es por mi mano te lo aseguro, no soy yo quien levanta gatos traidores de la calle.

-¡Tygra! Cheetara miró a su novio con una cara alarmada, haciendo que cortase lo que tenía en mente, Lion-O ignoró la indirecta, antes de arrepentirse diciendo algo que no sentía, desviándose del tema.

-Posiblemente el que hayan enviado tantos transportes por tierra, es signo de que han perdido capacidad para movilizarse por aire, quizás necesitan esos suministros desesperadamente. Lion-O alzó la cara para ver el incrédulo rostro de su canino aliado.

-No te sientas victorioso o los subestimes Lion-O, nosotros podemos montar pequeñas emboscadas con nuestras fuerzas actuales o repeler pequeñas flotas de enemigos, si lanzan un ataque a gran escala estaremos fritos y cuando transportemos el Thundrillim, nuestra ventaja será nimia si tienen esos aparatos funcionando.

-Hay muchas cosas en mi cabeza Dobo, sentirme victorioso no es una de ellas, es por eso que necesitamos asegurarnos, antes de siquiera pensar en capturar ese cargamento o lanzar un ataque.

Continuaron por las cañadas rocosas, un camino a veces escarpado aunque transitable, que luego les permitiría alcanzar el bosque varios kilómetros más adelante, dando a un gran claro donde Avista se hallaba varada, su refugio temporal mientras planeaban su viaje en la búsqueda de la última piedra.

-¡¿Podrían echarnos una mano por aquí?! dijo Aburn. Tygra y Panthro empujaron al venerable elefante para ayudarle a subir las rocas más altas, Lion-O intentó imitarles, por desgracia, no lo pasaba mejor.

-¡Oaaao! Lion-O se volvió a tropezar al subir una pendiente y rebotó con el golpe.

-¡Lion-O, estas bien!, gritó Cheetara preocupada, que con el eco en el valle cerró la boca. -Lo siento, se me escapó.

La caravana de lagartos había pasado hacía tiempo, así que no había mucho de qué preocuparse, aunque decir en voz alta el nombre del rey de Thundera, parecía un riesgo muy elevado con los nidos de ametralladora protegidos en la punta de elevados riscos.

-¡Rayos, lo que me faltaba! El golpe fue tan duro que el faldón de su armadura se partió a la mitad.

Esta vez Cheetara no le permitiría seguir a sus anchas, se había abierto el brazo con el golpe, dejando caer un poco de sangre que Dobo limpió de las rocas para no dejar rastros.

-Cielos pequeño león, deberías entrenarte más.

-Creerme Dobo, no serviría de nada, nunca he sido muy bueno en estos terrenos rocosos, mis garras no son lo suficientemente fuertes.

-Curioso... viniendo de un león.

-Y que lo digas, pero así son las cosas.

Lion-O se levantó torpemente ayudado por Cheetara.

-Puedo hacerlo solo.

-No es lo que veo...

-¡Suéltame he dicho! Lion-O jaló su brazo mostrándole un rostro descompuesto.

-Seguro Lion-O... dijo Cheetara bajando el brazo con tristeza.

-¿Pero ahora qué demonios te pasa? Tygra intervino pegándole en el hombro, dejando al elefante a su suerte, sin embargo, Cheetara no le permitió ir más adelante con su defensa.

-S-solo... estoy un poco alterado, sigamos o no saldremos de este maldito lugar. Lion-O respondió ignorando la acción de su hermano, uniéndose al resto de las aves, perros y felinos que ayudaban al par de pesados elefantes agotados completamente por la jornada.

-No imaginé que construyera lazos así de fuertes con Pumyra en tan poco tiempo, dijo Dobo con sinceridad.

-Ni yo, Cheetara respondió apesadumbrada por la creciente frialdad de Lion-O hacia ella.

-Sólo necesita su espacio, ya te lo dije, regresará a la normalidad. Tygra con simpleza suprema minimizando la situación por su propia inseguridad.

-Eso espero, aunque la traición es un sentimiento que deja profundas heridas, finalizó el doberman mirándole con sus penetrantes ojos negros.

Tygra hizo una mueca como si pensara que Dobo se refería a él más que en Pumyra. Un perro podía presumir de escarbar más allá de lo que cualquier felino podría hacer en toda su vida, pero ni él pudo descubrir la trampa de la traidora.

A pesar de todo lo que pasaron, la ausencia de Pumyra añadió un problema más para Tygra, no deseaba que fuese Cheetara la que consolase esa pérdida, debía concretar su alianza con Cheetara y alejarla definitivamente de su hermano, lo mejor claro, sería si Lion-O encontrase a una sustituta lo más rápido posible.

Ella estaba pensativa, Tygra quiso abrazarla con el mismo resultado, acabó por apartarse, no se detuvo a pensar lo que hacía que ella reaccionase como lo hacía, su solución era la misma de siempre, necesitaba demostrarle nuevamente su valor o iba a perderle definitivamente.



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La tarde pasó tediosamente, conforme las reparaciones de Avista continuaban, así como la búsqueda de un camino hacia la posición donde ellos creían que las naves de los lagartos estaban apostadas, Dobo era bueno en ese aspecto, aunque la tarea era mejor para seres pequeños, los ratones que habitaban esos parajes que les vendían suministros, al principio no querían colaborar, pero luego de mucha deliberación algunos voluntarios aparecieron.

Panthro, Tygra y Cheetara decidieron probar suerte, fueron con Soul Sever, por desgracia para ellos, la bolsa mágica se volvió peligrosa para ser transportados en ella por Wily Kit y Wily Kat en sus aerodeslizadores.

Tal y como Aburn y Anet les habían alertado, el aire enrarecido atrapado dentro, les obligó a abordar las naves capturadas a los lagartos, naves que podrían delatarles al ser tan grandes y lentas, atestadas de constantes averías por sus materiales de baja calidad, que ni los berbils eran capaces de reparar.

Lion-O siguió obstinado en tratar de hacer todo solo y aunque Cheetara le ofreció su ayuda y consejo, se negaba, estaba molesto con la clérigo sin motivo aparente, quien de la noche a la mañana intentó volver a su puesto de amiga pegándosele a cal y canto, eso pareció abrumarlo más que tranquilizarle.

Él prefería el camino difícil, en parte por su hermano, en parte porque le culpaba de su situación actual y sobre todas las cosas, que ella no lo hacía porque lo deseara, sino porque alguien se lo había ordenado y lo odiaba, como si fuese Pumyra siguiendo las órdenes del decrépito de su amo.

Lo que más le molestó, es que no sabía lo que realmente sentía en esos momentos por ella, cual era la medida de su amor, de su odio, de su culpa y pena. Se sentía en un estado en el que no estaba ni deprimido o enojado, podría decirse que sus sentimientos estaban estancados y lo único que pensaba, era en la idea de que siempre elegía un callejón sin salida y estaba harto de equivocarse (Ref. Ep. 15).

Ese paraje le daba escalofríos, de hecho, toda la región parecía salida de un tétrico cuento de horror, pueblos abandonados, casonas quemadas hasta los cimientos y la negra noche que él y los habitantes de Avista intentaban evitar, refugiándose en carpas cuando la oscuridad caía, faltaban un par de horas, tenía tiempo.

-Espada de los augurios, símbolo de Thundera, déjame entrar al libro, saber sus secretos, conocer sus presagios.

Por mucho que intentó, la espada no podía acceder al libro de los augurios, que por alguna razón estaba completamente inactivo, ni siquiera la brújula funcionaba, murmuraba algo, luego de unos instantes lanzaba sus quejas en voz alta inconscientemente.

-¡Creo en ti...! ¡Mentirosa! Recordaba las palabras de Cheetara.

-¡Has hecho esto posible!... doble mentirosa. Recordó las palabras de Pumyra.

-Mumm-Ra es mi amo. -Rugido-  Lion-O gritaba mientras gesticulaba, actuando la escena, cambiando de interlocutor.

-Todas las felinas son unas mentirosas. Lion-O agitó estúpidamente la espada alejando un enemigo imaginario.

-¿En qué gatos pardos estaba pensando?

-¿Cómo fui a caer tan fácilmente dos veces? ¡Rayos, rayos! La espada se enterró con furia en el suelo, que al querer sacarla, esta se atoró. Intentó varias veces, pero no salía, así que se sentó rendido refunfuñando.

Se dejó caer en el suelo cubierto de un follaje ocre, abrumado por el cansancio, sosteniendo el libro de los augurios en sus manos, suspiraba pensando en su mala suerte.

-A este paso no podré hablar con Jaga, no puedo concentrarme. Tiró un golpe haciendo un berrinche.

-¡Ay sí, mi corazón le pertenece a Tygra, aún así... creo en ti! ¡Embaucadora!

-¡Uyyyy no, Jaga me lo ordenó! ¡Desubicada!

 -¡Mumm-Ra, muac, muac, mi vidaaa! ¡Malvada mentirosa! Lion-O pataleaba con brazos y pierna en el suelo enojado.

-No puedo creer que me hayan rechazado por tercera vez, ¿cómo puedo ser tan bruto? ¡Todas son iguales, todas son unas...! ¡Auuuch, por todos los gatos panzones del cielo! ¡¿Snarf?!

Snarf mordió el brazo de Lion-O, aunque al final se quedó colgado divertido.
Snarf, por alguna razón le mordió el brazo con toda la fuerza de su pequeña mandíbula, colgándose mientras Lion-O intentaba quitárselo de encima.

-¡¿Pero se puede saber qué te pasa?! Snarf refunfuño y sus patitas le daban de golpes en la cara.

-¡¿Ahhh?! Ya caigo, estas de su parte... ¡¡TRAIDOR!!

Snarf se soltó y Lion-O le persiguió hasta que de un salto lo tomó entre sus brazos, alzándolo con ambas manos, deslizándose en su caída por el suelo al hacerlo.

-Tú eres el único amigo verdadero que tengo Snarf, así que no vuelvas a hacerlo o vas a lamentarlo. Lo dijo en un tono falsamente amenazador. -¿Lo entiendes pequeñajo?

-¡Miau! El felino refunfuñaba con suaves gruñidos, aunque luego de unos momentos cambió su actitud prometiéndole en su lenguaje felino, que no volvería a hacerlo.

-¿Niiif?

-¡Tsk! Lion-O se quedó completamente quieto poniéndose a Snarf sobre el rostro, soplándole en la barriga, luego lo alzó y lo zarandeo de arriba a abajo, lo lanzaba hacia arriba como un castigó, para envolverlo con amor entre sus brazos.

-¿Niiiiif?

-¡Rayos, rayos!, me he vuelto a equivocar... repitió monótonamente su diatriba en voz baja.

-¡Y vaya que lo has hecho! Una voz femenina surgió de algún punto sobre los árboles y se desplazó hacia el frente.

Lion-O se arrojó hacia su espada y la sacó con fuerza de donde estaba enterrada.

-¡Snarf, ve a refugiarte!

-¡Snarf, snarf!

-No te quejes, solo hazlo. El felino se internó en el bosque.

El ser alado describió una espiral y descendió sobre el antiguo pilar de una construcción sumergida en el río lanzando un bumerán que Lion-O esquivó sin dificultad regresando a las manos de su lanzador.

-¡¿Quien rayos eres tú?! Lion-O le gritó a esa extraña ave.

-¡Un ángel! ¿No es evidente? ¿Así que tu eres el estúpido responsable de la caída de Avista?

Mirándola bien, parecía una felina un poco más alta que Cheetara, su melena no era algo que él hubiera visto nunca, totalmente dorada como el mismísimo oro, no tenía pelo en su rostro, en cambio era una piel blanca y tersa parecida a la porcelana oriental. Solo podía verle el mentón, sus ojos y nariz estaban ocultos tras un casco, sus labios eran perfectos y proporcionados, el signo de una enorme belleza.

Ella sacó una larga y reluciente espada de su funda, se lanzó volando en su contra, chocando con la espada de los augurios, Lion-O salió despedido al lado contrario, al caer, se sostuvo con sus pies deslizándose sobre la tierra, podía aguantar su temible lance.

-¡¿Quién eres he dicho?!

El ángel le miró retadoramente.

-No te preocupes, vas a averiguarlo pronto...


Fin de parte 1

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A esta Página le faltan dos imágenes por agregar, están en proceso de terminado por eso y que son las que falta, se lanzará en orden las páginas restantes.

2 comentarios:

  1. Por cierto, en las 2 páginas tus dibujos están arrechisimos=cool se puede ver la notable mejoría, del cielo a la tierra, realmente te felicito chamo=chico sigue así.
    Aunque graciosamente esta versión en la que estoy comentando no la he leído ¡jaja! pues estoy esperando leer la de mayores de edad.

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    1. En estas partes solamente se cambia cuestiones de lenguaje, pero desde la página 2 ya cambia el sentido de las escenas aunque el resultado narrativo es el mismo.

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Algunas cuestiones de lógica de la serie original pueden sugerirse en este espacio indicando la página.

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