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jueves, 6 de diciembre de 2012

El poder de una Ilusión - Página 2

Dominios de Soul Sever
En ese momento en otro lugar

Ni Cheetara, ni Tygra o Panthro entendieron una palabra de lo que Soul Sever decía, Flicker volaba describiendo círculos sobre la cabeza del ser inorgánico, electrocutando los carroñeros de metal, seres tecnorgánicos que pululaban esas regiones llenas de piezas de desecho [Ref. Ep. 24].

-¿Eso significa que puedes hacerlo o no? Panthro preguntó.

-Claro que puedo, es lo que estoy explicando. Protestó Soul a quien parecían no querer comprender, a pesar de que lo había puesto en los términos más sencillos posibles.

-Sin embargo... no quieres ir con nosotros ¿verdad? Cheetara habló suavemente, al tiempo que intentó alcanzar la plancha donde alguna vez Panthro y Tygra estuvieron a punto de convertirse en seres robóticos [Ref. Ep. 24].

-En serio, no querrás hacer eso, te lo aseguro. Tygra le tomó de la mano estremeciéndose, recordando su experiencia en aquel sitio.

-Incluso si nos das las instrucciones, tu eres el único suficientemente capaz de...

-¡Ya les he dicho que no!, los problemas de los orgánicos no me conciernen en absoluto.

-No podemos hacerlo sin ti, finalizó Cheetara.

-No voy a cambiar de opinión mujer orgánica, así que por favor, si me disculpan... tengo muchas cosas pendientes. Una par de Necromecas se acercaron para asegurarse que dejaban el lugar, Horus era auscultado por uno de esos robots, quien divertido le estiraba y contraía alas y piernas, maravillado al analizar que no tenía mecanismos en la uniones de sus miembros.

Caminaron decepcionados por las escalinatas de aquella construcción entre la zona de deshechos, donde Avista usualmente tiraba los residuos de su ciudad una vez al mes.

-A este paso estaremos en las manos de Mumm-Ra, sin tanque y sin nave, no podemos usar estos cacharros, Panthro pateó el aerodeslizador de los lagartos, -Son lentos, su alcance es muy limitado y si estamos bajo ataque, acabaremos como gatos rostizados.

-Por lo menos vuelan, Ja, ja. A Panthro no le agradaron para nada esas palabras de Tygra, deseaba un tanque, era un gato de tierra, de eso no había duda, aún así, todo estaba estropeado en ese sitio.

Tygra se introdujo al interior de la nave, Horus le siguió, dos aves voluntarias charlaban los últimos chismes observando sus pantallas de video dentro de la misma, Tygra tenía una absoluta carencia de confianza en ese grupo de aves a las que entrenaba Panthro, se sentó en el asiento del conductor, jaló la palanca de mando y las propelas del motor comenzaron a girar elevándose en el aire.

-Por lo menos no necesitas más que de una palanca para que todo funcione... ¡¿he?! ¿Cheetara...?

-¿Cu-curru-cu? Horus quien se sentó en el asiento de copiloto lo miró extrañado con sus ojos juguetones.

Panthro y Cheetara estaban sobre la plataforma del aerodeslizador charlando.

-¡Demonios! Tygra arrancó malhumorado a media velocidad, con los pedales de aceleración a fondo. -Realmente eres un pedazo de basura, se ofuscó al ver que la velocidad era menos de la esperada y de que la felina que amaba estuviese al lado del general confesándole sus preocupaciones.

Tygra deseaba hablar con Cheetara sobre su relación, quien de pronto estaba muy distante, más interesada en pasar tiempo intentando ayudar a su hermano, que en estar al lado de su novio, estaría celoso si no fuera porque el mismo Lion-O la evitaba.

-Lion-O tiene que convencerle, lo hizo la primera vez, dijo Panthro con seguridad, enterrando sus garras al metal, para acostumbrarse a la idea del vuelo.

-Yo no siento que Lion-O esté listo, le respondió Cheetara preocupada.

-¡Puf! Es cierto que ha estado muy retraído últimamente, como sea, debe superarlo, acostumbrarse al hecho de que no todas las personas son sus aliadas inmediatas, a veces un líder necesita algo más que buena voluntad para hacer cambios.

-He tratado de apoyarlo, pero me está haciendo a un lado.

-¡Hmm!, desde que iniciaste tu relación con Tygra han estado muy distantes, fue muy extraño, como si algo más hubiese sucedido.

Por la cara de Cheetara, la pantera pudo adivinar que no fue lo único que partió su relación.

-Siendo así, tal vez es que no eres la persona correcta para ese trabajo, al menos no en estos momentos Cheetara.

-¿Y quién podría serlo?

Panthro se giró y vio a la cámara que tomaba video para una de las pantallas de navegación en los controles de la nave.

-Eso sería tanto como esperar peras de un olmo. Tygra... no es de los que hablan mucho.

-Pues espero que haga algo, porque es la única familia de Lion-O y sería peligroso si nuestro rey se vuelve distante.

-Él tiene un carácter muy fuerte, sé que podrá superarlo como lo ha hecho siempre.

-Bueno, no sé mucho sobre la historia de Lion-O para asegurarlo, aunque Claudus tuvo un pasado familiar turbio, plagado de asesinatos y traiciones, si no fuera por la Reina Leona, se hubiera convertido en un dictador sin escrúpulos como Grune.

-Me siento responsable de lo que pasó, con estas experiencias Lion-O acabará por desconfiar de las personas que se le acercan.

-Lion-O es un tipo de persona con mucha nobleza, aunque la oscuridad parece rondarle desde su nacimiento, es como su madre, ella tenía lados muy oscuros, te sorprendería lo que se decía en palacio y lo que yo mismo pude atestiguar.

-Creí que la reina era un ángel de luz por lo que contaba de ella la gente.

-Lo era, te lo aseguro, aún así... las cosas malas siempre la acecharon, cuando el conflicto de la familia real acabó, se vio a sí misma como la última de las leonas reales con vida, tuvo que cargar sobre su cuerpo con el peso de un reino injusto, un prometido que no amaba y un deber para el que no estaba preparada. Panthro se quedó pensando en los sucesos de su propio pasado.

-¿Y qué debería hacer con Lion-O?

-Podrías preguntarle para empezar.

-Lo intenté… pero ignoró lo que dije, no escucha.

-Tal vez necesita a un amigo, más que a un clérigo de medio tiempo Cheetara ¿no crees?

-¿Tú también?

-Escucha, lo que digo es que tú tienes tus propios deberes hacia Tygra y dudo que Lion-O vaya a confesarte sus problemas a la novia de su hermano, yo no lo haría, además, hay cosas en el fondo que no me has contado, si el ya no te guarda confianza, nada de lo que digas servirá para acercarte a él.

-Piensas que me repudia.

-No digo eso, solo que, si él no pide tu ayuda, deberías ser paciente y demostrarle que a pesar de sus desencuentros y diferencias, estás allí para él.

La respuesta de Panthro era desoladora, aunque tal vez era la más sensata de todas.

El aerodeslizador llegaba lentamente a su destino en el anochecer de los gélidos valles del Tercer Mundo.

####
En los limites del bosque oscuro
Tiempo despues

Una formidable guerrera, aceptó Lion-O para sus adentros, incluso a Mumm-Ra se le complicaría dominar a esa magnífico esgrimista, una maestra en el arte de la espada y de la defensa, aunque por su actitud, fuera de intentar sobrevivir a sus embates, nada más despertó en él.
Esa mujer era una temible combatiente.
-Tienes una magnífica espada, a pesar de ello, no sabes usarla. Maniobró en el aire y le dio un
fuerte empuje con ambas piernas por la espalda, Lion-O cayó de bruces.

Se volteó inmediatamente para bloquear su estocada.

-Debo admitir que eres bastante buena, aún así, no presumas.

-¡Ja!, la legendaria espada de los augurios, capaz de cortar el metal más duro, no es capaz de hacer nada contra una espada común y corriente.

-Solo baja y pelea como es debido y ya verás lo que corta o no corta esta espada.

-Tú no aprendes nada de tus experiencias.

-¿Qué rayos sabes de mí para decir eso?

-Solo que te encanta que te pateen por la espalda.

-¿Cómo te atreves?

Lion-O lanzaba estocadas furiosas, sin ritmo, totalmente encolerizado, la espada emitía rayos a su paso, aunque el ángel fue alcanzada por la energía eléctrica, aguantaba danzando divertida esquivando las estocadas.

-La espada es tan efectiva como el estado mental de su usuario, entre más calmado estés más filo tendrá, los rayos son una muestra de tu ineficacia, eres igual que el déspota de tu padre, piensas con el rabo, no con la cabeza.

-No te burles de mi padre, tu..., Lion-O lanzó un poderosos lance y a pesar de que estaba seguro de lograr asestar el golpe... -¡¿Quéee, imposible?!

El ángel detuvo con sus palmas desnudas el recorrido de espada.

-¿Cómo has podido hacerlo? Sus manos brillaban protegidas por una fuerza misteriosa.

-Si fueras mejor espadachín, nada habría detenido el curso de tu espada. Jaló a la derecha y luego a la izquierda la hoja de la espada e hizo que Lion-O trastabillara derrumbándose en la tierra dura.

-¡¿Magia clerical?! O así le pareció por ese halo de luz amarilla.

-Puedo hacer más que eso. Ella acabó encima de Lion-O, quien sintió que sus brazos y piernas no le respondían.

-Tu concentración flaquea pequeño amigo, entonces algo a lo que deberías ser inmune te afecta. Con sus pies le abrió las piernas y con sus manos aferró sus brazos separándolos.

Solamente los lagartos no tenían pelo, pero allí estaba ella, una impresionante guerrera, cuyos labios rojo carmín le arrebatarían el aliento al más atlético en un instante, Lion-O no tenía simpatía por una actitud como esa, aún así, su tonto corazón le engañó nuevamente latiendo con fuerza.

“¡Oh no, no voy a dejarme engañar nuevamente por este tonto corazón!” Lion-O pensó para sí y sacando fuerzas de flaqueza, se liberó del embrujo que esa mujer le colocó, lanzándole lejos de una patada, ella extendió sus alas para agarrar vuelo, aunque de un salto Lion-O la alcanzó y derribó jalándola con sus brazos, aunque sin usar una exagerada violencia al hacerlo.

Puso su espada sobre el cuello de su enemiga que trató de levantarse.

-Tal vez tengas potencial después de todo. Habló pacientemente.

-¿Quién eres tú?

-No en la primera cita. El ángel apartó la espada de los augurios con el brazalete de su brazo izquierdo, se impulsó con sus piernas girando su tronco y valiéndose de un agarre muy elaborado, se puso nuevamente sobre él con tal facilidad, que Lion-O no tuvo ninguna oportunidad.

-¡Snaaaarf! El pequeño felino gruñó mordiendo el brazo derecho del ángel.

-¡Maldito bicho, como te atreves a tocarme! le golpeó y cayó al suelo con violencia, perdiendo la consciencia.

-¡Te gusta morder, muerde esto! Alzó su espada y la intentó enterrar en la panza del felino.

-¡N-no, no lo lastimes! Los ojos de Lion-O se iluminaron en sincronía con su espada, el ángel sintió una fuerza espiritual poderosa deteniéndola, una fuerza que conocía muy bien.

-¡¿Cómo es que puedes usar ese poder?! ¡No importa me escuchas!, eso no será suficiente, soy más fuerte. Alzó su espada lentamente para rematar al pequeño felino.

-¡Muere!

-¡Por favor, por favor, no le lastimes, te lo ruego! El ángel se detuvo ante la lastimera súplica de Lion-O.

-¡Ja! ¿Qué tipo de rey ruega por la vida de un gato? El ángel se volteó, mostrando una sonrisa llena de ironía.

-No es solo un gato, es mi amigo, el único que tengo. Lion-O dijo con una voz terriblemente consternada.

-Tú eres un sujeto patét...

-¡Zaaam!-

Un puñetazo directo a su casco le lanzó lejos, una mancha roja y azulada pasó frente a los ojos de Lion-O.

-¿Quéee...? Una zapatilla de madera sostuvo el cuello del ángel contra un árbol y luego la jaló de su uniforme impactándola contra el suelo.

-Será mejor que tengas una buena explicación para esto o vas a lamentarlo verdaderamente Mandora-chan.

-¿Ahhh?, Sensei Fedora... yo solo estaba...

-¿Estabas qué...? Lion-O miró a esa ave de plumaje azul, verdaderamente preciosa, con la punta de la vaina de su espada mantuvo a Mandora en su sitio, extendiendo sus largas alas azules.

-Je, je, solo le estaba probando, no iba a lastimarlo. Fedora jaló con violencia a la chica casi al punto de romperle el brazo. -¡Ayyy! Me lastimas Sensei.

-No creía que tu, a quien tengo en tanta estima y consideraba mi alumna estrella, me deshonrase de esta manera, más vale que no le hayas lastimado o lo lamentaras Mandora-chan.

-¿Quién eres tú? Preguntó Lion-O, que fue a revisar a Snarf, quien roncaba rascándose la panza sin preocuparse del golpe.

-Lion-O San, mi nombre es Fedora y tengo un mensaje importante para usted.

####

Lion-O fue llevado a la carpa médica por Fedora y cuatro de sus estudiantes, Mandora les siguió a regañadientes, a pesar de ello y ante la mirada inquisidora de Fedora, sonreía estúpidamente.

Le fue puesto un cabestrillo en su brazo izquierdo, no parecía necesitarlo, estaba ligeramente inchado, aunque Snarf se había llevado la peor parte.

-Tiene torcida la patita, no es nada grave, mantenlo en reposo un par de días y estará como nuevo, la médico auscultó a Snarf asido por Lion-O entre sus brazos, agradeciendo la atención.

Fedora le ofreció un dulce berbil que a pesar de su malhumor, el pequeño felino aceptó, Lion-O observaba a Mandora por la entrada de la carpa médica, estaba enojada, recargada contra un árbol.

-¿Qué rayos le pasa? Fedora le acercó un banco y ofreció una almohada donde puso a Snarf, quien por la anestesia no sentía la pata derecha.

-Lion-O San, deberás perdonar a mi alumna, no es por ti, ha sufrido una tragedia recientemente y eso ha agriado su humor y compromiso para sus superiores.

Se vio en el interior de la carpa médica solitaria, lejos de las carpas de heridos producto de la batalla contra los lagartos, mostrando la importancia y estatus de los que allí se atendían.

-Le he pedido que te trajera, no esperaba que fuese a hacer una locura como esa.

-Vaya, pues casi me mata, parece que tengo ese efecto en la mujeres.

-Perdónala, es una chica muy impulsiva, la traición de Vultaire le ha sentado muy mal.

-No es al único te lo aseguro, como sea, no es una justificación para atacar a alguien sin provocación alguna, lo dijo mientras se pasaba el dedo por el borde del cuello de cisne de su camisa, un área que le dolía en extremo.

-Lo siento mucho, en verdad que estoy muy apenada, sufrimos un ataque y antes de que pudiésemos hacer nada para defender nuestra ciudad, la mayoría de nuestras amigas guardianas fueron abatidas, ha sido una experiencia traumática para las que sobrevivimos.

-¿Te refieres a un ataque de los lagartos?

-No, fue una emboscada de nuestra propia gente, acabaron con nuestra orden en ese mismo día.

-¿Quieres decir que antes del ataque de Mumm-Ra les tendieron una emboscada?

-Así es… usaron gases adormecedores para dejarnos fuera de combate, sobrevivimos porque Madre Scandiacus nos sacó y ocultó en uno de los conductos de ventilación Lion-O San.

Lion-O no sabía porque le decía San, pero supuso que era alguna clase de título honorífico.

-¡¿Lion-O, está el rey Lion-O aquí?! Dijo débilmente lo que parecía ser una venerable búho, recostada sobre una de las camillas, completamente ciega por lo que pudo apreciar.
La madre Scandiacus estaba recostada en una camilla meditando.
-¡Madre Scandiacus! Fedora corrió a sujetarle las manos.

-¿Fedora, es cierto, Lion-O, está aquí?

-Sí su eminencia, él está aquí por fin. Por favor Lion-O San, necesita de usted, recientemente despertó del coma profundo en el que se encontraba, por eso es que le he llamado.

Él dudo al principio, pero al final puso la almohada donde recostó a Snarf em la cama contigua y se sentó al lado de la señora, el felino le miró desde su sitio chupando su dulce berbil tranquilamente.

Scandiacus rodeó sus manos con fuerza y fue palpando con ellas sus brazos y rostro.

-No eres un león enorme como tu padre, eso es un avance, reconozco el contorno de tu bella madre en tu rostro.

-¿Conocías a mi madre? Con su voz ronca ella fue contando lo que a consideración de Lion-O, eran las palabras de alguien muy sabio.

-Le conocí un buen día hace mucho tiempo, mientras recorría en mi viaje de aprendizaje las tierras del Tercer Mundo, tu madre no siempre fue una reina de su casa, hubo una época, a pesar de su débil complexión, que te hubiese sorprendido, tal vez por eso calmó las ansias de poder de tu padre, el rey Claudus, siento ese poder en ti.

-Vaya, así que mi madre tiene un pasado interesante.

-Le pedí a Fedora que te trajera, pero por este cabestrillo… puedo entender que mi niña Mandora ha hecho gala de su legendaria impulsividad.

-¿Por qué me han traído aquí?

-Quería verte, para mi desgracia mis ojos han sido apagados por la llama de una traición. El búho le mostró sus grandes ojos grises, que alguna vez fueron anaranjados, rodeados de un área sin plumas producto de fuego, que le quemó la piel del rostro.

-Fedora ha mencionado una emboscada, ¿a qué se refería?

-Lo que has supuesto, Vultaire nos puso una trampa, nuestra orden milenaria fue aniquilada por ese sujeto y posiblemente por miembros del consejo que huyeron o se ocultaron durante el ataque, ellos negociaron con Mumm-Ra, no me extrañaría que hubiesen debilitado nuestras defensas a propósito.

-¿Y cómo sobrevivieron?

-No lo sé, un milagro supongo, me desperté ayudada por Fedora, nos llevamos como pudimos a mis pupilas en estado inconsciente a un conducto de ventilación que desvió el gas, solo las pude salvar a ellas, entraron y asesinaron a los demás miembros de la Orden que vieron en el suelo, estuvimos ocultas. Alessa, a quien ves postrada en esa cama, le dispararon en la cabeza, pero sobrevivió por su gran fuerza espiritual y cuando la ciudad se estrelló nos salvó del incendio, desde entonces está así.

Scandiacus con precisión giró su cabeza, a pesar de su ceguera, señaló a un ave que estaba envuelta en vendajes de su rostro.

-Ya conoces a Fedora y por lo que veo, mucho más a la atolondrada de Mandora.

-¡No es cierto, lo que él te diga es mentira!, Mandora interrumpió.

-¡Mandora-chan, guarda silencio! Fedora le gritó.

¡Thuuum!

-¡Ay!, Mandora hizo un puchero ante la energía de Fedora que le golpeó en el casco.

-No tiene remedio, a pesar de su carácter, tiene un corazón de oro... muy en el fondo, Ji, ji, no deberías juzgarla sin conocerla.

-Si usted lo dice... Lion-O miró completamente incrédulo al ángel quien enojada se ocultó tras el árbol.

- Cuando salimos de las instalaciones de la Orden encontramos a Mandora desmayada sin su casco, dijo que alguien le había pegado en la nuca, gracias a eso sobrevivimos cuatro miembros de los poco más de noventa que conformábamos la Orden. Además claro, de cuatro de nuestras aprendices, aunque otras vivieron para contarlo, sus padres no las querían cerca de nosotros luego de lo ocurrido.

Lion-O miró con detalle a las cuatro encapuchas que discretamente atendieron a esa alta y esbelta ave, cambiándole sus vendajes, lo más seguro es que, a diferencia del resto, se habían quedado huérfanas y la Orden era lo único que les quedaba.

-¿Entonces Vultaire ya trabajaba con Mumm-Ra, aún antes de que llegásemos?, si ese era el caso, ¿por qué Mumm-Ra no tomó la piedra?

-Hay muchas cosa que yo no puedo entender de lo que sucedió, aunque sí te puedo asegurar que es algo premeditado, quería que le vieras con su malévola forma final y su juego morboso con esa felina traidora, si me permites especular, quería demostrarte que su poder es ilimitado, que siempre estará por encima de ti.

-¡Fu! Pues... lo ha hecho muy bien, precisamente es la sensación que tengo. Lion-O suspiró recordando lo sucedido. Scandiacus le tomó de ambas manos, apretándolas con fuerza.

-El mal del Señor Oscuro no se compone únicamente de su magia y poder físico, su símbolo parece estar hecho de dos serpientes enfrentadas, aunque si te detienes a pensarlo, ambas serpientes son la misma. No solo es malvado, su objetivo es el engaño y la traición, romper el bien que hay en cada persona, su voluntad y confianza. Fuiste traicionado por una persona que resultó ser una cabeza más de esa serpiente, es así como trabaja ese monstruo y sus amos.

-¿Cómo sabes de lo que ocurrió en aquella sala...?

-Desde ayer que desperté me he enterado de las cosas que nos llevaron a la caída de nuestra amada ciudad y tu historia es bien conocida entre la población, acostumbrada a vivir con sus ojos en las holopantallas, es como les han manipulado todo este tiempo, incluso nosotras estábamos ciegas, no vimos los signos y confiadas fuimos llevadas a nuestra perdición.

Lion-O recordó esos dispositivos de video en que los avistianos se enteraban de las noticias del Tercer Mundo, así que no le sorprendió que hubieran captado con cámaras de monitoreo, el momento en que Pumyra le traicionaba.

-Me sorprendió la forma en que te negaste a caer en la tentación de reclamar la piedra para ti, es una lástima lo que ocurrió con tu amiga.

-¿Usted sabe si hay alguna manera de rescatarle, de salvarle de la influencia de Mumm-Ra?

-No quiero engañarte Lion-O, lo más evidente es que su odio por ti es ya demasiado intenso y su dependencia por el Señor oscuro es casi total, incluso la bondad que quede en su interior es discutible y deformada, si te centras en ella, terminarás fracasando, no puede ser salvada, al menos no en tu estado actual, debes aprender muchas cosas antes de siquiera intentarlo.

-Tengo fe en que puedo salvarla, de traerla de regreso, usted dijo que veía ese poder en mí.

-Incluso si derrotas al señor oscuro, incluso si lograras redimirla, es posible que ella desaparezca con ese poder y el resultado no cambiará, seguirá bajo su influencia, si quieres salvarla, si quieres redimirla, debes asumir la posición más razonable.

-¿Y cuál es?

-Debes matarla, demostrarle al señor oscuro que no te interesa, él no siente amor, ni pena, para él es un objeto valioso porque tú le quieres y deseas, si la asesinas sin piedad, él sabrá que ya no le sirve y la desechará para siempre.

-¿Qué pasará con su alma?

-Responderá por sus crímenes y un día podrá alcanzar la paz espiritual que necesita.

-Pero ella es una víctima. Scandiacus dirigió su rostro a Lion-O con una expresión dura al escuchar esa frase.

-Tal vez Mumm-Ra la controle Lion-O, pero ella se entregó a él primero, buscaba venganza, a cambio le entregó su alma.

-Eso no puede ser.

-Mientras no puedas asumir su pérdida, no podrás salvarla, es una serpiente que aguarda para darte una mordida mortal, tu bondad y amor a ella puede ser la causa de tu desgracia y la de los tuyos.

Un silencio largo invadió la habitación, hasta que Scandiacus le dedicó un susurro.

-Hmm, si tal es tu deseo por salvarle, debes tener paciencia, aprender lo necesario y cuando estés seguro, nadie podrá decirte que debes hacer, tú mismo encontrará la respuesta más adecuada.

 Lion-O entendió que no le ofrecería otra solución más rápida que esa, así que cambio de tema o terminarían en una en una discusión y no podía culpar a esa amable señora por decirle su opinión.

-Esa chica... Mandora, usó una magia que me resulta familiar, ¿son alguna clase de clérigos?

-No precisamente clérigos, pero nuestras raíces son las mismas Lion-O, en muchos aspectos, somos la última orden religiosa del mundo de las aves -y quizás- del Tercer Mundo, que como los clérigos, nos dedicábamos al cuidado de las piedras y el registro de los Augurios.

-Es increíble, cuando Cheetara lo sepa va a sentir mucha alegría. El ave alzó la cabeza como si ese nombre le resultase familiar.

-Ah... te suplicaría que lo mantuvieras en secreto, no es por eso que te he traído aquí. A Lion-O no le agradaban los secretos y eso le despertó inquietudes.

-¿Y qué hay de mi madre, podrías contarme sobre ella, cómo es que la conoció?

-Cuando tengas más control sobre el libro de los augurios, no necesitarás que nadie te lo cuente, podrás verlo por ti mismo, yo... -Cof, cof- Scandiacus tosió escupiendo sangre.

-¡Madre Scandiacus! Fedora y sus pupilas, incluso Mandora, se apresuraron a atenderla, estaban escuchando seguramente tras la cortinilla, sintió mucha pena por las subordinadas de Scandiacus, cuyos rostros mostraban una expresión de verdadero dolor.

-Pequeñas mías, ya lo sabía desde el momento en que me desperté, que no tendría demasiado tiempo, debo completar mi misión sin estar preparada, aun así, debo hacerlo, ahora déjenme a solas con el joven Rey, tengo asuntos importantes que discutir con él.

Soportando el dolor, la búho con un gesto hizo que Fedora y sus acólitas abandonaran la carpa médica, Lion-O comprendió que era algo de sumo secreto por la manera en que ella gesticuló, él cerró la cortinilla plástica, aislando la cama de Scandiacus del resto de la carpa.

-Se que tienes muchas preguntas, pero no debo ser yo quien las responda, con el tiempo descubrirás todo por ti mismo. Te he traído porque quiero que me escuches Lion-O, porqué mis palabras están por apagarse como mi vista, tengo una importante misión que encomendarte.

-¿Misión?

-Es sobre el sueño de un viejo amigo mio, uno que conoces muy bien, relacionado a la misión que te encomendó, el sabio Jaga.

-¡¿Conoces a Jaga?! ¿Cómo?

-Eso no es importante, quiero encomendarte una nueva misión y sé que será difícil para ti, como sea, creo que es el momento idóneo y de no solucionarlo rápidamente, puede acarrearte en el futuro grandes inconvenientes.

-Otra misión... no lo sé, no parece que vayamos mejor con la que nos encomendó.

-Sé que estas buscando la última piedra, sé, que bajo el consejo de Jaga, intentas pelear por el Tercer Mundo tratando de unir a los animales... a pesar de tus buenas intenciones, debes posponer tu misión.

-¿No hablará en serio?

-Lo digo completamente en serio, los caminos del llamado se abren ante ti, puedo sentirlo, necesito de tu ayuda.

-¿Llamado?

-Lo que quiero que hagas es de tal importancia que si lo realizas bien, no dudo que te ayudará en tu misión principal y te dará algo importante que no podrías obtener de otra forma.

-Hmm… no prometo nada, pero le escucho.

-Eso ya es un comienzo hijo mio, dijo la búho Scandiacus con optimismo.

####

En algún lugar de la periferia de carpas de Avista

Lion-O caminaba ensimismado en sus pensamientos, no sabía si creer o desconfiar de Scandiacus y realizar su voluntad, tendría un problema realmente serio al tomar ese encargo, hacerse responsable de otras siete personas, no solo de ellas, sino de una gran parte del Tercer Mundo sería un peso demasiado grande para sus hombros.

La primera idea de Scandiacus era reconvertir lo que quedaba de su Orden a los caminos del clero de Thundera, dado que ya no tenía ninguna piedra en su poder y eso hacía de su Orden algo sin propósito.

Dio una larga vuelta caminando al rededor de Avista, hablando con sus habitantes y sus aliados, relacionándose con sus problemas, participando en sus discusiones, le era ya tan natural que le sorprendía su propia capacidad y pudo entender a lo que ella se refería en el fondo, no podía simplemente dejar que esto se echara a perder, todos los animales luchando por un bien común, tenía que regresar a casa y prepararse para el futuro, las piedras eran la locura de Mumm-Ra, no la suya y si había un momento en el cual debía poner una primer piedra, ese era el momento.

Debía esperar el primer movimiento de su adversario y decidir qué camino tomar.

Pensó que Jaga tendría todas las respuestas, pero esa búho le hizo reconsiderar las cosas, Jaga después de todo, deseaba recrear lo que a su consideración era la manera idílica en que el Tercer Mundo regresaría al camino que una vez Leo planeó para Thundera, que se convirtió en un reino exclusivo de felinos y sus castas estratificadas, incluso ellos no se salvaban de la discriminación por tener colas y orejas sobre la cabeza.

Él estaba allí para decidir el camino que seguirían y se sentía completamente solo, no era capaz de confiar en nadie, ni en sí mismo, eso es lo que Mumm-Ra se había llevado de él, su confianza, como fuera, quería creer que podía salvar a Pumyra y que todo volvería a la normalidad, no quería recorrer ese oscuro camino enterrado en su corazón, dejarse dominar por su pesar y que su existencia fuera dedicada a una venganza inconsolable.

Cargaba a Snarf con su brazo derecho, quien plácidamente se acurrucó en su pecho. Mandora le seguía el paso, que por órdenes de Fedora le acompañaba para servirle en todo lo que él necesitase, como castigo por su falta, no podía negarse por las súplicas que en secreto, su maestra le dijo al oído, platicaron largamente de la situación de Avista, la divisiones internas, los odios, el miedo y la falta de rumbo que adquiría la ciudad al no tener un liderazgo claro, algo que parecía interesarle en extremo, a pesar de su fría expresión que no tenía muchos matices fuera del irónico o desafiante.

« ¿Cuáles eran los principios de su mundo, los principios que él defendía?», le preguntó la Madre Scandiacus.

No pudo responder a la pregunta, no creía que existiera ningún principio fuera del poder de la espada y superioridad de Thundera sobre otras especies, por tanto, era necesario crear sus principios, el código que hacía que todos comprendieran la razón de su lucha e inspirar sus ideales, o sería una búsqueda sin sentido.

-¡La justicia, desde luego!, Mandora dijo con seguridad, mostrando su carácter autoritario y voz fría, -Es el reclamo de los animales, de toda raza, necesitan de las leyes para tomar el control de sus propias vidas.

-Pero de nada sirve la justicia si tras de ella no hay verdad, si se considera producto del capricho de un gobernante, de la intolerancia de una autoridad, haciéndose injusta, la gente debe creer que la justicia procede de la verdad o no la seguirá. Dijo Lion-O siendo muy claro con el ángel de que no buscaba ser un dictador.

-Siendo así, con la justicia y la verdad en tus manos, debes buscar la lealtad, la fidelidad de tu gente, pues de nada sirve ser justo o decir la verdad a personas incapaces de ser leales, de traicionarte con cada giro de los eventos solo porque no les favorece, debes considerar que las holopantallas son un buen medio de promoción para las ideas y... las lealtades del pueblo, si tienes al populacho en la mano, los poderosos... serán pan comido.

Ella pasó su brazo por el cuello de Lion-O quien se volvió a separar.

-Vaya, eso es... impresionante Mandora; Lealtad, aunque no estoy seguro de si usando mentiras...

-¿Quien habla de decir mentiras?, yo solo hablo de promoción. Lo dijo en un tono dulce, a él le parecía que Mandora lo estaba probando.

-Leo, el primer Señor de los ThunderCats tenía el sueño de traer la libertad a todos los seres del Tercer Mundo, ahora esas mismas persona que él liberó esclavizan al resto, debemos recuperar y honrar ese legado, una vez obtenida la libertad la gente debe decidir por sí misma, no necesitamos un nuevo dictador, no me convertiré en uno, eso es algo que Grune o Mumm-Ra harían, no yo.

-Bonitas palabras amigo, un día serás un gran político... como Vultaire.

-No voy a ser como Vultaire.

-Es posible que no, ya sabes... Vultaire tenía por único principio la superioridad de las aves, tú hablas de justicia, honor, verdad y valor, aunque en el fondo dudas de que la gente que te rodea pueda seguir esos principios.

Ella contoneaba su cuerpo de un lado a otro pasando sus alas muy cerca de él, dejando que su olor natural envolviese al felino, quizás una curiosa y sutil forma de cortejo olvidada por los thunderianos u otro intento de hechizarle.

-¡Mmm! N-no principios para las personas, más bien... mi código, un código que siga el Rey.

-¿Y qué pasa con el resto del mundo? La chica se reclinó demasiado, tanto que casi tocaba su cara con los labios. Lion-O la esquivó.

-¿S-si yo no puedo seguir un código, entonces por qué la gente debería hacerlo? Thundera fue fundada para todos los seres del Tercer Mundo, tenía sus propios códigos, pero nadie los seguía, ni siquiera el rey, por eso se convirtió en un lugar para felinos opresores.

Mandora mostraba su incredulidad.

Tenía razón en dudar. Sonaba lindo; un código para que el mundo entendiera su ideal. En el fondo de nada servía si en su mente se paseaba el fracaso. Estaba tentado a unirse a Mumm-Ra, si tan solo le permitiese estar al lado de Pumyra, no era razonable, pero eso sentía.

Scandiacus le dijo que no podía evitar la oscuridad de su corazón, ningún ser podía evitar que la luz y la oscuridad habitasen dentro de su ser, pues bien se dice que nada es totalmente puro, ni siquiera los dioses, él debía decir que lado dominaría su vida.

-¿Piensas mucho en ella, digo... en la traidora? Mandora habló en un tono muy estudiado.

-No me importa que me haya traicionado, si por lo menos se quedará a mi lado. Es injusto, me esforcé, en serio lo hice, quise demostrarle que estaba allí para ella, no funcionó.

-Si se tratase de un tema de justicia, te aseguro que mi paga sería del doble que la tuya. Mandora miró al suelo por unos instantes.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Regresarás a Thundera?

-No he decidido... tal vez.

-Lion-O... a pesar de lo que diga Scandiacus, el consejo pronto elegirá a un líder, quiero postularme, ser Prefecto y necesito de tu apoyo. Lion-O sabía que Mandora no le había seguido con fines puramente filantrópicos o propios de una guía de turistas.

-¿Y cómo sabes lo que Scandiacus me lo pidió a mi?

-¿Acaso no es obvio? Lion-O no le aclaró sus dudas, seguramente le había espiado, no conocía todos los detalles.

-Después de casi matarme es muy precipitado ¿no crees?

-Eso… bueno, a veces cometo errores como todo el mundo hace, además, originalmente yo iba a ser elegida Prefecto de Avista ¿sabes?, por desgracia… hubo un “inconveniente”, aunque ahora es diferente. Tú quieres irte ¿no es así?, yo deseo quedarme a reconstruir mi ciudad, ¿qué pierdes si me apoyas? Ganarías una aliada. No importa lo que diga Madre Scandiacus, debes completar tu misión, en vez de hacerte cargo de un montón de gente desconocida.

Mandora bajó la mano que puso en la espalda de Lion-O, tan abajo que obligó al felino a dar un pequeño salto hacia adelante.

-¡Ey, vigila tus manos! T-te he dicho que n-no lo sé.

-¡Me gustas!

Lion-O abrió los ojos totalmente sorprendido, trastabillando y pegando su espalda contra el tronco de un árbol, Mandora le cerró el paso y lo aprisionó con su cuerpo y alas. Esas maneras tan femeninas de actuar, pudieron más que su fuerza física, Snarf ronroneaba plácidamente dejándose llevar por la sensación.

«Uy, uy, do-ble-men-te tra-idor» Lion-O miró a su mascota a quien deseaba apretarle su pequeño cuellecito, aunque nunca haría algo así, ganas no le faltaron.

-¡Apóyame... puedo ser tu mejor aliada si lo deseas!, pelearemos juntos contra Mumm-Ra... llegado el momento… tú podrás seguir con tu viaje sin preocuparte de esta ciudad. Alzó el puño como dando un discurso, aunque sus manos no permanecieron quietas.

-¡Oíii! Lion-O se quejó cuando ella recorrió con sus dedos imitando una caminata sobre el peto de su armadura.

Mandora hizo movimientos con tal maestría sobre su cuerpo, que sintió encontrarse dentro de una olla a punto de ebullición.

-No tengo a nadie Lion-O, lo perdí todo, mucho tiempo atrás y recibí un castigo que no merecía ¿deseas saber cual fue?, Lion-O no respondió, aun así, Mandora con un hablar extrañamente meloso y picaro, extendió sus alas para atenuar la luz y lentamente se quitó el casco mostrando rostro.
Mandora usa su poder mágico para tratar de someter a Lion-O.
 -¡Por todos los Ancestros ¿qué te ha ocurrido?! Sus ojos eran extraños, una superficie rojiza, cuyo iris estaba completamente en blanco, no eran normales, brillaban, hechicería de alguna clase los habían vuelto así, de la sorpresa inicial, pasó a reconocer la mágica belleza de Mandora, su mirada era afilada, la mirada de un águila sobre su presa.

-Fue un castigo.

-¿U-un castigo, de quién, por qué?

-Es... el peso que debo cargar porque una persona muy importante para mí, traicionó a mi gente, un día voy a reclamarle justicia y tú puedes ser el medio para que eso se cumpla.

-¿Y por qué me cuentas esto Mandora? No ganarás mi confianza de esta manera. Lion-O deseaba bajar la cabeza, pero ella la mantuvo fija con sus dedos, presionándole delicadamente la barbilla.

-Eres igual a mí y lo sabes, el costo y el dolor de una traición, el dolor de ser abandonado por alguien en quien confías con tu vida, es por eso que ambos podemos ser aliados y... más que eso, el amor no es un bien exclusivo de los felinos. Ella puso su mano sobre el peto de Lion-O y recorrió su superficie hasta posarse sobre sus hombros hasta abrazarle.

-Ya... te lo he dicho, no lo sé, siento que hay mucho odio en ti. ¿Y qué si no cumples tu palabra?

Mandora quiso atrapar sus labios nuevamente, aunque él volvió a desviar la cara.

-Te seré fiel solo a ti si me apoyas, si lo haces ya no te sentirás abandonado ni humillado nunca más.

-Eso ya lo he escuchado antes.

Fue una sensación realmente extraña, Mandora posó la punta de su nariz sobre su mejilla, recorriendo su superficie hasta la base cuello y subiendo a sus orejas, una sensación misteriosa y electrizante, tanto, que él cerró sus ojos dando un profundo suspiro, dejándose dominar por sus sentidos.

-Mandora... n-no, e-esta no es la... forma.

-¿Seguirás aferrado a la idea de tu princesa ideal? Yo soy real y estoy aquí. Ella continuó su trayecto hacia los labios del felino, Lion-O se fue relajando imitando a su mascota, se le escaparon leves ronroneos.

Se preguntaba la razón de esta repentina reacción ante una extraña, ¿era una magia poderosa que le influenciaba a un estado desconocido de excitación, o verdaderamente deseaba que sucediera, deseaba ser besado por ella?

-Yo ya tengo a alguien, e-esto no es correcto. Lion-O pasaba del rojo al azul en fracciones de segundo avergonzado.

-Esa traidora jamás será tuya, no lo ha sido desde un principio, no lo será nunca, sin embargo, yo...

Simplemente no podía creer en las palabras de alguien que unos instantes antes, intentó acabar con su vida, recordó a Pumyra en ese momento, tratando de matarle en un estadio de gladiadores, fingiendo dejar su odio detrás, hasta tener la oportunidad de apuñalarle por la espalda, Mandora no le parecía diferente, tratando de seducirle, para luego sin mucha gracia, apelar a sus sentimientos de zozobra.

No podía negar que era un embrujo demasiado poderos, de pronto los ojos de Mandora brillaron con más intensidad, imponiéndose con una presencia dominante y segura, resaltando el olor de su aliento, lo terso de su piel y la delicadeza de sus facciones actuaron como un anestésico, rompiendo su voluntad, extrañamente deseaba abrazarle, responder a sus caricias, aunque algo en su mente le detenía, no solamente la desconfianza, por sobre todas las cosas, tenía a alguien en su corazón que necesitaba de su ayuda, esto no podía detenerle, sería como traicionarse a sí mismo.

Reuniendo una fuerza de voluntad que no tenía, logró apartarse.

-¡Nooo!, no puedo, lo siento... si ellos te elijen te apoyaré, yo no puedo hacer esto, no así.

Lion-O la hizo a un lado y se alejó del ángel que no se opuso esta vez, acomodándose el casco, ella notó la presencia de Fedora, quien estaba subida en la rama del frondoso árbol, donde Mandora intentó dominar con su magia a Lion-O, le mostró una expresión alegre.

-¿Qué piensas ahora Madora-cha?

-¡Hummm! Debo reconocerlo... no pensé que fuera tan fuerte ante mi poder, menos contra ustedes cinco, con nuestra fuerza solo le pudimos reducir un poco...
Mandora y Fedora observaron a Lion-O marcharse.
- Si no hubiera llegado en aquel momento, las cosas se hubieran puesto feas y mi experimento se te habría ido de las manos. Yo tenía razón, él es un ejemplar muy interesante.

-Y gracias a tí Sensei, Lion-O pensará que soy una lagartona cualquiera, que lo trata de manipular sin escrúpulo alguno.

-Es parte del trabajo pequeña mía, debes acostumbrarte, ser parte de la Orden a veces es una tarea de lo más ingrata.

Fedora le entregó la espada que Mandora usó en el combate contra Lion-O, veía las marcas dejadas por la espada de los augurios en la superficie de la hoja.

-Esta arma legendaria debió soportar el filo de la espada de los augurios, en cambio, casi está rota.

-Seguramente ese clérigo amigo de Madre Scandiacus se había decepcionado, pensó que Claudus sería el último del linaje de Leo, quien podría imaginarse que el más débil de todos los leones podría ser así de fuerte.

-Presionó mucho al destino al usar esa magia, Mandora se ajustó su espada y se puso una capucha, algo que Fedora imitó.

-El príncipe Tygra es magnífico, fue mi primera elección, su historia encaja a la perfección, fue una lástima que fallara la prueba de la espada, pero al ver a Lion-O San, sé por qué Madre-sama le quería. Se podía escuchar la emoción en la voz de Fedora.

-No se dejes llevar solo por tus creencias Sensei, quizás sea el indicado, pero no está listo. El príncipe Lion-O es una apuesta, a pesar de él seré Prefecto, no puedo dejar el futuro de Avista en las manos de una promesa.

-"Yo tampoco" Mandora-chan, aún así, mi deber también significa que debo creer en eso que llamas apuesta.

-Espero que no te arrepientas Fedora Sensei.

-Creo en ti y nunca me he arrepentido de ello, así que no lo pongas como si fuese malo. Fedora cerró sus ojos apenando a Mandora.

-No quise ofenderte maestra.

-¿Te gusta verdad? No muchos soportan tu encantamiento mágico y eso te rompe. Fedora miró detenidamente al ángel.

-¡Sensei, usted es imposible, es solo… un niño! Mandora carraspeó, Fedora se rió con dulzura tapándose con una mano su pico.

Las dos amigas desaparecieron guarecidas por la oscuridad.

Fin de parte 2



Faltan publicar varias imágenes de esta hoja, se subirán cuando estén terminadas.

6 comentarios:

  1. Una vez más te lo digo, cada día mejoras barbaramente chamo, ¡que bien cuidado el trabajo en todos sus detalles!!...excelentes ilustraciones.

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    1. En algún punto las voy a colorear, aunque de momento estarán en escalas de grises.

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  2. Ah por cierto, ¡Que fea es la Scandiacus XD!!...

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    1. Pobrecita es una buho ciego y quemada de la cara.

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    2. ¡Aaaay con razón, pobre señora!!... eso si que no se lo deseo a nadie, debe haber sufrido un montón ¡que desgracia ¿verdad?!.

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  3. oye hermano me agrada tu trabajo espero que lo continues en el anime la regaron por no continuarlo pero, por otro lado tu seguiste adelante como un fancomic aunque seria bueno al estilo manga pero es interesante te apoyo hermano gran trabajo att:avalosjon

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