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domingo, 20 de octubre de 2013

Capitulo 1, Episodio 27: El último clérigo (3 de 5) "Estigma"

Esta parte del capítulo lo he dividido en dos porque es largo, la primera parte se llama "Estigma y la Segunda "La orden de las Guardianas".

Siento mucho el retraso, pero espero será más rápido.


"Estigma"

"La historia no siempre se apega a la realidad, la idealización y el doble rasero está a la orden de día, la verdad llega a ofender."


2 kilómetros sobre la ruta de caravanas de los comerciantes Wolo-Bolkins

Lion-O se despertó con un terrible dolor de cabeza sobre la duela de madera de una carreta de comerciantes wolos, quienes le ayudaron a incorporarse, se maravillaron que no se hubiese matado con el golpe.

-¡¿Qué una mano te empujó?! No quiero contradecirte señor mio, pero evidentemente no hemos visto a nadie, escuchamos el golpe, te auxiliamos, nada más oímos. Dijo un wolo de barba negra y bastante joven.

-Estoy seguro de que fui jalado hacia atrás, el caballo caminaba tranquilamente y alguien me jaló con fuerza, ella...

-¿Ella? Bufo otro wolo de un sombrero negro y cara rechoncha que se reía entre dientes.

-Me pareció ver, creí… Era la segunda vez que Lion-O veía una aparición de Panthera, estaba parada a un lado del sendero labrado en la roca por donde los wolos transitaban en sus caravanas evitando a los forajidos y lagartos que rondaban la zona.

No parecía feliz en absoluto, cubierta con una caperuza gris, le siguió con los ojos hasta que él perdió la consciencia con el golpe.

-Fuiste afortunado, de caer más cerca de la barranca abrías tenido una muerte segura, parte del sendero se desprendió con la caída, tu animal se lastimó un pata, si se la hubiera roto le habríamos tenido que sacrificar.

-Rayos, no esperaba que me fuera así. Es raro, me siento diferente, como si una opresión en el pecho que llevaba de semanas atrás hubiera desaparecido.

-Ya les habíamos advertido muchacho, esos son los efectos del bosque negro, conforme nos alejamos de la ciudad muerta parece como si quisiera atraparnos en su embrujo y llevarnos de vuelta, yo estoy acostumbrado, ustedes los jóvenes nunca aprenden, deberían huir mientras aún conservan la vida.

-Viejo, en serio, esos cuentos de Bolkins únicamente asustan a los niños, dijo el wolo más joven.

-No seas estúpido muchacho, ¿piensas que es lógico que nadie haya reclamado estas tierras fértiles? Ni siquiera los lagartos se atreven, aquellos que la han poseído acaban muriéndo de formas muy crueles. El venerable wolo ataviado con una ropa de estilo ganadero pegaba con su bastón en el piso de manera reiterada despostillando la duela.

-¿Y si es así por qué te has aventurado a estas tierras? El wolo más joven puso una cara de muy pocos amigos.

-Soy viejo, aún así tengo familia, lo hago por ellos no por el afán de la aventura.

Lion-O no necesitó pensarlo mucho, comprendió que cada uno de ellos había dejado su estilo de vida para aprovechar la oportunidad de vender sus productos en Avista a expensas de la cofradía, a expensas de cualquier situación peligrosa.

-¿Cuánto tiempo ha pasado?

-A lo sumo seis horas señor, queríamos regresar el camino andado, de haberlo hecho habría sido un problema, el campamento tiene tiempo de haber sido levantado, así que pensamos llevarte con nuestro doctor, has tenido mucha suerte en que estuviese por el lugar.

-Hmm, esperaba alcanzar la zona de cavernas en un par de horas.

-Por eso no tienes que preocuparte muchacho, esta es la zona que andabas buscando, generalmente hacemos nuestro campamento en invierno, por ti hicimos una excepción porque eres un cliente preferente.

-Deseaba visitar una “posada forajida” al sureste antes de mi regreso, parece que eso no va a ser posible, voy a tardar días en encontrar un pasaje subterráneo hacia las montañas interiores.

-En estas cuevas vive la gente de las raíces, no tienen dinero, por lo general nos ignoramos mutuamente, aunque por un cargo adicional… podemos contratarles para que hagan el trabajo más fácil para ti, si quieres te damos un “crédito”.

-No gracias, ustedes los wolos son muy “creativos” con las finanzas, prefiero el efectivo. Algunos wolos dejaron escapar tímidas risas.

-Me “parece” que no eres de los que trae efectivo. La insinuación de que le habían esculcado no podía dejarla pasar, aunque su prioridad era encontrar un pasaje y dado que la espada estaba a su lado, supuso que uno de ellos había sufrido el rechazo de la espada, pues uno de los wolos tenía apretadas vendas en sus manos producto de las quemaduras, nadie en ese lugar le diría su nombre verdadero, un apodo como El viejo, Joven rasgado, Barba gris, Agitado sombrero pardo, Descocido Doe, eran apodos comunes usados por esos comerciantes que no intimaban con los extraños fuera de lo necesario para sus negocios.

El felino sacó una daga, desabrochando una tapa de rosca en la empuñadura, sacó un par de monedas de platino con un aro de oro rodeándola, se miraba el escudo de “La cofradía de mercaderes wolos y bolkins asociados del Ducado de Aspirin”.

“Muy listo” Se observaba estampado en las caras de aquellos wolos que le hacía de alguien bastante ingenuo.

-¡¿Un ducado de la cofradía de Aspirin?! ¿No sabía que teníamos un duque por estos lares, menos un Aspirin? Se burló un wolo de abultada barba gris, que le recordaba al viejo Ponzi.

-Técnicamente no, pero dado que soy un rey…

-¡¿Así que te aceptaron el oro después de todo?! Se maravilló el más joven.

-Sé bien que el oro carece de valor con el comercio colapsado, cuando esto pase, el dinero de un ducado wolo no será un mal activo, más si su valor es reconocido por un rey.

-Hmm, eso sólo  si los lagartos no alzan su bandera en Thundera primero, por lo que he oído se están haciendo fuertes al noroeste ¿Y tú esperas que la cofradía confíe en ti cuando no puedes con tus propios súbditos?

-Nadie se resiste a invertir en un par de nombramientos reales, no importa si provienen de un rey sin poder, pues de nada sirve tener riqueza si esta no es legitimada por un escudo, una de las razones por las que la cofradía se esconde, deberías saber eso muchacho. Le dijo el wolo de más edad al más joven.

El felino sonrió con un poco de petulancia, así fue siempre en Thundera, con su padre vendiendo títulos nobiliarios a comerciantes sin abolengo que necesitaban de un escudo que protegiera sus riquezas frente a los terratenientes y señores feudales, así que no representaba una afrenta a la dignidad de su linaje.

Los wolos se miraron, todos se rieron, aunque el joven león no cambió su expresión de seguridad que incomodó a los wolos.

-Primero tenemos que consultar a la cofradía, mandaremos una salamandra voladora mensajera. Dijo el que parecía ser su líder.

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Entrada de Avista
Dos horas despues

La gruta era estrecha y reblandecimiento de la tierra hizo más angosto un camino lleno de piedras volcánicas, el tanque felino simplemente se aplastó contra la roca sólida, envuelto en un rechinido tortuoso sacando chispas, que hizo que Cheetara y Tygra, que estaba discutiendo en el interior, saltaran y se golpearan.

Panthro miró a Ro-bear-bill que negó con la cabeza, estaba acabado, el tándem del tanque se había contraído con el peso y las orugas de la cadena del tanque se deformaron hacia los lados.

-¿Así que no se podría peor? Dijo a regañadientes a Tygra, que mareado alcanzó la escotilla donde alguna vez hubo una portezuela que salió disparada al aire cayendo cerca del concejal Horus, que tragó saliva del susto.

-Es todo. Panthro salió conteniendo las ganas de destruirlo con sus brazos, sacando con cuidado a Ro-bear-bill que no alcanzaba a entender la pobra manufactura de su creación.

Cheetara pasó delante de los dos sin apena mirarle, se observaba deprimida y se sentó para clavar en la tierra su bastón del que creó una especie de respaldo donde se sentó.

-Ese tal Soul Sever, finalmente dijo.

-¿Qué hay con él?

-Aprovechemos estos días, si usamos uno de los transportes podríamos pasar la cordillera.

-¿No irás a por Kit y Kat?

-Ellos saben cuidarse mejor de lo que crees, estarán mejor con “ese imbécil” que con nosotros, por otro lado"…"

Cheetara se quedó en silencio, era la primera vez que usaba un término tan despectivo hacia Lion-O y estaba impresionada, pasó su mano derecha sobre su quijada, apretó sus puños que aterrizaron sobre ambas rodillas.

-Bueno… sólo espero que no pongas esa cara ante ese monstruo o nos convertirá en un bonito secador de pelo. Tygra bromeó, se acercó e intentó abrazarla, pero ella lo apartó, comportándose de la misma forma que Lion-O hizo horas atrás con ella. Se paró y se enfiló a la entrada donde la expedición le miraba atentamente.

-¿Y bien?, ¿vienen o se quedan? Ella corrió a toda velocidad, si decía o gritaba, la velocidad se encargaba de distorsionarlo, resonando como un relámpago cargado de furia y malas palabras.

-Vaya fierecilla. Panthro no atinaba a decir nada.

-Demonios, esto se está convirtiendo en un jardín de niños.

-¿Y precisamente tú dices eso ahora? Panthro le hizo un gesto completamente incrédulo.

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Lobos
Tiempo después

La caravana de wolos formó un círculo frente a las grutas de un camino de terracería para hacer su campamento, el caballo relinchaba inquieto amarrado a una de tantas carretas de forraje donde otros animales repostaban alimento, aunque no era la mejor comida, el caballo la prefería a la escasa comida desértica, que era dura y difícil de digerir.

-Dice que ha visto lobos pardos rondando las entradas del bosque. Un rechoncho wolo hablaba con un pequeño habitante de los grandes bosques negros, cuyas grutas atravesaban por debajo, usando las raíces para subir al exterior.

-¿Lobos? Pensé que estaban extintos.

-Los grandes lobos quizá lo estén, estos lobos anodinos no suelen aventurarse a las tierras bajas, es muy raro, dice que atacaron un pueblo al sur.

-No he visto ningún pueblo, de hecho me sorprende lo vacío de estos parajes.

-Evidentemente alguien como tú señor no habrá oído de ellos. Los senderos dentro del bosque se dirigen hacia los fuertes de los que han escapado a la tiranía del Shogunato, nosotros pagamos impuestos, bueno, quiero decir, “pagamos” a “algunos” impuestos, je, estos pobres diablos no tienen donde caerse muertos y se esconden.

-¿No te parece que eres un poco cruel?

-Créeme muchacho, esos malnacidos no durarían en matarte mientras estas dormido y si les sigues al bosque, harán que pierdas el rumbo y mueras, no son buenas personas, ese bosque les ha cambiado, por eso dicen que está maldito, es sabio de tu parte querer pasarle de largo, aunque encontrar el camino correcto es otra cosa.

Lion-O alzó su antorcha e inspeccionó los diversos grabados que se internaban en largas cavernas.
Con chirridos y pegando con piedras, los dos pequeños marsupiales con una larga concha en la cabeza tal si fuese alguna clase de casco, señalaban a los otros que regresaban de su expedición.

-¿Qué están diciendo?

-No muy buenas noticias me temo, hay un tiro vertical que parece llegar a la zona de riscos, dicen que no están abandonados, se mueven cosas en su interior, de allí es imposible seguir las corrientes de aire, no hay un único sentido.

-Quizás sean lagartos. El viejo wolo preguntó a los pequeños el aspecto de esos seres.

-Es posible, solo que no lo creen.

-¿Ah no, y qué son entonces?

-No lo saben.

-¿Me tomas el pelo?

-Dicen que no lo saben, al parecer esas cosas no necesitan de luz y cuando intenta verles… es como si nadie estuviera allí, aunque escuchan la respiración.

-Eso es nuevo.
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A esa profundidad el efecto de la espada era muy débil, funcionaba con un gran costo, Lion-O intentó nuevamente, podía sentir una clase indescriptible de dolor en la frente que le recorría el cuerpo lentamente.

-Espada de los augurios déjame ver más allá de lo evidente. El resultado fue el mismo, una interferencia atroz.

-¿Has tenido suerte muchacho?

-Veo manchas, nada más. Lo que más me preocupa es la sensación, la opresión, como si me voltearan las entrañas.

-Ya te lo dije amigo mío, esta región está marcada, un terrible suceso ocurrió en este lugar, un suceso que ni las antiguas crónicas de los bolkins tienen registradas.

El pequeño nativo hizo varios chasquidos y señaló al suelo.
-¿Qué son? Preguntó el joven rey.

-Heces de lobo, estuvieron aquí hace bastante.

-Creí que habías dicho que no se acercaban a estos lugares.

-Raro sí, pero posible. ¡Hmm! Es curioso.

-¿El qué?

-No parecen haber marcado el territorio y te aseguro que siempre lo hacen, eso solo significa una cosa y no muy buena…

-Un depredador aún más grande. Respondió el joven rey. Los wolos no se creían su falta de miedo.

-¿Estás seguro de querer ir más adentro?

-Sea lo que sea, si se pone en mi camino, sabrá por qué esta es una espada legendaria.

-Joven tenías que ser, aunque no es lo único que te tiene que preocupar, dijo el más viejo de ellos. -¡Mira allí! Ese hueso. Señaló un pedazo de fémur enorme.

-¿Qué le ocurre? Lion-O vio que se hacía más pequeño conforme le aproximaban la luz.

-¡Licántropos! Ya era suficientemente malo con la mierda del lobo. Exclamo con fuerza el primero.

-No seas estúpido muchacho, por su aspecto se diría que lo han traído aquí hace meses, posiblemente en la época de estiaje. Le pegó el más viejo con su bastón.

-¿Qué en el nombre de los ancestros es un licántropo?

-Bestias malditas. Los lobos son cuadrúpedos, pero están las especies mágicas que se transforman y viven erguidas, son muy peligrosas, peor aún, piensan y pelean como lobos, no creí que vivieran en los bosques negros.

-¿Trabajan para los lagartos? Preguntó Lion-O.

-No, los lobos nunca respetan la autoridad de nadie por muy fuertes que sean, son asesinos que se soportan entre ellos, no hay honor, ni lealtad, la única manera en que puedes ordenarles es con las leyes de la manada. Los mismos hechiceros les evitan porque son indemnes a la hechicería.

-Así que estos licántropos, si trabajasen para los lagartos, no les serían completamente fieles ¿verdad? Podría intentar convencerles para que se unan a mi causa.

-Eso no, ya se ha intentado en el pasado y no resultó, no pueden ser domesticados, así que tampoco se puede razonar con ellos, es su modo de vida, les gusta, si deseas convencerles sólo lo harás con su mismo lenguaje.

-Sin olvidarnos que si son lobos de lomo azul estarás en problemas muchacho, aun estamos en verano, cuando inicie el invierno, si el aullido es largo y seco, será mejor no te quedes, suelen cazar donde se asientan y con los aullidos forman sus gigantescas jaurías.

-¿Puedes saber qué clase de lobo era ese?

-Difícilmente con un hueso, los de lomo gris generalmente cazan en las montañas y no les gusta ser vistos, los de lomo azul cazan donde se asientan sus hembras, ellas deciden el lugar, ambos son grandes, ambos tienen licántropos, la diferencia se encuentra en el tipo de presas.

-¿Alguna vez viste uno de lomo azul? Preguntó interesado mientras los pequeños habitantes del bosque subían por enredaderas que daban al exterior.

-Sólo como un cuento del folclor de mi aldea, mi abuelo decía que cierto día una manda de lobos atacaron a una gran caravana del que no quedó casi nadie vivo, el único que peleó con los lobos sin importarle su propia vida, fue perdonado por los lobos.

-¿Y cómo lo hizo? Digo, no se aprecia que ustedes sean grandes guerreros.

-Ese valiente aparentemente había perdido a su familia y al borde de la agonía, fue observado detenidamente por uno de los lobos que tenía agarrado a su hijo del cuello con su poderoso hocico, misteriosamente le soltó y de un aullido hizo que los demás lobos se retirasen.

-¿Dejó ir al niño?

-Ese niño fue el único que sobrevivió, su padre le contó lo que ocurría mientras el pequeño conducía la carreta en la que murió días después, decía que un lobo azulado, que a veces caminaba erguido, les había seguido todo el trayecto, como protegiéndoles.

-O esperando a que muriera su padre. Completó Lion-O que ya sentía el frio de la noche acercarse.

-Es un cuento extraño, pero tiene lógica, sólo respetaban la fuerza del líder alfa, es como un miedo endémico entre ellos, si el macho alfa de la manada lo percibe, es dejado solo por la manada, los alfas deben pelear solos con otros alfas y por eso deben sentir miedo de alguien que no teme morir y prefieran evitar el combate.

-¿Qué pasó con ellos?

-Ese invierno fue demasiado crudo, por lo que dicen duró casi dos años, nunca he visto una cosa así en mi vida, por eso pienso que es una fábula, como sea, es demasiado crudo para ser ficción, una vez que la primavera arribó ya no se supo nada de ellos, algunos decían que encontraron una ruta para moverse más allá de las costas de los piratas.

-Este mudo maldito está fuera de balance, de suceder ahora no tardaría en notarse. El otro wolo acompañó las palabras de su colega macabramente.

-¿Ah sí? Vaya, los lobos entonces son enemigos temibles, Lion-O estaba un poco intimidado, los wolos se vieron al rostro satisfechos y estallaron en carcajadas sorprendiéndole.

-Pfff, pero cómo vas a creer en semejante disparate muchacho, aja, ja, este viejo estafador únicamente trata de venderte sus buscapiés, si les tiras unos a las patas de los lobos, estos huyen despavoridos, son unos cobardes.

-Ja, creo que exageré un poco, si son licántropos no importa demasiado, son prácticamente imbéciles, procrearse con los más fuertes a veces hace que la mayoría de ellos nazcan un poco idiotas, je. Se limpió la nariz con una sonrisa, el león no estaba complacido en absoluto.

-Lo que me faltaba, un par de bribones sin oficio, no pienso comprarles ni un miserable cerillito.

-Bueno muchacho, de todas maneras no te confíes tanto, estas tierras han visto mucha sangre correr por su superficie, puede sentirse en la tierra, no se ha ido ese mal en tanto el causante no expíe su pecado.

-Tenía un maestro de nombre Passer que hablaba de este sitio, si uno se aventura en estas grutas y se pierde, puede que nunca vea la luz del día nuevamente, decía que las ruinas prohibidas del valle de los reyes estaban interconectadas. Dijo Lion-O que tuvo un mal recuerdo de su adolescencia.

-En eso tienes razón, estas grutas pasan por todo el continente Thuriano, hay grutas gigantescas donde quedan ruinas de antiguas civilizaciones erigidas que perduran hasta nuestros días casi intactas, este piso de piedra cortada lo prueba, si tus lagartos saben la ruta correcta, nunca podrás cacharlos.

Las primeras estatuas que vieron eran de cierta manera felinas, estaban tan desgastadas y llenas de salitre, que sus colas se habían borrado, las caras en todos los casos estaban destrozadas.

-¿Sabes de que son estas estatuas?

-Mi pueblo les llama la Adoración de Seth, parece una especie de chacal o un felino, es difícil saber porque no hay ninguna que conserve su rostro. Proceden de los primeros asentamientos thunderianos cuando Thundera estaba engarzada en un combate contra el rey Tygelius. Por lo que sé, el breve imperio fallido de los tigres y los cola-orejas se construyó sobre una ciudad muy anterior a todo lo conocido.

-¿Te refieres a la ciudad muerta?

-El título es bastante curioso si te los pones a pensar.

-¿Por qué lo sería?

-Muchacho, si tu ciudad estuviese maldita aún tendría nombre, como el pueblo maldito de Khan, o el pueblo hechizado de los nenúfares, pero ciudad muerta… más pareciera una moraleja.

-No es tal el misterio, una ciudad muerta es una ciudad sin habitantes, porque lo que hace de un pueblo una ciudad son el número de habitantes. Respondió Lion-O, viendo a otro wolo que cargaba una de las estatuillas que pensaba era de algún valor, pero luego la dejó cuando el más viejo de ellos le dio un golpe.

-Y allí está el misterio muchacho ¿A dónde fue esa población tan avanzada y refinada? Por lo que sabemos no se encontraron nunca restos de ningún tipo, únicamente desaparecieron de la historia, pero mira la monumentalidad de estas obras, sin olvidar que aquí ocurrieron las tragedias que dieron el legado de terror a Thundera y los otros reinos decadentes de la primera guerra de las siete tribus hasta el alzamiento de Ratilla.

-Conoces demasiado de nuestra historia para ser un wolo común y corriente viejo.

-Lo que me asombra es lo mucho que ustedes desconocen de la misma, por eso están condenados a repetirla. El viejo tenía razón, desconocían demasiadas cosas importantes por el secretismo del clero que guardaba la interpretación de los libros sagrados de la historia del reino.

-El camino está bloqueado señor. Deberíamos volver. Anunció el wolo más joven que dejó caer una piedra a un tiro vertical donde todos los caminos convergían y luego de caer varios segundos, el chapoteo del agua se escuchó con una fuerte reverberación, el pozo estaba anegado.

-¡No! Necesito encontrar ese camino.

-De nada sirve ser obcecado muchacho, recorrimos las grutas que podrían dar tras la cordillera y han sido cortados intencionalmente, este es el único camino que quedaba, no han tenido que repetir su hazaña, esta anegado y no deben ser unos cuantos metros, estos tiros dan a tramos de kilómetros de largo, son imposibles de cruzar.

-¡¿Y qué se supone que debo hacer?! Gritó el chico con una oscura furia atemorizando a sus acompañantes, el viejo wolo que conocía ese efecto, intentó tomar una posición calmada y estable.

-Lo primero es calmarte, nada ganas peleando con nosotros. La gente de las raíces pueden hacer el trabajo, en tanto la oferta sea justa y no perturbes su hogar, suficiente tienen de los lagartos para lidiar con un león, de momento ven con nosotros a comer, no veo qué ganarías.

Chasqueado sus labios el joven rey se sintió abatido, pero el viejo tenía razón, no había nada más que hacer, salvo confiar en otros nuevamente, una cosa que sentía era cada día más difícil de hacer.

####

Wily Kit y Wily Kat armaron conmoción entre los wolos, hambrientos atacaron junto a Snarf una canasta de comida, la cara de Lion-O se estiró graciosamente cuando les vio, finalmente tenía que pagar por todo eso.
Aún así los wolos no parecieron prestar demasiada atención luego de unos instantes porque escucharon un sonido que conocían muy bien.

-¡El aullido de un lobo! Sacando sus antorchas y lo que parecían ser armas de pólvora, viejas y oxidadas, los wolos estaban atemorizados.

-¿Creí que habías dicho que los lobos eran idiotas? Lion-O pensó que todo era consecuencia de otra de sus ridículas bromas, pero la expresión de terror del más viejo le hizo ver que no era así.

-Esto no es natural, los lobos nunca bajan al valle... a menos que fueran de lomo azul y nunca he visto uno, únicamente como cuentos.

-Pues me parece que un cuento nos acaba de alcanzar. Lion-O apuntó a los ojos centelleantes de un animal que les miraba a cuarenta metros bajo la pendiente.

Los wolos le lanzaron buscapiés que únicamente dejaron ver que era un animal grande que no se movió de su lugar, luego de unos momentos, mostrando una larga cola peluda que era pintada de rojo por los cohetes, se internó en el follaje del bosque.

-No parece que tenga miedo en absoluto, incluso para un animal es raro no temer al fuego. Dijo el león.

Los ojos de los wolos estaban abiertos intensamente, hasta que uno rompió inmediatamente el encanto, precisamente el viejo que modificaría su actitud hacia el joven león.

-Bu-bueno mi señor, quizás debamos pasar a comer, nos gustaría que se quedara a recibir un poco de nuestra hospitalidad de wolos. Lo dijo en un tono extrañamente alarmado, lo suficiente para hacer que los demás wolos sacaran la comida que tenían oculta.

Wily Kit y Wily Kat estaban ajenos a todo, Snarf se quedó apoyado en sus piernas respirando copiosamente con su aliento gatuno.

-Qué pérdida de tiempo, mirando las estrellas de la noche no estaba siquiera impresionado y sus pensamientos volaron hacia ella, negándose a aceptarlo, el destino era cruel y no le permitiría regresar sobre sus pasos, pero debía intentarlo, él no era un asesino a sangre fría y lloraba en su interior por cada alma que esa absurda lucha le había obligado a tomar.

Quiso tomar el guante y ponérselo nuevamente con la espada engarzada pero la desesperación en su corazón hizo que se la quitase de golpe, Snarf se levantó y dio un giro antes de golpearse contra una roca.

-¿Has sentido eso? Le preguntó a Snarf que parecía despertarse de su sueño sin sufrir daño alguno, desde cierto punto de vista era la quintaesencia de lo raro, no había nada parecido a Snarf en su mundo, era una criatura fascinante que asemejaba a un gato sin serlo. Lion-O sonrió y colocó a su amigo entre sus brazos.

-Estoy que me reviento, hemos pasado un montón de horas buscándote gatito. Dijo Wily Kit sacando su flauta, Lion-O la detuvo.

-No creo que sea el mejor momento para hacerlo, señalando a los wolos que miraban inquietos hacia el bosque del fondo del valle.

Wily Kat recogió el deslizador y lo metió en la bolsa con su conjuro.

-Veo que lo han reparado.

-Podemos usar uno al menos si se descompone el otro. Una de las orugas siguió a Wily Kat para comerse la fruta dulce que Lion-O estaba a punto de quitarle porque se le picaban los dientes.

-Un día iremos a El-Darah, nos llevaremos a toda la gente con nosotros y nunca pasaremos hambre, está llena de oro, comida abundante, buen servicio y trato, ya lo veras. Lion-O se rió mientras Wily Kit se recostó sobre su costado izquierdo cubriéndole con el brazo.

-Creo que eso es un cuento de niños Kat. Le dijo Lion-O que sabía el relato de la ciudad de la abundancia que ellos contaban de memoria.

-Existe, ya lo veras, entonces te haremos un préstamo nuevamente para que reconstruyas Thundera.

-Ja, es una buena idea Kat, aunque el problema es que ahora mismo el oro no tiene valor y si me prestaras todo el oro, no habría diferencia.

-Llevas diciendo eso desde hace semanas ¿Por qué el oro no tendría valor?

-Es algo de lo más simple mi querida gatita, dijo el viejo y refunfuñón wolo. -Si tienes dinero, primero debes tener un mercado donde gastarlo, el oro es valioso porque todos lo usan como moneda de cambio al ser un bien escaso, pero imagina que en vez de un mercado hay sólo una tienda y tú tienes demasiado oro, si el oro es más abundante que las mercancías que compras con él, es evidente que su valor se desploma y la gente estará tentada a usar otros materiales o el trueque directamente, en este momento nosotros somos como una pequeña tienda luego de que el mercado cerrara.

-¿Y ese mercado era Thundera? El viejo wolo asintió ofreciéndole un pedazo de carne falsa que usaban los felinos para limpiar sus dientes, aunque ni a Wily Kit ni a Wily Kat le gustaba el sabor de las hojas, Lion-O les obligaba a hacerlo, pues ambos ya estaban en la época en que comenzarían a mudar sus dientes.

-Me temo que así es, antes de una u otra forma el dinero pasaba por las manos de Thundera y ese reino tenía el control del comercio, consumiendo y dando valor al oro, pero cuando cayó en manos de los lagartos, ese mercado desapareció y el oro perdió gran parte de su valor al hacerse abundante, ahora es más valiosa la moneda de los feudales de cobre y latón con el que se hacen sus armas, que un doblón de oro thunderiano.

-Oh, vamos chicos, no se depriman, esto será temporal, cuando regrese Thundera no tendrán esa clase de necesidades, vivirán conmigo, les dijo el joven felino, pero no era lo que ellos querían y no podían explicarle la razón, un gesto que Lion-O no pasó por alto, ellos le escondían algo y eso le molestaba.

Ambos chicos se quedaron pensativos un rato dirigiéndose miradas cómplices, Lion-O los abrazó con una falsa ternura, se arrepintió en su momento de haberles casi abandonado, pero ahora eso le traía constantemente el recuerdo de Pumyra muriendo llena de rencor, enterrada en las ruinas de Thundera los tres días en que pudieron rescatarle, estaba tan lleno de ira para detenerse a pensar en que podría haber supervivientes.

Ella se había entregado a su oscuro señor, lleno de celos y enojo, deseaba huir, apartarse de esa maldita espada, de esos amigos desleales, llegando a cuestionarse siquiera si era una buena persona, mostrando su verdadera cara.

Deseaba tener un momento a solas para reflexionar las cosas que tendría que hacer, no podía acudir a nadie. Panthro no era el más listo de los generales que había conocido, siendo traicionado por Grune, su recompensa por su obsesión con derrotarle había tomado sus brazos, Tygra no era la persona a que confesaría sus dudas, él lo veía con ligereza suprema cuando no se trataba de sus propios deseos, ya Cheetara prefería evitarla.

Tal vez se había visto obligado a superar su relación con su hermano, a que se rindiera ante el enemigo por él, pero no podría recurrir a alguien así cuando ni siquiera tuvo palabras de consuelo en su peor momento, todo entre ellos había cambiado, tal y como él había sentenciado, así que no quedaba nadie que realmente entendiera por lo que estaba pasando y en su mente el único consuelo que podía tener radicaba en entender el propósito de su misión de reconectarse con aquello que había perdido sentido.

Podía ver cómo, al intentar cumplir con los deseos de Jaga, a su vez había inmiscuido a otros pueblos, que eran blancos de un enemigo sin moral y no sabía qué hacer, pues no se sentía capaz de proteger a todo el mundo.

Cuando se despertó por la mañana, las malas noticias continuaron, los habitantes de las raíces habían tomado más tiempo del deseado en regresar y todavía no volvían, los wolos intentaban marcharse por su encuentro con el que creían era un lobo, Lion-O tuvo que ir abajo del peñasco para mostrarles que no había ningún peligro, la peor noticia era que su caballo seguía con la pata hinchada.

Así que viajaron en los deslizadores prometiendo volver antes del largo atardecer de finales de verano, Lion-O pensaba que no necesitarían de ir tan lejos, pero le asombró la distancia, habría tardado varios días antes de darse cuenta de su despropósito, era raro en él esa clase de errores con tanta práctica.

Wily Kit fue la que le señaló hacia abajo lo que con sus ojos pudo ver era una pelea. Una esbelta felina que pelaba con tres salteadores de caminos sosteniendo un objeto con ambas manos, era bastante buena en ello, porque de varios saltos los evadió hasta ser alcanzada por un cuarto que salió de entre los arbustos de improvisto.

Lion-O no creyó que ella sobreviviría cuando ese trol de puente, tan grande como una casa, la aporreo lanzándola al suelo.

Sin ponerse la garra, se lanzó hasta que con la espada bloqueó el segundo ataque, no eran más fuertes de nada a lo que no estuviera acostumbrado, sin embargo no ponerse el guante le trajo un inconveniente, pues cuando el más grande de esos sujetos cargó contra él, casi pierde la consciencia, la chica que parecía intentar recuperarse, huyó a toda prisa para ser interceptada por otro sujeto que le arrebató parte de su atavío, mostrando su larga cabellera amarillo crema, desconcertando a Lion-O, que reconoció una cara que no pertenecía a su tiempo, tropezó al cruzar sus miradas cuando uno de los atacantes intentaba huir del lugar.

A punto de ser aplastado el monstruoso ser, este último cayó al piso desmayado por un firme y poderoso golpe.

Hattanzo! Dijo con alegría Lion-O, mientras los cachorros se lanzaban en picada para alejar al resto de bandidos que se metieron en los matorrales entre saltos, algunos eran sapos con armaduras que no cubrían por entero sus cuerpos.

-¿No aprendiste tu lección la primera vez joven cabeza de chorlito?, dijo el sujeto con una espada mientras se bajaba de la cabeza del enemigo derrotado.

-¿Ah? No digas tonterías orejudo, he venido por un tema diferente. Lion-O se acercó a la chica que gritaba en un idioma extraño, alejándose corriendo, cubriéndose la cara con su caperuza parda.

-Debes disculparla, los herreros y sus mujeres son de lo más huraños que puedas encontrar hasta que les conoces de cerca.

-Hace años que no veía a un herrero en persona, aunque la única vez que había visto a alguien como ella era en un lugar que seguramente te sería difícil creerlo.

-Los herreros son nómadas, generalmente no se acercan a los pueblos, pero son mis amigos desde que yo era una cría, esta pequeña viene a venderme su aleación a cambio de comida, hoy no han tenido suerte, el pueblo de los mercenarios está sin provisiones desde que el Duelista trajo a los lagartos con él y desvalijó medio pueblo. Puesto que no hay negocio, tampoco comida, la mejor arma que verás de mí ahora es un vaso o una cuchara que se acumulan en la bodega, los wolos dicen que hay una nueva ciudad al Noroeste de aquí, nos han birlado el negocio los muy descarados.

-Eso, bueno… hmp, ya me temía que alguien como el duelista quisiera unírseles.

-En fin, una vez se llevaron todo el metal de la fundición se fueron, aunque sin compradores cómo si me hiciera falta, una lástima que esos pobres herreros se queden sin comida ¿tú no sabes nada al respecto? Digo, veo que vienes precisamente del Noreste…

-¡...Ki-Kit, Kat! ¡Denle a esa fiera un poco de la comida que nos dieron los wolos! Pobre gente. Dijo en un tono fingidamente compasivo evitando ver a Hattanzo a los ojos.

-Vaya... pero que amable, masculló el maestro del forjado de espadas, que puso su hocico cerca del chico, olfateando sus mentiras, quien apresuró a los cachorros.

-¡Sí Majestad! Los chicos respondieron de muy buen humor, salieron a toda prisa en sus deslizadores mientras Hattanzo finalmente se decidió ayudar a incorporarse al monstruo que les atacó, que parecía tener un poco de retraso y miraba con un dedo sobre su boca la rara escena con el famoso chico que hizo la gran marca a la roca del valiente, misma que era usada para determinar la fama de un guerrero que luego era contratado como mercenario.

-Ya te he dicho que no te juntes con esos vagos, acabaras herido y te dejaran detrás como siempre hacen. Chupándose una fruta que le robó a Lion-O, este se fue en silencio hacia el bosque guiado por Hattanzo.
-Vaya Hattanzo, parece que eres todo un caso, ya no eres el mismo despreocupado de siem…

¡Thumb!

El sonido de un fuerte objeto impactó  el pecho de Lion-O y le derribó al suelo, la chica le gritó con gestos guturales, Wily Kit y Wily Kat se molestaron al ver lo que finalmente hizo una vez le dieron la comida, ella dijo unas palabras en ese idioma suyo y dio la vuelta fuera de sí, les quitó la comida a los cachorros y se internó en el bosque.

-Se me olvidaba mencionarlo, la tribu de los herreros es bastante orgullosa, no aceptan regalos y si lo haces a una chica, bueno... prácticamente es como reclamarla en matrimonio.

-¡¿Quéee?!

-Oh, pero no te preocupes tonto, ella te ha tirado algo del mismo valor.

-¿Quieres decir que mi propuesta ha sido rechazada? Dijo de forma hilarante.

-Me temo que no... es tan simple, ha dicho que lo considerará, pero que eres algo enano y preferiría casarse con un pigmeo. Ha sido muy suave, de haber traído una espada te habría arrancado la cabeza, no soportan a los leones por alguna razón.

-¿Me tomas el pelo?

-No completamente si te soy franco, ya lo dije, es una tribu bastante ruda, ha visto la espada que traes y está interesada, seguro volverá.

-Lo que sea viejo, tengo cosas más importantes de que hablar.

####

La casa de Hattanzo había cambiado mucho, en el porche se encontraba una enorme cantidad de varillas aplastadas de metal oxidado con la que hacía espadas, cuchillos, cucharas y otras cosas de metal.

-Se ve que no has perdido el tiempo.

-Una vez recuperas el peso acabas con los pies en la tierra, así me gano la vida.

Snarf encontró un lugar para acurrucarse, los cachorros se dedicaron a pasear entre las casa del fuerte abandonado, donde las miles de espadas usadas para hacer un impresionante cerco metálico habían desaparecido dejando la fundición principal a la vista sin un alma en sus cercanías.

-¿Y bien, no me vas a decir como escapaste?

-Dado que la cuestión era no ser encontrado, di de vueltas por aquí y por allá, visité a mi familia... la parte que podía, aunque no mucho tiempo, las visitas son muy complicadas cuando dos hermanos están enamorados de la misma mujer.

-¿Tú también…? Eh, quiero decir, cuéntame sobre eso. Lion-O se metió un dedo en sus finas orejas felinas y desviaba la mirada.

-Creí que habías dicho “importante”.

-He venido porque necesito un poco de consejo, pero también porque siento que necesito una espada nueva.

-¿Debes estar loco? No es como si tu espada fuera de las que se vendiese en las tiendas.

-No necesito una réplica, quiero una espada normal.

-Una petición bastante rara si me lo preguntas, de cualquier forma te escucho, una venta es una venta.

Lion-O comenzó a contarle lo que le había ocurrido desde entonces, los problemas de su grupo, la traición de Pumyra y de que en su interior algo le decía que no debería usar la espada todo el tiempo, una opresión terrible que carcomía su paz desde adentro, cuando le relató el triste episodio del ataque de los lagartos lloraba como un niño. Hattanzo entendió que el chico trataba de desahogarse más que pedir ayuda o consejo.

Wily Kit al escuchar los sollozos de Lion-O, se aproximó con su hermano y Snarf, pero Hattanzo les cerró la cortina negando con la cabeza.

Puso una tetera y le agregó plantas que resultaron en un sabor amargo que hizo tomar al joven rey que se quedó en silencio por largo rato en silencio, mientras Hattanzo fumaba de su pipa de opio reflexionando lo contado.

-Hm, es difícil decirte nada que podría consolarte muchacho, la vida de un líder tiene un lado amargo, llevas un peso demasiado grande y no has sabido separar tus emociones de tu deber. Ya comprendo la razón de que tu espada empiece a comportarse así. Hattanzo se sentó en una silla y cruzó las piernas.

-Cada día es peor, intentar ver por el ojo de Thundera me hace querer vomitar y extender la espada es como si la sangre me fuese extraída. Siempre con una actitud despreocupada, con sus pequeños ojos negros miró la hoja de la espada exhalando el humo de opio de una pipa y con su fuerza de voluntad logró que se extendiera sorprendiendo al felino.

-Cualquier objeto mágico se comporta igual, te va chupando las emociones positivas, esta espada no se supone que debería usarse en batallas normales, tienes que aprender a limitar la fuerza vital que ofreces a la espada, cortar rocas para ganar apuestas no es un buen motivo para desenfundarla, para que esta espada corte no hace falta filo, solo su peso. De un movimiento rápido, Hattanzo despostilló un poste de madera que se vino abajo.

-Lo ves muchacho, es una cuestión básica, mi espada es filosa, pero contra una espada más robusta podría romperse aunque fuese de una material de baja calidad.

-Eso no es fácil, la espada de los augurios parece obligarme a hacerlo, me da ese sentimiento del corte perfecto, de la defensa suprema. Lion-O le mostró como la garra crecía a lo largo de su brazo y parte de su pecho formando una armadura dorada.

-¡Increíble! Si no lo viera no lo creería, pero ya te lo he dicho, usar una reliquia mágica tiene un costo, necesitas de sentimientos positivos, juntar buenas experiencias que fortalezcan la voluntad de tu espíritu, pues son las emociones de donde la magia y la hechicería se nutren, si te quedas vacío de los sentimientos positivos, tu furia y resentimientos se vuelven la sangre de la espada.

-Cuando la usé después de lo que me ocurrió con Pumyra fue un completo error ¿no?

-Era un momento muy bajo de tu estado emocional, fue un riesgo muy grande por tu gran desconocimiento, que no está justificado, pues como rey deberías saber cada cosa respecto a tus propias armas.

-He pensado que si me prestases tu espada tendría tiempo para recomponerme… Hattanzo negó con la cabeza.

-No, una katana no es tu tipo de espada, mira tus brazos, demasiado torpes e hinchados, necesitas una gladius con escudo o una espada curva "enana", una cimitarra quizás, una espada ligera como la katana hace que pierdas la fuerza del golpe si es demasiado larga o demasiado corta, las espadas ligeras no están hechas para ti.

-Una espada mandoble tal vez.

-Tampoco, si fueras más alto podrías usarlas, pero con tu tamaño crearían problemas en la defensa, deberías tener una espada que te haga sentir lo suficientemente seguro, pero a la vez cauto, como las mancuernas de los magos elementales, dado que no podemos usar nada parecido para limitarte, debemos darte una espada que corrija mentalmente tu falta de autocontrol.

-¿Y cuál sería esa espada?

-Hmm… primero necesitas una espada que contenga tus ansias homicidas.

-Oh vamos, debes estar bromeando. Hattanzo sacó una espada de madera con mango pesado para aprendices.

-Además una espada de combate cercano, esos lagartos tienen rifles, la única oportunidad que tendrás es atacarlos es a corta distancia, dar un golpe y alejarte. Era una espada horrible con forma de diamante, no tenía filo. Si él la usaba, más que cortar le serviría como una porra para apalear lagartos.

-Con esas cosas terminaré en una fosa en un tris.

-Ingenio muchacho, no has aprendido nada, tú me demostraste que no dependo de una espada fuerte para ser alguien, tengo mis manos y mi inteligencia para salir adelante por mí mismo. Recuerda lo que has aprendido.

La espada se sentía muy cómoda para su brazo y podía usarla sin problemas, pero entonces Hattanzo vio como el felino se movió de una manera particularmente inverosímil, dejando una estela cuando giraba para hacer un corte suave con la espada de metal que rebanó un junco con un corte casi perfecto.

-Wow, creo que podría acostumbrarme a esto, dijo el chico, Hattanzo no le quitó su penetrante vista.

-Bien… pues parece que está todo resuelto, creo que es hora de que te marches. Con su aspecto que recuperaba su tristeza de las últimas semanas, bajó la mirada por hacer lo contrario a lo que el herrero le había dicho que hiciera.

-Lo siento, a veces me olvido de lo que la gente me advierte.

-Pues parece más cotidiano de lo que crees, en las dos veces que nos hemos encontrado, en las dos has hecho lo mismo.

-Prometo ser más cauto, y sobre lo demás… Lion-O hizo una cara dubitativa, el herrero volvió a exhalar profundamente.

-No hay una solución sencilla, en un inicio yo era herrero en una familia de varios, yo y mi hermano éramos los mejores herreros de la región, todo cambió cuando empezamos a amar a la misma mujer, la mejor herrera que jamás hayas conocido, vital, hermosa y fuerte.

-¿Qué pasó?

-Lo que supones, ella le eligió a él y ya no podíamos estar los tres juntos, era doloroso para mí, me di cuenta que al verle feliz hacia que me sintiera miserable, supe que no había lugar para mí allí y tomé mi rumbo, ella tuvo a sus hijos y cuando menos lo supe, ya había superado el prestigio de mi propia familia de herreros como Hattanzo, un nombre que me fue dado por otros, así que también les negué el reconocimiento de mi apellido.

-¿No les visitas desde entonces? Hattanzo negó con la cabeza.

-Lo hago… pero no tan a menudo, antes de que perdiera la espada un par de años atrás, se me daba bien presumir y torturar a ambos con mi fama, no supe manejar mi rabia, a pesar de que las cosas han cambiado y he tratado de estar en buenos términos con ambos, ya no podía regresar al tiempo anterior de que les dejé, ni tener una amistad sin que mis propios sentimientos intervinieran arruinándolo y luego pasó un evento desafortunado…

-¿Una desgracia?

-Peor, comencé a orbitar nuevamente a su esposa, cansada de las frustraciones de su marido por su falta de reconocimiento, cruzamos la línea Lion-O.

-¿Le besaste?

-¡Ja! No seas niño, si eso hubiera sido todo las cosas no estarían como están en este momento.

-¡¿La embarazaste?! Eso es… terrible. Hattanzo se agarró la cabeza, jalándose las orejas.

-No sé lo que estaba pensando en ese momento, ese deseo me hizo olvidarme de todo, por no decir que mi hermano lo sospecha, sabe que algo cambio porque no me ha perdonado y desde luego no me he atrevido a ver el fruto de esa relación prohibida, estoy en un punto donde con una palabra puedo destruir a una familia entera y no quiero eso, pero él no lo hace fácil, se comporta como un idiota.
-Es diferente conmigo, Cheetara no me ama, era un encargo del que se deshizo sin pensarlo dos veces. Lion-O bajó la cabeza meditando.

-Dices eso, pero por como hablas y el enojo que se miran en tus ojos, tus sentimientos por ella son intensos. Es sabio que te alejes si no puedes separar tus emociones de tus deberes, seguir juntos te llevará a una desgracia como la mía y no tiene que ser por un desliz, en su afán por ayudarte puede dar paso a malos entendidos. ¿Has pensado lo que pasará cuando ellos tengan una vida más cercana o finalmente quede preñada de él?

-Tampoco deseo ser cruel, es que no sé como decírselo, estoy la mayoría del tiempo enojado, frustrado en su presencia porque mis expectativas propias se han ido a la mierda y me he ensañado con sus buenas intenciones.

-Ambos tienen sus propias responsabilidades como adultos, no puedes esperar que la novia de tu hermano sea tu confidente o dejarle tu vida en sus manos, pues cuando se vea obligada a elegir, lo hará por él, es mejor librar a su corazón de tamaña responsabilidad.
-No había pensado en eso.

-Yo ya cometí el error, debí mantenerme alejado, en vez de eso siempre mantuve la esperanza, he recibido varias cartas de ella desde entonces, me rompe el corazón..., pero la decisión parece ser una sola y no sé cómo reaccionará mi hermano.

-Veo que eres un poco “más pesado” que antes…. y mejor vestido. Lion-O acotó al tiempo que elevaba la cara al techo, ciertamente las ropas de Hattanzo no eran las del vagabundo que conoció, ni tampoco su casa desordenada o destartalada, así que asumió que la decisión que había tomado no sería sencilla.

-Me he llenado de preocupaciones mundanas amigo mío, necesito el dinero si quiero traer a esa pobre mujer ya sus hijos a mi vida.

“Una victoria sin gloria” pensó Lion-O en silencio por ese contraste de Hattanzo, se preguntaba si había hecho lo correcto al buscar a una persona completamente opuesta a la que tenía delante, el Duelista había visitado el pueblo y él parecía poco preocupado, de ser así, la posibilidad de que sus movimientos fueran seguidos no debía descartarse, pero también podría ser su paranoia a ser traicionado.

Miraba lo que parecía ser un poste alargado verdoso, en realidad descubrió que era una gran hoja de metal con la pátina formada por la oxidación que sostenía el techo de la casa.

-¡Por los bigotes de mis ancestros, ¿qué demonios es esto?! Abstrayendo a Hattanzo de su mal sabor de boca, cambió su postura y se burló con disimulo al recordar la historia.

-Esa espada muchacho, es una espada para cortar jinetes con todo y sus monturas de tajo.
-¡Asombroso, debe ser maravillosa verla en batalla!

-Lo sería, claro que sí, si no es por el pequeñísimo detalle de que nadie es capaz de usarla, es horriblemente pesada.

-Es puedo verlo sin preguntar. Y era cierto, la espada medía fácilmente cinco metros de altura con un mango de mandoble ataviado de cuero negro sobre el que un travesaño servía de tándem para la base del techo.

-Un shogun estúpido me pidió hacerla, era su idea para crear una unidad lo suficientemente poderosa para acabar con la caballería de sus enemigos, el problema es que el muy tonto no tenía a nadie capaz de usarla y la dejó aquí ya que fundirla o transportarla resultaba imposible, fue derrotado días después porque en vez de hacer muchas espadas y contratar muchos soldados, dedicó sus recursos en crear una sola que nadie pudo levantar.

-Alguien capaz de levantar una espada así de pesada sería único, ni Panthro podría.

-La espada de los Augurios no es muy distinta a esta espada, la diferencia es que al contrario de esta cosa, no pesa lo que debería, el material con el que está hecho escapa a mi comprensión, cuando seas más diestro con la espada, podrás controlar no solo su filo, sino su peso, eso te lo puedo asegurar.

-“Déjame en paz, pedazo de gigantona” Se escuchó a lo lejos, Lion-O alarmado salió corriendo seguido de Hattanzo que podía adivinar a sus molestos invitados.

Era esa chica que vieron en un inicio, estaba peleando con los cachorros, mientras uno de sus dos compañeros pateó a Snarf que salió disparado para caer detrás de uno de los techos vecinos chillando, eso enfureció a Lion-O que sacó la espada de los augurios, pero Hattanzo diestramente evitó que siguiera adelante.

-¡Suficiente! El que parecía ser el más viejo de ellos llevaba la comida que puso en el suelo.

-¡¿Quién demonios eres tú y por qué atacas a mis niños?!

-Siento mucho los modales de mi hija y su prometido su señoría, sea piadoso con nosotros por la rudeza de nuestra intromisión, mi nombre es Hammer-Sung, líder de la tribu de los herreros, veo que realmente eres el hijo de Claudus.

-¿Y qué quieres?

-Me temo que mi hija cometió un error mi señor, no podemos aceptar su comida a cambio de una de nuestras mujeres, mi hija ha estado cambiando nuestro metal por su cuenta sin nuestro consentimiento, pero este día se extralimitó.

-No sé nada al respecto, le di la comida porque pensé que la necesitaba, no porque me diera ningún metal o me ofreciera mujer alguna. Hattanzo mordía su ramita de olor, él parecía saberlo perfectamente.

Snarf que volaba para caer en el suelo lleno de espadas oxidadas con las puntas arriba, fue detenido en su caída por una misteriosa mujer alada, Snarf abrió los ojos reconociendo a su interlocutora. Colgándole una pendiente en el cuello.

-¿Has hecho bien tu trabajo precioso?

-¡Niii! ¡Snarf!

-Quiero que hagas una cosa más por mí.

-Niii. El felino aceptó y dejándole en el suelo la figura desapareció.

Lion-O con sorpresa observó Snarf regresar como si nada le hubiese pasado a pesar del golpe, traía una pluma en la boca que escupió y luego se sacudió como si algo le molestara en el cuello, pero Hammer-Sung atrajo su atención.

-Siendo así es mucho peor, las reglas de nuestra tribu no permiten tales actos, Cougara no tenía derecho a hacer lo que hizo, nosotros decidimos a quien debe “entregarle” su metal, no creo que lo haga con mala intención, pero aceptar comida de un “extraño”, atenta contra nuestro orgullo propio.

-Pues debe saber muy bien el orgullo, vaya señor mío, aliméntese con él… ¿Hey? Un momento… “¡¿Tomaste ese metal que lanzó la chica?!” Le susurró al oído de Hattanzo con disgusto, que con disimulo intentó una retirada estratégica, pero fue agarrado de la escafandra por el felino, colgando de su musculoso brazo hasta que se lo quitó de encima a manotazos.

-Cielos pero que pesado, así me gano la vida cabeza hueca, esa chica es la única con sentido común en toda esa tribu de veinte tontos, se mueren de hambre y encima se toman su orgullo muy en serio.

Cougara, soltando a los chicos hizo sus ruidos habituales, argumentado a su padre en su propio idioma, este la agarró de una de sus largas orejas pardas para que callara.

-Siento que no podamos aceptar su oferta de matrimonio, ella ya se ha comprometido con su primo Unrick. El chico que pateó a Snarf hizo un gesto desagradable, por lo que supuso que él era Unrick.

-¿Pero de qué rayos hablan ahora? ¡¿Yo nunca le hice ninguna oferta matrimonial?! Miro a Hattanzo que se rascaba la boca.

-Ya te lo dije, ofrecer un regalo preciado por los herreros se considera un dote, si ella te regresa su metal… ya te imaginarás el resto, la muy tonta seguramente se confundió, debió pensar que ese ataque era una encerrona para pedirle matrimonio, aunque no lo es tanto, sabe que ese aspecto saludable que tienes no es por pasar penurias alimenticias, por no hablar de la espada que llevas.

-¡No me jodas! El color del rostro de Lion-O cambiaba de color, esa chica junto sus labios y creo bombas de saliva balanceado sus caderas de un lado a otro, mientras los cachorros la miraban hacer el tonto con una cara constreñida.

-¡De ninguna manera! Lion-O, no puedes casarte con semejante idiota.

-¡Grrr! La chica le respondió abriendo la boca de Wily Kit, que hizo lo mismo.

-Por todos los ancestros, podrían dejar de hacer mofa de cada cosa. Lion-O le jaló de las orejas a Hattanzo que parecía participar del hecho.

-Como fuese mi señor, no deseamos ser desagradecidos, nos han dicho los wolos que usted ha instalado una ciudad al noreste de aquí, hemos visto los productos de ese sitio y me gustaría ofrecer nuestros servicios como pago de la comida si eso le complace, porque en comparación con sus herreros somos infinitamente superiores.

-Bueno, ya que lo pones así, todos cometemos nuestros errores de vez en cuando o no amigo Hattanzo, je, je.

-Habla por ti seso hueco, suspiró escupiendo su varita de olor, se retiró a su casa y de un empujón les cerró la puerta.

Cougara, que peleaba por zafarse de Wily Kit, hasta que su padre le plantó un coscorrón que le sacó lágrimas, haciendo un puchero mientras ambos cachorros se reían en su delante.

-Mi compleja trama de crimen y traición se ha venido abajo, dijo el joven rey que de pronto parecía sumergido en problemas de lo más triviales, lo que no le pareció malo en absoluto.


####


Noroeste de Avista

Varias horas después, casi al anochecer y ante el asombro de los wolos que ya se iban, el león regresaba con una veintena de seres de la tribu de herreros en rapidísimas monturas que escoltaban una carreta de magnífica manufactura, donde Lion-O veía a Cougara gruñirle mientras a regañadientes volvía a aceptar una paleta de carne seca que su padre hizo que soltara, luego de mucho forcejeo la chica se salió con la suya, actuando como toda una salvaje sin ninguna clase de pudor, retozando ronroneando satisfecha sobre sus piernas, abrió su boca mostrando sus dientes cuando el felino intentó apartarla, empujando a Snarf que giró en el piso sin despertarse.

-¿Qué es lo que le pasa? Preguntó por fin Lion-O que no comprendía los cambios de humor de la felina y su falta de habla, pasando sus dedos por la máscara que cubría los pómulos que los herreros portaban.

-Es de esperarse, ha perdido a su madre y hermanas, fue cerca del paso abandonado al Valle de los reyes, fuimos atacados por los lagartos y no parece que deba contarte como nos trataron, asesinaron a la mayoría de nuestras mujeres y niños, a los varones se los llevaron como esclavos y nosotros hemos estado huyendo desde entonces hasta acampar cerca de las forjas de los mercenarios.

-¿No sabían lo que ocurría en Thundera?

-Tal vez no lo sepas, pero nuestra tribu y Thundera nunca han estado en buenos términos, usábamos las grutas de la ciudad abandonada que cruzan debajo del reino, no teníamos comunicación con sus habitantes así que nos tomó por sorpresa.

-El orgullo y el odio siempre dan esos resultados, por lo menos no acabaron como la tribu de los tigres… un momento ¿te refieres a las ruinas prohibidas del valle de los reyes? No sabía que existiese ninguna ciudad que pasara por debajo, son sólo pozos de agua.

-Se decía que en el pasado grandes ciudades cubrían el continente, por alguna razón desaparecieron y las que sobrevivieron fueron erigidas dentro de la maraña de túneles que cubre todo Thundera, un prueba de que sus habitantes existieron.

-¿Y ustedes las usan para vivir?

-Para nada, como ya te debe haber dicho Hattanzo, no somos gente de este continente, somos nómadas y cada dos años una parte de nuestra tribu es enviada para recolectar comida.

-No lo entiendo, ¿de dónde recolectaban la comida? Si no mal recuerdo los únicos que deben tener comida a esta altura del año son los señores feudales.

-Usamos las grutas que pasan por debajo del continente para recolectar comida en conserva por aquí y por allá sin llamar la atención, luego traemos una partida de caravaneros y regresamos con el cargamento de vuelta a nuestro pueblo, por desgracia esta vez nos confiamos.

-¿Significa que esa comida sigue allí y ustedes aún deben recogerla?

-Me temo que eso ya no es una opción, las cercanías de la entrada están atestadas de lagartos su majestad y con nuestro número no haremos ninguna diferencia, permanecimos un mes sobreviviendo de la comida recolectada de los bosques, el invierno se acerca y ni en las villas y pueblos conseguimos nada, para colmo de males perdimos casi todas nuestras herramientas, nos queda esperar a que este trabajo permita a los que sobrevivimos conseguir la suficiente comida como para completar el viaje de regreso majestad.

-Imagino que incluso los lagartos pasan por mucho trabajo para conseguir comida para el invierno, al dejar los pantanos para hacer la guerra sus cosechas se echaron a perder y están emigrando en gran número hacia las tierras que cruzan el desierto hacia los reinos bárbaros.

-Perdimos un par de compañeros hace unos días en una emboscada, los wolos hablan mucho de Avista y el rumor se extiende, están dejando sus habituales rutas para venir a su ciudad, fue en una de esas caravanas donde vimos su orfebrería y la comida en conserva que usaban para comerciar.

-¿Lo dices en serio? Vaya, no creí que se extendiera tan pronto… hemos improvisado mucho con la tecnología de Avista y se me ocurrió, viendo como conservaban sus insectos, que podríamos usarla para hacer trueques con las comarcas del interior. ¡Debiste verlo! El proceso de envasado inyectando aire caliente crea un vacio que hace que las conservas duren meses y mes… Lion-O se palpó el rostro por la reacción de Cougara y su padre, tal si un loco les hablase de las maravillas del viaje al espacio exterior, no podía ocultar la pasión que la tecnología le despertaba y se reprendió por ello recuperando la compostura.

-En verdad le apasionan estos temas, majestad.

-Qué va, es que a veces me pierdo en estas tonterías. Aja, ja…, hmp, han sido afortunados, tenemos problemas con las aleaciones de las estructuras que sostienen a la ciudad y los berbils no parecen capaces de resolverlo.

-¿Es verdad qué es una ciudad que cayó del cielo? Lion-O afirmó con la cabeza.

-Usaban una piedra mágica para mantenerla en el cielo, la piedra de la tecnología, Horus, uno de los concejales de Avista, dijo que generaba un campo antigravitacional… ¿por qué se cubren los ojos? Cougara y Hammer-Sung se taparon sus ojos bajando la cabeza aplastando sus orejas contra sus pómulos.

-Debe perdonarnos majestad, le suplicamos omita mencionar los principios del estigma, nosotros somos gente humilde que hemos renunciado a ese camino.

-¿Estigma? ¿A qué te refieres?

-La prohibición de la tecnología majestad, fue una orden real de Thundera a la que aceptamos adherirnos en el pasado y sigue vigente en nuestra memoria aunque su actual rey lo haya olvidado.

-¿Prohibición? Sabía que la tecnología era considerada una fantasía en Thundera, pero nunca escuché de ninguna prohibición.

-Por favor majestad, no pregunte más, le ayudaremos con lo que solicita, es solo que no necesitamos saber nada más, seguiremos sus instrucciones y saldremos de su vida cuando lo hagamos.

-Ustedes son una pequeña caja de misterios ¿no?

Hammer-Sung y Lion-O fueron llamados por el prometido de Cougara, indicando que estaban por cruzar los puestos de guardias de Avista, a lo largo del camino sobresalían sus rifles de plasma y cañones de fusión que mantenían a raya a los intrusos, aunque eran más perros que aves, lo que impresionó a Hammer-Sung, que no había visto a diferentes razas servir en un mismo ejército.

Lion-O hizo una seña donde el viejo Bejira le divisó, dando órdenes inmediatas a los demás puestos de vigía para que les abriera el paso, aunque la caravana de enormes orugas se juntó al del curioso grupo de nuevos visitantes que era mirados con recelo por los bolkins y saludados con cordialidad por los wolos.

Snarf, quien era mirado por el padre de la chica, lo auscultaba como si nunca hubiese visto nada parecido, hasta ver el pendiente que llevaba en el cuello, muy similar al suyo y eso hizo que mirase a la cara del joven rey, sin atreverse a decir nada.

####

Entrada Sur de Avista
Noche temprana

Fue muy reticente a traer a esos herreros de vuelta al campamento y menos llevarles al corazón de Avista, si no fuera porque Hammer-Sung conocía a Hattanzo desde que era una cría y fue su maestro de herrería..., pero eso también sembraba dudas en su corazón, no podía quitarles un ojo de encima.

Cuando Lion-O reprendió a los wolos por contar cosas que podrían ser perjudiciales para todos, estos revelaron que los herreros eran gente de confianza y poco dados a las habladurías, de las pocas personas con las que ellos se atreverían a negociar.

No podía negar que la sensación de estar rodeado de personas de su propia especie con las que no tenía compromiso alguno, era refrescante, pudo hablar del señor oscuro, la muerte del rey y las tácticas viles de sus enemigos sin tapujos, ellos no le cuestionaban o le miraban raro, incluso Cougara parecía interesado en su historia y se emocionaba por lo mismo, tenía momentos de lucidez sobre momentos de completa desconexión que en una tribu autosuficiente, se miraba como un eslabón peligrosamente débil.

Siendo gente sencilla, tenían poco que contar y no todo lo que contaban era demasiado vago, decían que pertenecían a un lugar fuera del continente, omitían cómo llegar o describir demasiado el sitio, fuera de que era desértico y cerca de playas extensas como una isla, vivían del comercio de metales y orfebrería, eso no parecía ser suficiente para alimentarles, por lo que viajaban al continente Thuriano ofreciendo su mercancía a precios bajos que mostraban lo mucho que eran estafados para evitar notoriedad.

Algunos utensilios conseguidos en Thundera eran evidentemente producidos por ellos sin que nadie lo supiera y como iban las cosas, nadie lo sabría nunca.

Se detuvo a hablar con los habitantes de las raíces que encontraron una serie de conductos por los que podría ir debajo de la cordillera, seguía siendo imposible no perderse y en una completa oscuridad, habían escuchado el sonido de grandes piedras ser arrastradas y las presencias malignas que lo produjeron, fueron desapareciendo, haciendo más difícil su rastreo, Lion-O, cuyo corazón parecía más calmado, se había resignado a la idea de que tendría que hacer un ataque donde Pumyra podría resultar herida o muerta, aunque extrañamente ese viaje le hizo que la olvidase por completo y luego se le ocurrió;

-Un momento, Hammer-Sung, habías dicho que recorrías las grutas subterráneas que interconectan todo el continente ¿no es verdad?

-Sí, lo había mencionado.

-¿Cómo sabes a donde ir?

-Uso un mapa lunar, mostrando su pendiente, Lion-O miró una cadena que sostenían una forma circular con la impresión de una luna en cuarto menguante.

-¿Podría servirme? Busco un acceso a las grutas que pasan por debajo de la ciudad muerta, Hammer-Sung negó con la cabeza.

-Me temo que los mapas lunares funcionan como un recordatorio de rutas por las que has transitado, esa memoria se mantiene generación tras generación al heredar el mapa, este collar es de mi familia y llevan recorriendo esos pasajes por siglos, pero nunca tan al norte, créame, lo sabríamos, antes no quise ser inoportuno, pero ya que saca el tema, usted parece tener ya uno.

-¿Y eso cómo es posible?

-Ese animal al que llama Snarf, tiene un mapa lunar colgando del cuello… Hammer-Sung veía en los cristalinos ojos de Lion-O su completa ignorancia del tema, agarró a Snarf y miró el pendiente que no había notado hasta ese preciso instante.

-¡¿Dónde has conseguido esto Snarf?!

-Niii, Snarf giró su cabeza con aparente inocencia.

-Veo que realmente no lo sabe… eso es un sextante lunar, es diferente a mi mapa lunar, que a nuestro pesar usa parte del estigma tecnológico para funcionar.

-¿Por qué esto sería diferente?

-Ese sextante lunar en especial, es una creación de un elemental y necesitas de alguien que sepa o esté en armonía con la magia elemental para utilizarle.

-¿Has visto antes algo parecido?

-Sí, es como los mapas hechos para los mineros, he oído que ellos tiene una especial comunión con la tierra, las personas comunes, ni los propios hechiceros serían capaces de entenderlo, pero un elemental podría.

-Ya que lo mencionas, me dijeron que esta es una región de mineros, si este mapa encaja en el perfil podría servir, aunque no sepa cómo llegó a manos de Snarf.

-Es una posibilidad, lo difícil será conseguir un minero dispuesto a ayudarte.

-Supongo que no me queda más remedio que pedírselo a Cheetara.

Quizás Lion-O no sabía cómo había llegado al cuello de Snarf ese pendiente, pero la pluma en su mano tenía un olor característico que conocía muy bien, era que no recordaba de donde.

Hattanzo, quien no le acompañó, se decidió a reunirse con su familia o la parte que le interesaba de ella, prometiendo ayudar una vez reubicase su casa, pues veía que el pueblo de los mercenarios era cosa del pasado, o nuevamente, eso quería hacerles pensar, Lion-O siguió pensando en un complot a pesar de todo lo que los wolos le habían contado.

En esta nueva historia, Hattanzo se dirigía para avisar que los herreros habían hecho contacto y le traicionarían pronto, cuando durmiera pasarían las navajas por todos ellos.

Cougara se recostó en el suelo con Snarf, su padre se disgustó sin hacer un escándalo, más cuando ella se negó a subirse al asiento rumiando, Unrick, que asomó su cabeza por la ventana de la carreta, parecía maldecir de que esa fuese su futura esposa, pues ronroneaba con Snarf en sincronía, Lion-O hacía un gesto intentando no reírse, para luego ocultar su rostro entre sus manos ante la cara ofuscada del padre.

Escucharon los aullidos de lobos mientras viajaban a un acceso secundario, el silencio se apoderó del largo contingente y los guardias apuntaron sus luces al horizonte. Los herreros reaccionaron atemorizados ante los aullidos, la misma Cougara se acurrucó al lado de su padre mostrando su horror en el rostro.

Lion-O se preguntó si había un vínculo entre ambos, pues el lobo que vino una noche atrás, parecía estar rastreando más que cazando, estaba seguro de que esa persona a quien buscaba, era precisamente a él.

Mumm-Ra empezaba a mover sus fichas.

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Avista medianoche, Sur de la ciudad

Wily Kit y Wily Kat intentaron montar guardia para proteger al rey como Cheetara les pidió, pero se quedaron dormidos y no supieron cuando llegaron o en que tienda se quedaron, aunque era lejos de donde estaba Tygra y compañía, que no habían vuelto de su viaje con Soul Sever, Wily Kit no pudo decir una sola palabra, se durmió como el mismo Wily Kat, quien abrió los ojos brevemente para quitarse el oloroso pie de la pequeña que durmió perpendicularmente a él y pensó en ese momento que un baño no le haría nada mal a su hermana.

La ciudad pareció sentirse más tranquila al ver que ellos arribaban y pese al desaire del consejo y de los mismos voluntarios, Lion-O para su sorpresa seguía arropado por el afecto de las clases más humildes, quienes por su tamaño eran relegados a tareas más básicas de recolección de alimento, cocina y limpieza.

Lanceros de puntas explosivas, armas de plasma, tubos de improvisado como morteros, entre otros utensilios de guerra, eran acumulados por los voluntarios guiados por un grupo de perros preparándose para lanzar un ataque que marcaría su regreso a la cima, habían puesto a punto dos naves reparadas que capturaron a los lagartos, estaban bastante envalentonados cuando no habían peleado en un conflicto directo, fuera de atacar a lagartos desquiciados por un ataque de gas nervioso, no tendrían esa suerte dos veces.

Aburn se arregló el pelo y se reunió con Lion-O que sintió que una sombra pasó por detrás de él a toda velocidad hasta perderse.

-¿Sucede algo joven Lion-O?

-Es mi paranoia habitual, no te preocupes, necesito unas vacaciones. Se rio sin apenas emoción.
Ro-Bear-Bill guió a Lion-O y Hammer-Sung que fue acompañado por su hija que cargaba a Snarf como a un juguete.

Durante el trecho que recorrieron en total silencio, Lion-O les explicó la situación y de lo que tenía en mente, una idea que no se podía sacar de la cabeza, Hammer-Sung le hizo serias advertencias.

-Una idea que surgió de la nada majestad, ¿es que no le resulta curioso?

-Sé que es una locura, pero es una idea que tengo desde que vi Avista, cada vez es más clara y dado que está destruida, siento que es momento de llevarla a cabo.

-¿Como un mapa en su mente? ¿Igual que con el mapa lunar?

-Si lo pones de esa manera, precisamente. Hammer-Sung intercambió miradas con Unrick.

-No quiero hablar de esto majestad, aunque debo advertirle de cuidarse de estar en contacto constante con la tecnología, especialmente la heredada de ese ser oscuro.

-¿Otra vez lo del estigma? Ayudaría si lo explicases en lugar de tanto secretismo. Hammer-Sung le miró fijamente, desvió la cara para buscar la aprobación de Unrick, quien replegó sus hombros, dejándole la decisión a él.

-¿Se ha preguntado alguna vez majestad, cómo es que sabe manejar estos aparatos demoniacos con tanta facilidad?, no digamos únicamente usarlos, repararlos e incluso construirlos, explicar la manera en que funcionan o cosas del estilo.

-Hablas como si la tecnología fuera una reliquia mágica, la tecnología no se basa en la magia.

-Es posible, aún así, el estigma del que hablo le afecta a ciertas razas en particular, los felinos por su puesto son muy susceptibles a ella, observe esta piedra.

-¿Qué hay con ella?

-Vea como soy capaz de  hacer que se ponga al rojo vivo, hasta el punto en que se derrite sin fuego alguno, por no obviar que nuestros ojos están diseñados para soportar la intensa luz de la forja, lo más atípico viene cuando tomamos un mazo de herrero, de alguna manera podemos adquirir el conocimiento.

-¿Así que cada que toco una máquina esta me dice cómo funciona y por eso han sido expulsados? No lo entiendo. Hammer-Sung suspiró profundamente.

-Cada tribu reacciona diferente ante la tecnología, en todos los caso hace más fácil usar un arma o una nave sin el menor entrenamiento, cada tribu felina está orientada de origen, nosotros somos una de las tribus que muestran con más intensidad ese estigma.

-Nuestro estigma señor es el poder para la forja y por eso fuimos maldecidos y expulsados de Thundera, somos un recuerdo del pasado, prueba viviente del origen de los thundercats. Agregó Unrick, que tenía agarrada a Cougara de la mano, esta último no atinaba a sostener a Snarf, que con tanto ajetreo quería irse a dormir a otra parte.

-¿Estas sugiriendo que hemos sido diseñados como herramientas al servicio de Mumm-Ra? Eso es blasfemo, soy muy tolerante con las creencias de los demás, pero no esto, nosotros éramos esclavos de ese ser maldito, no sus creaciones.

-¿Eso piensa realmente? Nuestros ancestros decían que estábamos malditos desde nuestra creación misma y la condenación que sufrimos sería un ciclo interminable hasta que el último sacrificio sea realizado, hasta que la última decisión sea tomada y lavemos nuestro pecado.

-¡¿Y eso qué rayos significa?! Lion-O estaba enojado y le gritó a Hammer-Sung, que no cambió su actitud paciente.

-Una de las razones por las que fuimos expulsados de Thundera, era que además de nosotros, solo otra tribu estaba a la altura de este estigma maldito, pero ellos no fueron culpados o señalados, convirtieron su maldición en un signo de divinidad.

-¡¿Y de quién es esa tribu?! Unrick tragó saliva no estaba de acuerdo con revelarle tanto, pero Hammer-Sung no se detuvo.

-Del león... majestad.

Fin parte 3 de 5