*Fe de erratas 2: El personaje que busca Lion-O era Aburn no Anet, el segundo fue convertido y en el futuro asesinado.
Tres meses después de la destrucción de Avista
Noche zona selvática del Océano del Este
El tanque felino vibraba violetamente poniendo a prueba su suspensión cuando reventó un árbol por la mitad, Panthro lanzó las garras del frente del tanque y se impulsó por encima del último obstáculo, pero llegó tarde, Bengali nuevamente hizo de las suyas y estropeó por su falta de paciencia el plan de Rey Tygra.
-¡Está justo delante! Atrápalo de una maldita vez. El tanque se posó pesadamente sobre la tierra derrapando parios metros y los dientes del gran felino chocaron entre sí, disparó una bola de plasma con tan mal tino, que creó una cortina de polvo.
-Oh gracias, Panthro ahora las cosas se ven mucho mejor, dijo Cheetara enojada que evitaba tragar la tierra.
-¿Dónde se supone que está? Wily Kat que balanceando una honda siguió a una mole roja de patas largas que podía rivalizar con la velocidad de Cheetara.
-En la maldita punta. No se apreciaba porque la cabeza era tan pequeña y la movía con tal velocidad que falló.
-Necesito una cápsula. Cheetara trató de pasarle una, pero se cayó al fondo haciendo un gran desastre dentro del tanque, salió con una de las cápsulas, el resto explotó, sacó la lengua tratando de respirar.
-¿Cuál es la ventaja de tener un ángel si no está cuando se le necesita, Cheetara masculló rebotando en el compartimento del vigía con su pierna lastimada golpeándose con los extremos.
-Seguramente en el mismo lugar que Bengali y Wily Kit. Era verdad, la guardiana daba vueltas con sus otros dos compañeros mecidos por unas extremidades blancas en la base del cuello del monstruo que les había capturado en algún punto.
Para colmo de males, Tygra y su moto había volcado en el juego de Bengali por obtener la delantera, quien acabó atrapado entre el denso follaje.
Tygra usó la espada de los augurios, que a pesar de la ayuda de Cheetara para que lograra la comunión con su usuario, rara vez respondía, esa era una de esas ocasiones, cortó el apéndice que los sostenía, la guardiana extendió sus alas y como pudo redujo la velocidad de caída de Wily Kit y Bengali que vomitó lo que había comido ese día.
-Maldito muchacho esta vez ¡eww! Dijo Mandora sacándose el casco y limpiándose la boca, Bengali no dejó de vomitar completamente mareado logrando detenerse cuando Tygra con su látigo agarró con sus garras la espalda de la guardiana.
Panthro pulsó el botón para liberar la energía del tanque y generar un nuevo impulso, las turbinas rugieron con furia y el tanque salió disparado a gran velocidad, el aire se pegaba en el rostro de Cheetara y Wily Kat que lanzó la cápsula, pegando justo en base de donde esos brazos de color carne se convulsionaban.
-Maldita sea niño, pensé que ya lo habías entendido.
-Solo espera pantera refunfuñona. La cápsula daba de tumbos y -¡PLAF!- Una sustancia chiclosa se pegó a las paredes rojas de su armazón, cada extremidad, incluso la cabeza de aquel monstruo se pegó.
-Te lo dije.
-No servirá de nada si escapa.
-¡No, no lo harás pedazo de… cosa! Cheetara extendió todo lo que pudo su bastón, estaba enojada como todos y puesta al límite, tres meses de un infierno que debía de terminar, la madera creció sobre la cabeza del bichejo hasta hacerse una pelota enorme.
La clérigo se elevó por los aires y Panthro con sus brazos la sostuvo de su pierna sana.
-¡Eiiiiiiiiiiia! Ella chilló con furia por el hecho de que se le caían los pantaloncillos.
-Lo siento, siento. Dijo Panthro apenado.
-¡Plop! La cabeza se separó del tronco, haciendo un sonido parecido a un globo reventado, el tanque le pasó por encima deshaciéndose en una masa blanquecina, el gigante siguió corriendo por pura inercia.
-¡Hazlo ahora Mandora! Cheetara ordenó.
-¡Deberías ponerte un par de alas gata gritona! Se quejó el ángel, que remontó el vuelo hasta que tuvo la suficiente altura para apuntar con el collar que Lion-O le dio, esa luz fue desviada como por arte de magia por el cristal en el centro, iluminando el objetivo, un lugar situado en la panza.
-Muy bien maldito hijo de perra. Panthro apuntó a la abertura donde estaba el sello de transformación.
-¡Clank! Fue el sonido seco del arma del tanque disparando una ojiva a su objetivo, el monstruoso cangrejo se transformó en una torre todavía más grande hecha de piedra que surgió de la nada, las garras del tanque impactaron en las paredes.
Panthro disparó a la base con sus cohetes mientras pivoteaba a toda velocidad arrastrando la torre cuya base estalló y se vino abajo en una lluvia de polvo y piedras, extrañamente el tanque perdió súbitamente poder y frenó por sí solo.
-Eso… fue extraño, dijo Panthro preocupado, hasta que se reencendieron las turbinas.
-¡Urra! ¡Ha funcionado! Se acercaba Wily Kit, Tygra y Mandora, todos iban a celebrarlo seguramente, todos iban a dar un gran banquete… lo habían conseguido
Cheetara que inmediatamente buscó el libro de los Augurios, pudo ver que solamente restaban tres cristales encendidos pero… no era la torre que bloqueaba la señal de piedra que deseaban encontrar, pues la brújula apuntó inmediatamente a la piedra de guerra en poder de Tygra.
No era la torre correcta.
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Tiempo después
-¡Bravo, bravo!, tres meses para derribar una miserable torre, precisamente la torre de la piedra de guerra, piedra que por supuesto, ya tenemos, para mejorar las cosas dejamos escapar otras tres, nos hemos acabado la munición y ¡eww! Mandora se apartó de Bengali que vomitó recargado sobre un árbol.
-Voy a decirte una serie de respuestas ingeniosas y luego te diré mil razónes por las que Tygra es genial y… ¡puaj! Aunque primero necesito dormir, sí, como ocho horas, tomar dos tanques de agua, comida y ¡puaj! olvidemos la comida.
-He vomitado tanto que no me quedan ganas de discutir, así que estoy de acuerdo con el chico huraño. Dijo Wily Kat todo mareado.
-Al menos ya tenemos práctica, únicamente tendremos que cambiar de método. Cheetara que trató de mediar, se escondió cuando ellos le lanzaron frutas olorosas, dado que se había fracturado la pierna izquierda hace un mes, ella estaba toda fresca dirigiendo a los demás.
-"Él" lo haría mejor… Wily Kit se calló ante las miradas de Tygra y los demás.
-Seguro, ya tendría un plan para suicidarse al final. Dijo Tygra enojado, Cheetara le dio un codazo. Arrepintiéndose casi de inmediato intentó alcanzarla, pero la gatita nuevamente se apartó, era demasiado agresiva que asustaba a su hermano.
-Pues yo me conformaría con que tú hicieras un mejor trabajo como rey, es tu culpa que hayamos tardado tanto. Mandora maldijo su suerte por tener un grupo de ineptos a su cuidado,
-Escucha plumero con patas, el que Lion-O haya creído en ti no significa que puedes decirme lo que te venga en gana… ¡Oaaa! Mandora lanzó a Tygra por los aires derribándole pesadamente en el fango.
-Podríamos calmarnos, Cheetara golpeaba a Tygra en el hombro para que controlara su temperamento y Mandora se apartó enojada.
-No es mi culpa, si pudiera usar mi látigo y el brazalete, sería más fácil llegaría por sorpresa, pero esta espada responde cuando le viene en gana.
-Usar la pulsera impide que logres la comunión con la espada, un clérigo usa los pesos en piernas y manos para acumular su fuerza espiritual, concentrar ese poder y transformarlo en una habilidad física, en mi caso la velocidad y el control de Gaia, en el tuyo la invisibilidad, pero eso puede interferir con el dominio de “artefactos fetiche” como la espada de los augurios.
Cheetara se refería a la capacidad de ciertos objetos de catalizar el poder de su usuario como varitas mágicas o bolas de adivinación, la espada se portaba de esa manera, no liberaba una habilidad física oculta en su usuario, sino en el artefacto mismo.
-Si al menos esta estúpida pistola funcionase, no sé por qué la cargo y la recargo, cuando disparo… nada. Todos suspiraron al ver que Tygra prefería culpar a cualquiera antes que a sí mismo de un fallo.
-¿Qué no se supone que tenemos un conductor? ¡Regresemos al campamento! Mandora gritó dando una patada al tanque.
Panthro jaló la línea de arranque del motor, este no funcionó hasta que la tercera vez el indicador de potencia pasó a “Listo” por un potente golpe.
-¡De prisa! Mandora le gritó desde su asiento.
-No me importa quién de las órdenes solo apresúrate apúrate, necesito el baño. Bengali hizo el además de vomitar, se encerró en el baño del tanque y continuó vaciando el estómago con las miradas de desagrado de los presentes mientras Wily Kat pateaba la puerta para que le dejase entrar.
Tenían el cansancio impreso en sus caras, calor y poco alimento en sus barrigas, aún así no despreciaban una victoria.
-¿Cual es el siguiente ciclo, ese lobo loco, o el elefante? Mandora le preguntó a Cheetara con desgana, que no puso muy buena cara.
-No me digas.
-La grulla.
-Te dije que no me dijeras ¡Genial! Las cosas no se pueden poner mejor, por lo menos esos estúpidos mutantes no están cerca, un día de descanso es todo lo que pido, ahora entiendo como ese incordio se sentía.
-¡No le llames así! Wily Kit golpeó con su pie el piso. Mandora que no le respondió quiso nalguearla, aunque entendía perfectamente sus sentimientos, seguramente “él lo habría hecho mejor”, una frase que ya cansaba hasta la misma Cheetara que rezaba todos los días por el alma del chico.
-Debemos recoger los motociclones, se ha quedado dos kilómetros atrás. Panthro salió del tanque para insertar la garra del tanque que no entró en su eje.
-Pues entonces apresúrate, porque tengo el estómago molido. Suplicó el tigre albino que fue pasado por Wily Kat encerrándose en el baño.
-Oh chicos, todos ustedes necesitan unas largas vacaciones, dijo Panthro cansado de las quejas. Mandora puso sus abrazos alrededor del cuello de la pantera.
-Sí, deberíamos tomar un par de días… solos. Acto seguido le dio un beso en la mejilla con la cara larga de todos sus compañeros especialmente de Bengali.
-Gulp, muy bien, muy bien, no tienes que ponerte pesada, nos vamos. Mandora acabó soltando una sonora carcajada por lo tímido que la enorme pantera era que apenado aceleró a fondo estrellándose con una de las palmeras.
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En algún lugar del Tercer Planeta días después
Las hojas no dejaban ver el camino selvático, el calor era patente, así que cuando llegaron con el Feliner estacionado cerca de los estanques, Wily Kit y Wily Kat saltaron dentro agotado, dejando sus marcas en el agua, chapoteando hasta que sus ropas sudorosas flotaron, mientras jugaban desnudos.
Snarf al escuchar que regresaban se acurrucó sin ganas en la orilla.
Cheetara sumergió su pierna quitándose el vendaje evitando ser ayudada por Tygra, que ofendido seguía paseando de un lado para el otro, dolía y gracias a que ya estaba deshinchándose, no tendría que depender de nadie más, menos de alguien tan terco.
Pese a lo malo de la situación respiraron con tranquilidad, al menos habían tenido un logro en todo ese tiempo y no podían despreciarlo o su moral se iría al suelo, en solo cuatro meses habían recorrido gran parte de continente Thuriano, luchado con lagartos, derrotado a Grune y conocido en persona a Mumm-Ra, recuperaron el libro y estaban en posesión de dos piedras. Pasaron otros tres meses en Avista en donde se llevaron una gran decepción perdiendo una de las piedras, sin mencionar el desastre de perder a su líder.
Llevaban casi un año juntos con un grupo con fracturas y nuevas incorporaciones, Mandora en lo particular se podía jactar de ser la líder, decidía la ruta y lograba con su inapagable voluntad hacer que siguieran adelante, incluso cuando Cheetara misma veía la tarea imposible.
Se movían evitando las ciudades y en especial regresar a lugares que podrían ya estar bajo control de sus enemigos, los encuentros con los mutantes eran persistentes, Kaynar y Addicus adoraban atacar con sus tropas, Tygra prefería evitar un ataque directo, pero Mandora amaba atacar unidades solitarias.
Addicus en especial se había vuelto su enemigo personal, ella era temible, emboscarla suponía una verdadera hazaña, incluso para los mutantes voladores.
De Slithe y Vultaire poco o nada sabían.
Bengali les habló de Pumyra y como su tribu de tigres llegó a servir a Mumm-Ra, ciertamente odiaba a Thundera, aunque al referirse a Tygra solo había halagos, tanto así que incomodaba al que él llamaba hermano de sangre.
Ni siquiera él supo a donde se fue la pirámide del hechicero, los tigres cumplían misiones de espionaje y limitados a seguir a Pumyra, en parte por la desconfianza de los lagartos, sirviendo en sus campamentos muy al norte de Thundera en las regiones frías.
No había mucho humor en el ambiente, hasta que Jorma y Bengali regresaron con las cajas de suministros.
-¿Hubo suerte? Mandora sumergida en el agua preguntó con desgana.
-Nah, no hay otra manera de hacerlo, las tres señales siguen siendo demasiado similares, sólo queda destruirlas según corresponda el nuevo ciclo.
-Así que si derribamos otra, es probable que tengamos que hacerla con una tercera.
Envolviéndose en una toalla tomó la mano de Panthro, quien le dio de su bebida, sumergiéndose lentamente a su lado abriendo las piernas para que el abrasador calor fuera extraído de cada centímetro de su cuerpo, Bengali enojado le pasó un plato de comida a la guardiana que le cerró un ojo.
-Qui-quién construyera esas torres no únicamente era experto en hechicería, sino en una refinada tecnología, los patrones de las ondas de cada torre se encubren unas a otras. Bengalí les mostró el gráfico en su holopantalla aunque la guardiana la apartó sin interés.
-No nos queda más que seguir intentándolo, pero si Tygra no es capaz de controlar esa espada estaremos en las mismas, es un usuario muy mediocre. El felino alzó la cabeza con cara de pocos amigos, Cheetara le puso la mano en el hombro para que no iniciara una pelea, Mandora hizo una mueca despreciando su avance.
-Él será un magnífico rey. Bengali habló como si estuviese ofendido.
-Lo que digas chico, ya sabemos que eres su admirador número uno. Solo por defender a Tygra ante cualquier circunstancia, parecía que era motivo suficiente para que nadie le tomase en serio.
-Es que le falta concentración. Panthro desvió la mirada a Cheetara.
-¡Hmm! Es lo que pasa cuando mezclas placer con trabajo, si no fuera por ese tigre calenturiento ya habríamos derribado la torre indicada. Refunfuñó la guardiana mientras Cheetara cabeceó con un puchero.
-¡Se han dado cuenta que estoy aquí! Mandora miró hacia otro lado silbando como si Tygra no estuviera presente.
Un escándalo desvió su atención.
-¡Quiero carne, no vegetales o estúpidas frutas imbécil!
-Pero hermana, aquí hay frutas, no necesitas ir a cazar anim… ¡Oiii! Ella le mostró el cuchillo de cazador que en algún lugar encontró.
-Eyeyeyey, a ti que mosca te ha picado, Tygra le quitó la navaja.
-¡Ese cabeza de chorlito no quiere que cace a mi presa!
-¿Presa? Vaya con la fierecilla, estamos muy delicados hoy ¿no?
-¿Y tú qué rayos sabes? Todos son iguales, no les necesito. Wily Kit lloró y se fue corriendo.
Cheetara trató de ir para consolarla, Mandora lo impidió tomándole del brazo.
-Ella tiene su duelo, debe aprender a manejarlo como todos hacemos.
-¿Crees que me debería cuidar? Wily Kat se aferró a la guardiana que sin inquietarse por su desnudez se rascó la nariz para cambiarse sin ocuparse de las miradas sus apenados compañeros.
-Lo dudo pequeñito, únicamente dale su espacio… aunque yo dormiría con los ojos muy abiertos. Cosa que Wily Kat hizo en la noche, aunque al final se quedó bien dormido.
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A la mañana siguiente estaban listos para marcharse Cheetara y Tygra hablaban poco pasaban el día con mucha dificultad, ella era más proactiva en cuestiones relacionadas a su labor como clérigo, e intentaba apoyarle para que lograra su objetivo, sin embargo Tygra sentía que no necesitaba esa clase de ayuda y volvía a la carga, ella se sumergió en el agua, él le dio una interpretación completamente distinta.
La abrazó, algo a lo que no accedió.
-¿Vas a seguir con eso Cheetara? Tygra intentó besar a su clérigo.
-Podrías tomarlo más en serio.
-Lo hago nena, es que nosotros apenas si hablamos, ya han pasado tres meses. Ella se separó cuando bajó la mano hasta la altura de su cintura.
-No, no lo haces, necesitamos que tomes el lugar del líder y parece que desde lo que pasó en la pirámide te niegas a asumir el puesto. Tygra la abrazó y con sus manos besó apasionadamente el rostro de la chica que enojada lo empujó.
-¡Suficiente!
-¿Pero qué demonios te pasa ahora?
-Esto no es un juego, quieres seguir bajo las órdenes de Mandora, bien, deseas que ella se haga cargo de todo, bien, pero no cuentes conmigo.
-¿Cuál es el punto de decirme esto?
-Me preocupo por ti y quisiera que fueras más serio en todo esto, no tienes que pelearte y oponerte a mi cada vez que toco el tema.
-Mi problema Cheetara es que es así todo el tiempo, discutimos, peleamos y hablamos de responsabilidad y no tenemos vida de pareja, un beso en la mejilla no me basta, parece que solo me animases.
-Ahora eres un rey, necesitas enfocarte en ello, hay cosas que deben sacrificarse. Cómo tu clérigo y consejera… Puso su mano sobre su rostro, él hizo una mueca separándose.
-No soy un niño, sé perfectamente cuales son mis responsabilidades, la única errática aquí eres tú. Dijo con desdén y acto seguido salió del estanque para irse a enfriar a otro lado o iba a explotar por otro desaire de Cheetara que no se detuvo con el gesto del encaprichado rey.
-¿Lo sabes? Escucha, todos sufrimos por la pérdida de Lion-O y tuvimos que adaptarnos. ¿Cuánto tiempo más tendrá que pasar para que tú asumas que ya no está?
-Esta conversación ya pasa del mal gusto, eres tú la que has cambiado.
-Trato de ser una guía para ti y en todo lo que piensas es en el próximo pueblo, no soy una dama de compañía, soy tu clérigo.
-Yo creí que eras mi prometida.
-¡¿Tygra?! ¿A dónde se su pone que vas?
-A cualquier parte menos aquí.
-¿Dime, se ha llevado Lion-O tu sentido del deber o solo se trataba de una competencia?
-A cualquier parte menos aquí. Volvió a decir.
-Espera, yo… ¡hmm! La clérigo chapoteó en el agua enojada sumergiéndose hasta el fondo del poco profundo estanque y miró enojada a uno de los árboles más cercanos a su derecha, puso sus manos sobre la tierra e hizo que este movido por su poder espiritual se deformara y lanzara a todos los espías fuera, entre los que se encontraba Mandora, Panthro y Bengali.
Lo que más le preocupaba a Tygra era que la culpa de lo ocurrido con Lion-O afectase su relación más de lo necesario, corría el riesgo de ser alguien completamente invisible para ella a ser el centro de su deber y eso pasaba por sacrificar su relación en el proceso, él no necesitaba a una clérigo, sino a una compañera, su mujer y futura reina.
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Colinas interiores pueblos del mar
tiempo despues
El tanque felino partió al pueblo más cercano a comprar provisiones con ambos amantes llenos de frustración que evitaban mirarse, pronto regresarían a las ruinas de Thundera donde la gente reconstruía con los pocos recursos que tenían reconstruían sus vidas, aunque siendo ellos tantos necesitaban aprovisionarse.
Lo más curioso era que en ese sitio había felinos, además de otras especies que parecieron ver al tanque como algo común y corriente por alguna extraña razón ni parecieron sorprendidos al ver al príncipe Tygra llegar, aunque le dieron la bienvenida, no se portaron demasiado entusiastas, muchos incluso corrieron al verle, reportándolo a los guardias.
-Estas no son monedas, las chácharas de ciudad de los perros no tienen el menor valor aquí cola-orejas. Le dijo un comerciante de comida a Wily Kat.
-¿Cómo le has dicho? Panthro levantó al gordo mercader.
-Nuestro amigo la pantera es el gran general Panthro de Thundera. Wily Kit y Wily Kat gritaron enojados.
-Ja, además usted no eres mejor que un cola-orejas, usted tienes un asqueroso hocico parado. Wily Kit habló en un tono aún más hiriente dado una patada al puesto de comida.
-Es-este pueblo panda de idiotas está bajo la protección de su maje…
-¡Suéltenlo inmediatamente! Una señora le gritó a la pantera interrumpiéndolo, quien abrió los ojos intensamente cuando guardias y soldados con uniformes similares a los soldados de Thundera arribaron.
-¿Pero qué rayos? Panthro no sabía quiénes eran esos soldados, sus armaduras mostraban la “VII” de la legión del ejército secundario de Thundera, un ejército claro, que ya no existía.
-Ustedes cola-orejas deben saber su lugar, si quieren comprar usen “esta monedas”, el mercader les tiró un par de monedas herrumbrosas de sus bolsillos.
-¡General Panthro, suéltelo! le dijo un capitán cuyos lanceros pusieron sus lanzas muy cerca.
-¿Qué pasa aquí, tratan de basura a sus propios compatriotas, pero atienden a los lagartos? Panthro señaló con la cabeza a un par de Lagartos que cargaban sacos de grano a sus espaldas.
-Ellos han pagado por sus alimentos y nuestras órdenes les autorizan a comprar sin ser molestados.
-¿Órdenes? ¿A quién demonios obedecen, a Mumm-Ra? Nosotros venimos con el rey Tygra de Thundera y no recuerdo haber firmado un tratado con los lagartos. Panthro enojado zarandeaba al comerciante.
-Eso no podemos decírselo, si no están de acuerdo con las reglas váyanse.
-¿Cómo te atreves?
Mandora que sin mucha preocupación llegó a ver el barullo seguida de Bengali, recogió una de las monedas que reconoció perfectamente.
-Capitán, estos gatos han consumido sin pagar y solo tienen monedas de los perros, así que o me pagan o con todo y que sean de la realeza deben ir a prisión.
-Pues no tenemos monedas de otro tipo, así que tendrán que sacarnos la comida de nuestros estómagos. Wily Kat amenazó con meterse el dedo a la boca para provocarse el vómito.
-Al contrario, tenemos un montón de estas.
-¡¿Qué?! Dijo Panthro y el mercader.
-O sí, a decir verdad tenemos varios centenares, no sabía qué hacer con ellas, iba a tirarlas a la basura o venderlas, pero parece que tienen valor.
Panthro tomó una caja roja con monedas con el escudo del trébol y el sello de Thundera.
-Pero estas son monedas Thunderianas, no valen el metal en que están impresas dijo la pantera, aunque cada moneda tenía dos bandas de oro.
El mercader abrió los ojos y quiso agarrar un par pero Mandora le puso un pie en la cara, no eran como sus monedas de cobre y latón, eran monedas impresas con bandas de oro sobre plata.
-¿De dónde se supone que salieron? Panthro preguntó.
-Estaban en el tanque amorcito, en el Feliner hay una caja más pequeña con monedas de oro con bandas de plata, los soldados se quedaron impresionados.
-Hmm, una de estas vale mucho, el capitán tomó una y vio que pertenecía a la casa real.
-Una familia pequeña podría vivir un mes solo con esta moneda. Incluso si comen toda la tienda, le sobraría dinero, espero viejo abusivo que tengas cambio.
-Si me dan la moneda retiraré la denuncia.
-Por unos palitos de carne, ni soñarlo. Dijo Wily Kat que tomó todo el frasco.
-Tiene razón, podrían pagar una multa cómodamente. Dijo el capitán.
-¿Qué más quieren sus señorías? Mi tienda está a su disposición, hizo una sonrisa estúpida.
-Vaya, así que con dinero no hay cola-orejas. Panthro cansado dejó al señor irse con la moneda. El guardia le advirtió al mercader que no enseñara el escudo de la moneda con la cara de Thundera, algo que Panthro no dejó pasar por alto pues el escudo de Thundera era visible solo en el interior de algunas tiendas, se preguntaba de donde venían esos suministros, no eran de los Wollos.
-¿Dónde está Tygra y Cheetara? Preguntó Mandora.
-Se fueron a "reservar" una habitación.
-Ese chico no se rinde... Mandora comenzó a reírse, pero ella no tenía inconveniente si tenía tiempo para divertirse con sus dos pretendientes, especialmente con Panthro.
-Tendremos que pagar nuestra estancia con estas monedas o les pasará como a estos glotones. Dijo el tigre mirando a los dos cachorros que a su manera se aprovisionaban con toda clase de golosinas.
-Venimos por provisiones, así que nos llevaremos esa carreta y cargaremos los alimentos.
-Podríamos tomar un cuarto para nosotros dos, cuchicheo Bengali a Mandora que solo alzó sus ojos, Panthro comenzó a subir cajas una vez que los comerciantes se peleaban por sacar sus mercancías y así se fueron quince monedas.
No deseaban llevar monturas, así que un herrero hizo un arreglo para enganchar la carreta, cuando todo estuvo listo, los chicos que ya tenían sueño jugaban con la comida de Snarf que hacía diferentes suertes para ganarse su pedazo de carne.
Buscó a Mandora y Bengali hasta que su fuerte corazón de gran felino se vio cimbrado al ver al ángel y al tigre albino besándose tras el callejón, se sobrepuso rápidamente.
-Es hora de irnos dijo de forma casi autómata.
Mandora regresó a ver y apartó al chico que tenía una cara de satisfacción.
-Bi-bien. Ella aceleró el paso y se abotonó el chaleco. Panthro con dignidad le dio la espalda, aunque dejo ir una lágrima, metiendo el moco de su nariz.
-Yo no he decidido todavía, le murmuró al oído Mandora, pero él estaba al borde de las lágrimas como un crio, metiéndose otra vez el moco de un respiro, algo que fue muy cómico.
-Esta noche… ven a mi cuarto. la guardiana le besó la oreja. Panthro se levantó indignado, pero de poco le sirvió pues se golpeó contra el techo regresando a su asiento.
-Tú no tienes ningún pudor… Mandora cubrió sus labios con los suyos mientras Bengali estaba fuera, era tan apasionado el beso que cuando ella se alejó parecía que al agua fría le habían echado agua caliente y la sensación era un término medio.
Las relaciones entre rivales, siempre eran un lio.
Bengali era un tigre muy impaciente e impulsivo, pero sabía lo que quería en cuanto lo veía, así que no fue ningun tonto con Mandora, en cuanto comenzó a besarla no paró hasta estar satisfecho de que su trabajo era el mejor, ese era el orgullo de su raza.
-No he decidido… aún, ven a mi cuarto esta noche, dijo Mandora igual, que disfrutaba su sitio de mujer deseada y lo era porque su belleza no dejaba a ninguno indiferente, incluso compradores que se acercaban para pagar por ella creyéndola una esclava.
Al menos su suerte era mejor, cuando Tygra regresó tenía una marca roja en la mejilla, haciendo que el grupo se soltara en carcajadas.
El puerto de aquel pueblo construido adornaba perfectamente las casa de roca blanca de nueva construcción que aceleradamente se erigían, levantando el polvo en el camino pavimentado de rocas redondas.
Cheetara esperaba en el hotel con cara de pocos amigos.
Para cuando la noche cayó la clérigo recorrió los cuartos de madera, buscaba a Mandora, pero dado que había mucha separación entre cada planta y sus cuartos decidieron turnarse haciendo guardia y Tygra parecía buscarla con insistencia.
Los cachorros jugaban haciendo escándalo con Snarf obligando al encargado del piso a llamarles la atención, no parecía ser demasiado insistente, de todas maneras ellos podían permitirse pagar por sus excesos, pese a que Mandora era muy tacaña en soltar monedas, sabía que esos momentos de descanso eran valiosos, al final del día treinta monedas se habían ido.
Toc, toc. Cheetara tocó la puerta.
-¡¿Qué demonios quieren?! Panthro y Bengali alzaron la voz.
-Chicos, chicos, Mandora habló mientras se escuchó el sonido de la cama, hasta que pareció que sus pies tocaron el piso y se acercó a abrir discretamente la puerta.
-¡Cheetara! ¿Pero qué haces aquí? Cheetara que vio a Mandora en bata sorprendida.
-¿Pu-puedo hablar contigo? Aunque si interrumpo…
-No, no, estos caballeros, están por retirarse. Parecía que Panthro y Bengali estaban peleando, aunque ambos estaban vistiéndose a toda prisa, Mandora se mordió el labio apenadísima.
La boca de Cheetara era una gran “O” al ver a los dos felinos marcharse rojos y sin decir una palabra en actitud digna, aunque Mandora pasó de la incomodidad a volver a su carácter inmisericorde nalgueando a ambos chicos que dieron un salto fuera mientras cerraba la puerta.
Cuando Mandora se metió de nuevo a la cama desordenada, puso una cara divertida.
-¿Y bien? Cheetara trataba de decir algo pero solo hacía gestos extraños.
-Necesitamos hablar.
-¿Tygra me supongo? Cheetara asintió, Mandora se dejó caer en la cama.
-Bien, pero esto va a costarte.
-“…” Cheetara le miró con cara de pocos amigos.
-Cielos solo denme la maldita espada y yo pelearé por ustedes. Tengo que resolver todos sus pleitos.
-Lion-O te dijo que nos ayudaras.
-Sí pero no significa que sea su esclava y tú de todas las personas no deberías hablar a otros sobre lo que el deber se trata, te puedo ayudar, pero esta vez tendrá un costo.
-¿Qué es lo que quieres? Pagaré.
-Interrumpiste mi fantasía, aunque esos dos eran terribles, pero ya sabes, es lo que hay. Mandora le tiró un frasco de crema, se quitó la sábana mostrando su cuerpo desnudo.
-¿Acaso eres una desviada?
-No seas estúpida, he estado con mucha tensión en estos días y estos bárbaros no tienen servicio de masajes a la habitación.
-¡Eww!
-¿Eso es un precio alto para ti?
La chica no tenía experiencia y lo hacía con desgana, aunque le daba un poco de envidia la piel de la guardiana.
-Eso, más adentro, así, rodéalo, separa la punta, ja, ja. Mandora hacía sonidos raros mientras se reía sin relajarse en absoluto.
Momentos después, Cheetara completamente obcecada abrió la puerta limpiándose las manos, Mandora estaba satisfecha, de cualquier manera esperaba ayudarle y ya sabía la manera, únicamente deseaba que sufriera un poco.
No paró de reír hasta que miró la moneda que sacó primero de la caja que estaba en el tanque felino y la pasó entre sus dedos adquiriendo su expresión un tono serio, ese maldito león muerto estaba tan delante de ella como ella lo estaba de esos felinos, sentía una frustración que se fue incrementando con el tiempo.
Decidió vestirse e investigar un poco, no había demasiado que esperar de ese lugar y dado que la clérigo tenía el libro de los augurios…
Voló por la ventana e hizo un recorrido por los pueblos que ya se estaban volviendo el punto neurálgico de las actividades comerciales de los wollos y otros comerciante, reconoció algunas caras, exconsejales, guardias cuervo, al parecer habían escapado de Avista, pudo preguntarles pero no era el momento.
Llegaron a ese sitio por un consejo de un Wollo a Willy Kit, quien guardo silencio cuando vio a sus compañeros de viaje.
“¿Un tanque felino? ¿Pero qué rayos pasa en este lugar?” Ese tanque fue metido en una bodega discretamente ubicado bajo redes cubiertas de hojas de árboles
Alguien debió verla pues un numeroso grupo de cuervos alzaron el vuelo para rodear el intruso, ella se ocultó dejando un señuelo, una especie de bumerán que tomó forma de un ave-sapo.
Descendió perdiéndose entre las casas donde lo que parecían ser soldados del algún tipo discutían.
-Dicen que intrusos llegaron a uno de los pueblos de la entrada norte, los confundieron con una partida de soldados, dicen que traen un tanque felino.
-¿Qué hicieron?
-Al parecer los hospedaron en uno de los hostales. Dicen que su tanque se mueve usando Thundrillium.
-¿Thundrillum? Qué tontería, todo mundo sabe que el Thundrillium no sirve ni para llenar la pila de un arma de plasma.
-¿Entonces?
-Si su actitud es sospechosa arréstalos, tenemos órdenes de no mostrar nuestras fuerzas, incluso ante los mutantes, además esos lagartos…
-Luego están los rumores señor.
-¿Cuáles rumores?
-Dicen que uno de ellos es el príncipe Tygra. El que les dirigía se agarró la cara con la mano derecha acicalando sus barbas.
-Si no podemos estar seguros eviten el contacto, recuerden lo que nos advirtieron, especialmente si es el príncipe Tygra, sería peligroso que ellos lo supieran, no podemos contactar con los demás, mientras tanto no importa si negociamos con los lagartos, eso asegurará su silencio.
-¿Y qué pasa con Thundera?
-No de nuevo bobo, no sabemos quién esté metido allí, además esos señores feudales son enemigos del rey, recemos para que nuestras familias estén bien. Si hubieran seguido sus órdenes estarían con nosotros y no en esa ratonera.
-¿Los dejaremos ir?
-Da la orden para que los rodeen, pero con cautela, por ahora tenemos que descargar esos tanques.
No era solo uno, ni dos, era un conjunto de seis tanques felinos descargados por necromecas de largas patas, se escondió cuando uno de los guardias miró hacia donde ellas estaban con un visor nocturno.
Varios guardias alcanzaron el lugar donde se ocultaba, pero al apuntar con sus luces no había nadie.
Se elevó a toda velocidad casi al punto de ahogarse cuando sobre su cabeza vio una enorme construcción circular, tan larga que solamente las orillas se podían apreciar viendo al horizonte, sin lograr detenerse, se metió entre las nubes y un hormigueo eléctrico recorrió su piel hasta perder la consciencia, recuperó el equilibrio varios kilómetros abajo y ese extraño fenómeno desapareció, no importaba cuantas veces se enfilara hacia el horizonte.
Rendida aterrizó sobre las ramas de un gran abeto y una de las monedas guardadas en el tanque se le salió de la bolsa, agarrándola con todas sus fuerzas miró nuevamente el escudo.
“Demasiado adelante pequeño león.” Escuchó un bamboleo, alzó la mano y capturó el bumerán.
El escape fue una cosa estúpida y todos sin excepción con los ojos rojos partieron en el tanque a minutos antes de que los soldados de aquel sitio hicieran nada efectivo, salvo regresar con la cola entre las patas conforme se internaban entre el denso follaje selvático de la región.
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El ejército de los lagartos sufrió muchas bajas en la segunda invasión de Avista, cerca de tres mil sobrevivientes era lo que quedó de las cerca de cuarenta mil que una vez vivieron en Avista otros cinco mil emigraron tiempo antes del ataque con sus primos de la que ellos llamaba Nación de la Aves, donde muchas veces ella repostó para dormir.
Slithe pareció desaparecer con sus ejércitos, lo que quedaba eran conjuntos de unidades sueltas que se replegaron.
Cuando regresaron al lugar de la explosión era desolador, las aves que pudieron volar tomaron varios rumbos, muchos se internaron en los pueblos del bosque negro.
Tygra no era muy dedicado a los asuntos de su hermano, así que prefirió regresar a Thundera donde una marea de thunderianos arribaron desde muchos sitios, semanas después, conforme los rumores de la retirada de los lagartos se extendía por toda la región.
Les dieron palabras de apoyo y organizaron lo que pudieron pero tenían que continuar su viaje.
Los mutantes eran diferentes a los lagartos en muchos aspectos, para empezar no todos eran lagartos, había lobos, simios y aves modificadas por un arte maléfico.
Mandora les dijo no se sintieran tan alegres, pues en cierto modo, todos los que llegaron con Mumm-Ra era un tipo de mutación debido a eso compartían rasgos comunes a pesar de sus diferencias anatómicas y eso era imposible en el mundo animal.
Cuando Cheetara le hizo ver que entonces ella era en parte mutante por su cuerpo mamífero, rasgo que todos ellos compartían, incluso animales que deberían ser ovíparos, Mandora se limitó a decir que su origen; si bien compartía una misma raíz, su herencia era un producto exclusivo de la naturaleza, algo a lo que Cheetara se negó a creer por considerarlo una blasfemia.
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Energía y mentiras amables
El libro de los augurios empezó a brillar y su brújula señaló el próximo objetivo, un monstruo endemoniadamente rápido con el que se estrenaron, dejándole ir cuando ni Cheetara fue capaz de alcanzarle, esa era la grulla.
Mandora tenía razón como siempre, Kaynar atacó sin mayor aviso los pueblos cercanos al mar con sus monstruos mutantes en su persecución, pero se replegaron cuando cientos de combatientes a costa de muchas pérdidas le mostraron lo difícil que era pelear en un ambiente selvático y en casas defendidas habitación por habitación con todo tipo de armas, muchas parecidas a las armas de los lagartos, pero también nuevos tipos.
Ellos vieron el humo de las casas más exteriores ardiendo y nada más, luego supieron por Wollos que los pueblos costeros seguían en su sitio y que luego de olfatear a quienes perseguían, los mutantes y sus generales regresaron por donde vinieron.
Cheetara no supo como lo hizo, pero Mandora estaba muy informada y sus patrullas podían tomar días antes de decidir la mejor ruta, ella no podía evitar llorar de vez en cuando, con Lion-O al menos las cosas tenían un sentido de aprendizaje, pero Tygra era frió en ese aspecto y dejaba a su suerte a cualquiera que no tuviera relación con su objetivo.
Esos días se la pasaron volando cada dos días hasta que sobrevolaron tierras que nunca antes otros ojos thunderianos habían pisado.
No había mucho entusiasmo, salieron a estirar las piernas, solo funcionaba un deslizador pues perdía potencia rápidamente y se precipitaba al suelo, Wily Kat se rindió y corría solitario entre las ramas para ver si encontraba las ciudad de El-Darah obligando a Mandora a personalmente ir a buscarle.
Cheetara y Wily Kit rezaban mucho y lloraban sin decir demasiado o compartir sus sentimientos, la monotonía envolvía sus vidas.
Reparar el feliner no era un trabajo laborioso, sin embargo, después de tantos combates con los mutantes, Jorma, Bengali y Panthro tenían que probar cada pieza del motor y monótonamente Tygra con el mando de la nave pulsaba botones comprobando que todo estuviese en orden luego de que la nave casi se estrella por una pérdida de potencia grave después de matar a ese monstruo parecido a un cangrejo.
-¡Usa los guantes maldita sea! ¡¿Cuántas veces te lo he dicho?! Mandora le gritó a Cheetara.
-Sí, ya lo sé, ella suspiró con hastío –“El Thundrillium líquido es peligroso y quema, bla, bla…”, aunque ya que lo mencionas es curioso.
-¿El qué?
-Pues juraría que antes si ponía la mano, la tenía que retirar casi de inmediato, pero ahora está un poco... tibia.
-¿De qué rayos hablas? Son pilas refinadas nuevas, tardarán años antes de perder su poder, son tan calientes que dejan costras.
-No, en serio, Cheetara le arrojó uno de los contenedores de Thundrillium, Mandora se los pasó entre las manos soplando hasta que supo que era cierto, estaban más frio, apenas caliente.
-¡Imposible! Haciéndola a un lado y luego sacando de su asiento a Tygra, inició la computadora calculando las reservas de thundrillium de la nave.
-¿Qué? Preguntó Tygra.
-Es extraño, según estas lecturas hemos perdido la cuarta parte de su potencia.
La noticia fue una verdadera sorpresa para todos, ninguno pareció percatarse, con el paso de las horas Panthro y Jorma comprobaron una a una cada batería para descubrir que el fenómeno afectaba las reservas completas de la nave.
-Si aplicamos las leyes de termodinámica al rendimiento de la nave, perdimos un cuarenta por ciento de la potencia del combustible, es demasiado extraño. Mandora habló sin ocultar su sabiduría hasta el punto de ser pedante.
-Tal vez eso lo explique Jorma. Panthro le habló al perro que se rascó las barbas y sacó una piedra de Thundrillium que arrojó a la guardiana.
-¿Qué es eso?
-Esto señorita es un pedazo de Thundrillium estable, fue extraído hace varios meses de la parte más profunda de la mina de Plun-Darr.
-Pues no lo parece, más bien se diría que es una turquesa roja. Ella se lo devolvió al perro que casi la tira al suelo.
-Lio… “él” parecía preocupado por el Thundrillium sucio que llegaba a Avista y pensó que era parte de la corrupción del Consejo, claramente estaban comprando un Thundrillium de menor calidad por la poca fuerza que tenía.
Panthro evitó decir el nombre de Lion-O era algo de común acuerdo.
-¿Qué quieres decir?
-A lo que me refiero es que esto es un Thundrillium líquido muy concentrado, rayos, hemos tenido problemas con él todo el tiempo, atasca los motores, los sobrecalienta, por eso no podemos usar la nave para volar en prolongados viajes, así que quisimos reemplazarlo con pilas de piedra estable.
-¿Qué es una piedra estable? Preguntó Cheetara.
-La forma acristalada y transparente, se le llama estable porque su forma no desprende calor, puede estar así por cientos de años hasta que el cristal crece y se rompe por una causa natural desconocida, se vuelve casi gris y no lo distinguirías de una piedra, entonces la beta de la que se originó se vuelve inútil.
-¿Y eso es una piedra estable? Panthro asintió.
-Al ser separada y cortada no debería seguir creciendo, su forma no debería cambiar hasta usarse. Jorma dijo.
-¿Así que piensas que “él” sabía que esto ocurría? ¿Pensaste que era un error? Mandora se volvió para tomar nuevamente la roca.
-Eso imagino, Soul dijo que era extraño que Mumm-Ra le diera a sus tropas un Thundrillium que podría costarle muchas de sus naves, tal vez esas naves que se vinieron abajo cuando atacaron a Soul tenían cargas de Thundrillium estable, a pesar de ello se estrellaron. Panthro se sentó con las manos entre las piernas.
-No lo entiendo completamente señorita Mandora, si Lio… “él” pensaba que pasaba algo con el Thundrillium ¿de donde obtuvo estas pilas líquidas?, en cada una existe la energía de varias toneladas y no creo que compraran tal cantidad, solo en estas once pilas hay el poder de veinte toneladas y compraron con los wollos cincuenta, luego compraron cien más, pero era Thundrillium sucio, descarga las baterías.
-¡El elefante! Bengali habló como si hubiese tenido una epifanía.
-¿Qué elefante? ¿Aburn? Cheetara interrumpió.
-Sí, Aburn y sus elefantes fueron a por Snarf, pero ya sabían cómo llegar a ese hangar ¿cómo lo hicieron si era un hangar secreto? Pumyr… nuestros “enemigos” sabían el número de naves y hangares, ese en particular no estaba en el mapa.
-¿Ellos hicieron el Thundrillium? “Sí, claro”. Cheetara dijo sin querer casi riendo, luego recordó que Mandora arrojó algo a las calderas de Avista y de pronto las luces y generadores se encendieron.
-Tienes razón, es estúpido, la única manera de hacerlo es que mágicamente apareciera el Thundrillium en su forma más pura. Expresó el chico sentándose en uno de los asientos de radar.
Cheetara le miró fijamente, la expresión de la guardiana era completamente descompuesta al punto en que todos los notaron.
-No lo es tanto, falta algo, esa es la cuestión del Concordia, “él” dijo que la nave estaba lista, pero seguía conectada a los generadores y luego está el feliner que construyó, la grabación de vuelo simulado mostraba que estaba probando diferentes opciones, la maniobra que empleó al escapar de Avista estaba bajo el bajo el nombre de… Tygra se exprimió la memoria y recordó ese detalle.
-“Último recurso” Mandora dijo en voz baja.
-Sí ¿Cómo lo has sabido? Bueno, en fin, si él tenía toda esta cantidad de Thundrillium no había problema, pero en la carpeta de bitácora estaba descartado junto a la anotación del gasto de Thundrillium que requeriría, la misma cantidad que el despegue de Avista, ¿pueden creerlo? Tygra hojeó la única cosa de papel en esa nave llena de cosas tecnológicas y se lo dio a Mandora.
La fuerte y poderosa guardiana temblaba. Cheetara respiraba con pesadez y decidió a pesar del dolor de su pierna llevarse a Mandora con ella.
-¿Nos permiten un momento? Ella dijo sin detenerse a ver los rostros de sus compañeros.
La puerta de una de las habitaciones de la nave se cerró.
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Verdades sin importancia
-Tú creaste ese thundrillium ¿verdad?.
-La Orden dio la instrucción, querían presionar al Consejo, pero se les salió de las manos.
-¿Cómo? Es decir, tiraste el cabello de Lion-O dentro de la caldera del reactor. Ella asintió.
-Lion-O buscó una salida no podía entregar la ciudad a Mumm-Ra, Avista acabaría como una productora de armamento y soldados, tal vez era cierto, la ciudad no podía despegar, por eso estaba apagada salvo en lo esencial, pero el Consejo pensaba lo contrario y la Orden les dio el motivo, él entendió lo que pasaba.
-¿Negociaron con Mumm-Ra?
-No, lo hicieron con Vultaire.
-¿Por qué Lion-O poseía ese poder?
-Tú deberías saberlo mejor que nadie, después de todo, fue Jaga quien le dio esa fuerza.
-Eso es imposible.
-Desconoces muchas cosas, “esa vez” que detuvimos “su despertar” recogimos su cabellera y descubrimos la enorme concentración de energía, se portaba como un cristal de thundrillium, si lo mezclabas con un líquido ya agotado podías almacenar una enorme cantidad de poder. Luego pasó esa otra cosa.
-¿Qué cosa?
-Absorbió mis poderes. De alguna manera misteriosa me quitó mi maldición, por eso era tan fuerte cuando peleó con los lobos, ese día se rumoreaba cosas que dispararon sus conflicto con el Consejo y me pidieron que le cortara el cabello, pensando que así perdería sus poderes.
-Por eso se entregó a ellos intencionalmente, por eso no le temían, pensaban que el cabello era el secreto de su fuerza, la Orden lo creía, nos quería dentro en la ciudad, sabía que no nos dejarían irnos en el Concordia, tal vez nunca tuvo combustible y así podríamos escapar por nuestra cuenta en una nave oculta.
-De alguna manera sabía que yo tenía la daga blanca, que la usaría para recuperar mis poderes, por esa razón me dio el collar lunar, solo mi visión es capaz de usarlo, me sorprendió porque la daga no debía cambiar, Madre Scandiacus le agregó una aura negra para que pasase por una auténtica daga del golem de piedra, pero en el fondo yo sabía que no resultaría. Cuando Pumyra sacó la daga de mi pecho esta comenzó tornarse oscura.
-¿Dejaste que le apuñalaran, tu plan le costaría la vida? Mandora tembló sin protestar cuando Cheetara la abofeteó.
-No seas inocente, él deseaba eso, para cuando llegué estaban a punto de apuñalarle, entonces intercambié la daga, pensé que había muerto, la daga blanca absorbe la energía, debía morir, pero se levantó como si nada pasara.
Cheetara apretó sus dientes y puños, respiró para tratar de calmarse.
-Él cambio, se comenzó a transformar. Cheetara se llevaba las manos a la cabeza sin entenderlo completamente.
-Panthro habló de una semilla de la que salió un duplicado, Pumyra le apuñaló y el extraño que le dio la semilla, la usó para crear… una poción.
-¡Lion-O bebió la poción, se infectó intencionalmente!
-Creo que deseaba que le apuñalaran con la daga blanca para crear una daga negra falsa a costa de su propia vida, para eso necesitaba infectarse y que la fuerza oscura auténtica fuera absorbida junto con toda su energía contenida.
-¿Para qué hicieron esa daga? ¿Qué sucederá cuando la pongan de vuelta en el Golem de Piedra?
-Lo único que sé es que se empleaba para quitar un poder adquirido artificialmente, se dice que fue para remover la contaminación de la espada de los Augurios. Cuando se libere en el golem, será como poner una chispa en un polvorín, lo que suceda será algo nunca visto en este mundo. Tal vez Mumm-Ra sea destruido y eso es lo genial de su plan.
-¡Genial! Cheetara derramó varias lágrimas agarrando a Mandora del pescuezo con enojo sin que ella se resistiera.
-¡¿Y por qué no ha pasado nada entonces?!
-Ese monstruo llamado Viragor que nos siguió con la grulla, sigue bajo el control del hechicero, no ha habido nuevos convertidos, así que deben sospechar.
-No saben que pasó, no saben que la daga es la incorrecta, pero sospechan.
-Luego está la otra parte del puzle, la energía, con uno de los medidores Mandora analizó la fecha aproximada en que la piedra empezó a perder su energía, la fecha no sorprendió a ninguna de las dos.
-El día que cayó Avista, el día que Mumm-Ra se puso la piedra de la tecnología.
-La interferencia no solo evita que encontremos la piedra, también evita que usemos máquinas a base de Thundrillium, este día perdimos una gran parte de la energía.
-¿Piensas que era la razón de que no deseara irse?
-Es posible, Lion-O debió saber que con cada torre que derribáramos, las piedras se degradarían el treinta por ciento de su potencia, pero aún así tendríamos poder para otros dos viajes. Él debió ver el cambio en la potencia de las calderas, Soul pudo calcularlo, imagina lo que pasaría con la ciudad si perdía de súbito la tercera parte de su poder.
-Así que por eso no usó piedras estables. Ella le soltó meditándolo.
-Avista tenía potencia suficiente para despegar, ellos refinaron el Thundrillium con unas tres semanas tendría el suficiente combustible...
-Pero el Consejo no quería que fuera su victoria.
-Por si no lo sabías, Lion-O descubrió una enorme bodega de suministros del Consejo, suministros robados a la población, eso explicó las desapariciones de cargamentos enteros de comida y las constantes peleas con el Consejo.
-Solo supe que las raciones eran escasas y que luego mejoraron de la noche a la mañana cuando Lion-O se quejó.
-Creyó que él no valía demasiado, esperó a que su hermano tomara el relevo, demasiado inteligente, siento miedo de lo que él pudo ser, de lo que él sería... si se tornaba malvado.
-Eso no, Lion-O era alguien bueno. Dijo Cheetara con mucha convicción.
-Tal vez creía que así sucedería, pensaba que era un árbol de raíces podridas, que debía ser arrancado, me dijo eso en la batalla con los lobos y no le entendí, dijo que la espada le pesaba cuando bajamos en el ascensor.
-Es tu culpa Mandora, lo que sea que hayan planeado tu Orden y ese miserable Consejo, fue lo que le orilló a esto, lo juzgué mal, parecía una persona llena de confusión que se debilitaba, incapaz de ver más allá de su propio sufrimiento, en realidad siempre tuvo el control, no lo olvides, pues es tu responsabilidad, la vida que le arrebataste, lo grande que pudo ser, no voy a odiarte, porque seguramente no lo hubiera querido.
-Si eso es todo lo que querías saber…
Cheetara le puso la mano en el hombro.
-La historia que cuentas es muy bonita, pero no es toda la verdad, aun no explicas porqué decidió destruir la ciudad.
-¿A qué te refieres?
-La Orden seguramente quería que el Consejo supiera que Avista tenía suficiente energía, lo que no comprendo es ¿quien encendió la ciudad?, cuando bajaba la ciudad seguía apagada y ahora que recuerdo, tu únicamente refinaste el Thundrillium, quedé tendida en el suelo durante casi una hora, cuando salí al exterior la ciudad fue encendiéndose y la gente empezó a celebrar.
Mandora se quedó en silencio.
-Ni el Consejo, ni la Orden tenían planeado encender la ciudad ¿verdad? Eso hubiera atraído a los lagartos y los lobos como pasó al final, uno de los Consejeros que arresto a Lion-O dijo que él nunca había tenido la intención de despegar, pero cuando activaste los generadores ellos tuvieron que tomar partido.
La guardiana giró la cabeza mirando hacia la pared.
-Así que tú lo has decidido por tu cuenta, por eso Lion-O te pidió que nos dieras otra oportunidad, tenías un plan aparte, uno en el que no importaba si morían todos en Avista, incluso tus compañeros.
-¿Y si ha sido así qué harás?
-Lion-O, no deseaba destruir la ciudad, pero sabía que si lo hacía la gente sería usada por Mumm-Ra de la misma forma que a los lagartos, convertidos en monstruosos mutantes, su decisión podía ser criticable, pero tú lo orillaste, es tu culpa que muriera, de nadie más.
-Lo sé. Fue lo único que alcanzó a decir a su favor.
Al abrir la puerta todo estaba en silencio, eso hizo que ambas se sintieran en una atmósfera hostil, Tygra temblaba sobre el monitor del comando en donde las pantallas enfocaban al cuarto donde Cheetara y Mandora charlaban, el nuevo rey rugió furioso, la forma en que ellos miraban a Mandora era terrible, aunque Bengali no miraba a Tygra directamente a los ojos pues él había apuñalado a Lion-O y Mandora lo omitió.
-¡Fuiste tú! ¡Tú le mataste! ¡Mataste a mi hermano!
Lanzándose contra ella apartó bruscamente a Cheetara y tiró a la guardiana al suelo dándole un brutal puñetazo en la cara que de inmediato le sacó un hilo de sangre de la boca, no se movió, esperaba su merecido.
Cheetara se puso encima de la guardiana para protegerla con su cuerpo, él quiso apartarla pero ella no se movió, le pegó en el estómago y Mandora vomitó.
Panthro y Bengali jalaron a Tygra obligándole a levantarse.
-Calmémonos, nadie tiene la culpa, así es la vida. Dijo la pantera.
-¿Calmarse dices? Deberíamos matar a esta despreciable mujer.
-¡No! Dijo Cheetara.
-¿Por qué demonios no después de lo que ha hecho?
-Lion-O la eligió para que nos guiara. Lo hizo porque su último acto fue confiar en ella. Ahora es su responsabilidad y deuda. Ya sabemos por qué los mutantes reemplazaron a los lagartos y por qué casi no vemos vehículos o armas de plasma, solo espadas y lanzas, ellos no tienen energía y nosotros posiblemente tengamos la última reserva importante en todo el mundo.
-¿Eso es una ventaja? Tygra arguyó.
-No te tomas en serio el papel de rey, solo piensas en una vida que no podemos darnos el lujo de tomar. Quiero que piensen la razón del porque hacemos esta búsqueda y el sacrificio de Lion-O en vez de seguir pensando que estas compitiendo con un fantasma, no tienes que ser mejor que él, pero sí luchar bajo los principios en que creyó.
-Yo… lo hago, es que todo es tan confuso.
-Recuerda que somos un equipo y es nuestra responsabilidad, derrotar a Mumm-Ra sigue siendo el objetivo y parece que Lion-O nos ha puesto todo en bandeja de plata.
-Pero Cheetara… Bengali se quejó porque lo pusieran en el mismo saco, cuando no había sido parte del equipo.
-¡Pero nada Bengali!, tú tienes mucha culpa en esta tragedia. ¡Durmamos!, usaremos las tiendas como ya habían sido asignadas y no habrá cambios, espero de ustedes lo mejor, Tygra, tu eres el que necesitas de más entrenamiento con la espada, así que aprovecha la primera guardia.
-¡¿Cheetara?! Tygra se quejó.
-Sin él aquí pareciera que no tienes nada que demostrar, decías ser el número uno cuando él estaba vivo, demuéstralo ahora que ha muerto, sé un líder y piensa en todos nosotros por una vez en la vida.
Cheetara se llevó a Mandora con ella para tratar sus heridas.
-Es una dama de armas tomar, se diría que es una reina. Jorma habló sorprendido.
-Un día lo será. Dijo Tygra que suspiró con una cara de pocos amigos.
La noche se tornó en una triste ocasión que sacó a flote viejos recuerdos.
Bengali, Jorma, Panthro y Tygra apostaron el tanque para ser subido por la grúa del Feliner, Wily Kit no quiso dormir con nadie, pero Panthro la metió a la cama con su hermano y Snarf una vez se hubo dormido, de todos era la que más dramáticamente padeció la pérdida del joven rey.
La vigilaban discretamente, Panthro era el más cercano a ella junto a Mandora, si tenía pesadillas ellos la cuidaban, aunque lo cierto es que seguía siendo una niña, se tomó en serio su papel y entrenaba hasta la extenuación, deseaba ser una guerrera competente, una guerrera a la que nadie le arrebatase a las personas que amaba nunca más y eso solo la hizo sufrir mucho.
Hubo un tiempo en que retrocedería y se dejaría morir de hambre antes de matar a un animal, hoy lo veía como uno de sus objetivos de vida para madurar y estar un paso adelante.
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Consejos para todos
-Me vas a deber una enorme cantidad de créditos Cheetara, Mandora con hielo en envuelto en una tela se deshinchaba el golpe del novio de la clérigo, se preparaban para dormir y con el calor su dolor solo empeoraría.
-Ahora te odiarán.
-Eso no me importa, con esto se centrarán más y entenderán que lo que hizo fue un sacrificio, no una evasión, perder tres veces por la falta de interés de tu amante no es una opción.
-Lo hará mejor y no es mi amante.
-¿No es tu amante? ¡Ja! Como sea, me parece que sin Lion-O es completamente inútil, da por hecho que ha ganado todo y eso le ha afectado, me cuesta creer que en este momento se sienta apenado por su muerte.
-Él piensa en su hermano.
-Difícilmente Cheetara, las primeras semanas lo hacía, hoy solo piensa en una cosa y tú pareces creer que te verá como una clérigo.
-Conoce su deber, todos lo hacemos.
-Eso espero.
-Nadie evade su culpa y soy también responsable.
-Tygra no es Lion-O, aprendió a trabajar por todo para demostrar que era mejor que su hermano, pero sobre sacrificio no sabe nada y sé muy bien que lo sabes, una mujer puede dirigir al macho de su especie hasta cierto límite, está confundido por la forma en que has cambiado y su frustración hace que pierda interés en su tarea, piensa que compite con un fantasma, tal y como has dicho, pero al mismo tiempo se siente seguro de que nadie vendrá a por ti.
-¿Y qué sugieres?
-Cásense.
-No puedo hacer eso, soy una clérigo.
-¿Por qué no? Jamás te verá como una, creí que te habías acostumbrado con Lion-O, pero estabas realmente celosa de no estar en el centro, de no ser considerada una clérigo, era tal tu envida que me mirabas con un odio atroz.
-¿Y qué hay de ti? Lo que ensayamos, cada palabra que dijimos para que ellos nos vieran se basa en la verdad ¿No es así? ¿Eres realmente responsable de su muerte?
-Si lo soy no estoy sola en esto, eres tan responsable como yo. Ese viejo hechicero te usó como modelo para herir al chico, te alejaste de él y cuando Pumyra llegó no fuiste capaz de ver la trampa o no te importó enfocada en tu novio.
-Me importaba.
-Claro, por eso besaste a Tygra en delante de Lion-O, presumiendo la seguridad de tu inquebrantable confianza en Tygra a Pumyra, esos videos son todo un espectáculo. Cheetara le dio la espalda.
-Él tenía que entender.
-Desde luego, entender que tus sentimientos por él no eran más que una orden, entender que tus palabras de aliento eran mentiras, solo imagina lo que fue para él presenciar la diferencia entre la verdad y la ficción, él le dijo a Pumyra que únicamente se había acercado a ella para reemplazar algo irreemplazable para él, desde luego pudo ser una mentira, pero así son las cosas.
-“…”
-¿Te has quedado muda? Sí, soy responsable de su muerte, pero no respondo ante ustedes por ello, pues él confió en mí al final, no en ti, eso es todo lo que importa, tal vez yo haya clavado la tapa de su féretro y lo haya enterrado, pero tú hiciste el hoyo y el ataúd.
-¿Qué debo hacer? La voz de la clérigo entrecortada hizo que Mandora cediera.
-Él no lo verá amablemente Cheetara, hagas lo que hagas, tampoco entiende la seriedad de lo que pide. Dormimos juntas para que puedas "ocultarte", sin embargo, cuando vayan a "recoger madera" espero que tengas un buen cinturón de castidad, porque ese chico solo espera una cosa de ti y no son consejos o amor, es un trofeo, algo que se poseer.
-Buenas noches. Dijo Cheetara.
-¡Ah! Bien, haz lo que quieras.
Cheetara sentía envidia de esa seguridad, no sabía qué hacer.
La primera experiencia de Tygra al mando fue un desastre, vivía sumido entre la indecisión esperando a que otro tomase las decisiones difíciles, se equivocase y el saliera a corregirle, la forma en que su noviazgo sirvió para encaminarlo se había vuelto un lastre, pues le distraía constantemente de su objetivo y no ejercía un liderazgo en absoluto creyendo que eso los distanciaría.
Cheetara tampoco concebía en su cabeza la relevancia que Lion-O dio a Mandora, ella asumía los costos, eliminando su cargo de consciencia con una obligación más allá de ella misma.
Pero para Mandora las cosas eran más simples, miró nuevamente la moneda y se guardó un pensamiento para sus adentros con una sonrisa.
“Ese idiota sigue vivo”
Fin Capitulo 3 parte 2
WoW!Mandora acostándose con Bengali y Panthro...nunca me imaginé que Panthro fuera ese tipo de hombre...jijiji
ResponderEliminarY sabía yo que ese Tygra no sería tan buen rey como mi leoncito, además entonces cuando hablaron a solas Cheetara y Mandora era falso?pero ha estado genial.Por cierto (seguramente estés muy ocupado)pero cuando pondrás las imágenes en los capitulos?
Un beso, MUAK!
Bueno, Cheetara le pidió ayuda a Mandora y esta lo hizo montando una falsa revelación.
EliminarMandora no se acuesta con Panthro y Bengali más bien estaban jugando a la botellita por así decirlo, je, je.
De las imágenes estoy en ello.
deacuerdo, antes apoyaba a madora como pareja de lion-o, crep que mejor los djamos con kitty, es la unica medio racional, esas locas estan mas que locas, y son peligrosas, ademas de estar hambrientas
ResponderEliminargran cap anque te tardaste mucho, definitivamente el cap a mostrado mucho de lo que sera la relacion que se llevar a mas adelante todos los personajes, has que tigra muera de manera miserable porfavor jajajaj conti conti
No creo que Lion-O quiera ese destino para su hermano.
Eliminar¿Hambrientas? Je.
Bueno escribir a veces requiere de mucha inspiración y los bloqueos son muy comunes.
te comprendo, es algo que es dificil combatir
Eliminaren todo caso aunque leon-o no quiera eso para su hermano, tiggra se lo esta buscando, solo le falta caergar con un inmenso cartel que diga, dispareneme, soy un tigre orgulloso que no piensa en nada mas que en lo que yo deseo y no tiene ni idea de donde esta parado
Es que a veces querer demostrar ser tan perfecto es por una inseguridad muy arraigada, mientras Lion-O que es un irresponsable ha crecido sin ninguna figura a su lado, es más apto para ser un líder por que siempre ha sido abandonado y ha tenido que hacer las cosas solo.
Eliminarigual mata a tigra, solo para complaser a los lectores
Eliminarveras como toditos celebramos su muerte, de hecho desde la serie e querido verlo muerto
No, Tygra tendrán el destino planeado en la serie de televisión, aunque no estoy de acuerdo con el final, no se puede esperar más de una historia tan irregular.
Eliminarsolo que no se quede con cheetara o madora, o nadie, porque te juro que si eso pasa, te arde troya, no por mi, sino por todos tus lectores que de seguro desean sangre sobra la tumba de tigra...pensandolo bien me sumo a ellos jajajajajja
Eliminarbueno que mas da, continua tu historia, esta genial, ya quiero ver la reaccion de leon-o cuando encuentre s los demas y vea sus cambios
tp: ¿cuando subes la siguiente parte?
Aunque puse como fecha el próximo domingo, puede tardar porque las ilustraciones estan en progreso
EliminarUna duda, que clase de "Favorcito" le estaba haciendo Cheetara a Mandora con el unguento? xD
ResponderEliminarBueno en la versión suave es un masaje, pero en la dura un servicio completo.
Eliminardonde leo la otra vercion?????...este comentario desperto mi interes
EliminarNo será distribuida por el control de edades, lo siento.
EliminarHaré dos PDF uno para todo público y el otro para unos cuantos que hace mucho que me lo pedían, pero como dije no es una historia canon.
igual mandame una copia.
Eliminarlemon lemon lemon!!
EliminarYo tambien quiero copia del PDF
ResponderEliminarMe tengo que inscribir al FORO para recibirla?
Y mata a Tigra
Que se quede con Wily-Kit y pone una esena fuerte entre ellos
O al menos que alla un pequeño avance, o no tan pequeño