Epílogo
35 años atrás, Palacio secundario, Gran recibidor, sala de sucesión.
Los pasillos se extendían de lo que una vez fue un gran palacio enclavado en la roca, que en los tiempos de Tydelus, Señor de los Thundercats, adornaba un gran jardín donde tenues cataratas alimentaban los canales que descendían por el valle de los reyes, lugar en el cual se repartían entre kilómetros de cultivos.
Para Claudus, segundo con derecho a suceder en el trono luego de la muerte de su padre en la defensa de Estigia, la sombra de la muerte se alargaba sobre su pescuezo, aún así su mirada llena de fuerza no decaía, su joven amigo se notaba nervioso, le dio un codazo para que mantuviera la compostura.
– Panthro, sé que no te gusta mucho Lynx-O, como están las cosas es la única manera en que podrás servir en el ejército, sé que no es mucho y trabajar con armas de asedio y catapultas es un trabajo extenuante, al menos ayudará a que dejes atrás esa escuálida figura.
– ¿Estás seguro de que me aceptará? La última vez no fue muy bien. El joven azulado se rascaba su larga cabellera asida hacia atrás con un prendedor, mientras sus ropas eran las típicas de un aspirante, sobresaliendo su larga cola que se enrollaba en su cintura tal si fuera un cinto.
– Tu cabeza sigue en su sitio, mientras no abras la boca de más las cosas no tienen por qué salir mal, Lynx-O no se fija en cosas como la cola de las personas en menos de lo que piensas serás un buen soldado de tu nación.
– ¿Me has visto? Soy un enclenque. Que te haya salvado la vida no significa podré sobrevivir a este cruel sujeto. Claudus le palmeo los brazos con fuerza y le miró con paciencia.
– Has pasado tu vida en eso callejón ¿no quieres algo mejor que esos perros con los que te mueves?
– Hm, ya que así lo pones, aún así colega yo me preocuparía más por ti, que te llame el viejo rey no puede ser nada bueno y si tú te vas... estoy jodido.
– Modera ese lenguaje, no vas a estar entre la chusma incivilizada de Thundera, por lo demás, si me va a exiliar la idea no será mala, estoy harto de las indirectas de esos hipócritas de la corte y tú no te portes como uno.
– Está bien, maldita sea, aunque te beneficiaría hacer amigos entre esos estirados, no puedes arreglar las cosas por la espada en cada ocasión, en los negocios como estos te manchas las manos como yo lo hice para sobrevivir entre los perros, ese senescal le está metiendo malas ideas al rey y parece que tiene a todos los aliados que necesitas en la corte y no haces nada para remediarlo, las princesas no pueden verte sin un estremecimiento, ni siquiera el clero se mete porque piensa que estas loco.
– No exageres, si el viejo rey se ha debilitado fue porque se negó a asistir a Estigia, la corte nunca ha estado de su parte, si no fuera por mi padre y mi tío habría tenido que abdicar.
–Yo no estaría tan seguro de tu tío, por lo que sé, ese senescal le apoya en la sucesión, te lo digo, esos dos son malas noticias colega.
– Deja de decir cosas horrendas, mi tío no traicionaría al rey, está de nuestro lado.
– Pues no sé de qué tío hablas colega, como lo veo, pronto dará una mordida, es un cascarrabias sin sentido del humor, todavía recuerdo esa patada que me dio, casi me arranca la cola el desgraciado. La pantera se besaba su cola recordando el desagradable hecho y el insulto que el tío del principe le propinó cuando intentaba incorporarse al ejército.
– Esa gran boca que tienes… Alzó el puño Claudus.
– Hm, si no es porque fueses hijo de tu padre, tu tío… no sería mal candidato, son como gotas de agua. Eso obcecó al león bastante, aunque entendía la razón de esta clase de falta de mesura en alguien de su ralea, a pesar de que le apreciaba por su sinceridad y le debía la vida, tenía que reprenderle o este no tendría una oportunidad entre .
– ¡Suficiente! Un día esa boca y tus ridículas insinuaciones van a costarte más que unas noches en las mazmorras de palacio. Le respondió malhumorado, la pantera tenía una temeridad innata y únicamente movía involuntariamente sus dedos nervioso.
– Relájate, además te tengo a ti para sacarme de esos apuros, los leones son todo deber y combates, sacan la espada al primer pestañeo y ¡Fiu! Muerte por piquete de su propia esposa. Yo no seré así, no señor, una vez tenga mí parcela, voy directo a conseguirme una mujercita, esta vida militar no es para mí.
– Eso si no acabas enterrado por tu boca en una estaca, por otro lado, harías un buen abono. Bufó Claudus, riendo a carcajadas con la expresión de su amigo golpeándole con su poderoso brazo sin arrugar su traje que debía lucir orgulloso.
El teniente Lynx-O, un joven lince rojo de la casa secular, salió de una de las salas e hizo una ligera seña y luego una reverencia, que Caludus respondió con un saludo.
– Te lo dije, ese no se corta nada.
– Nos separamos aquí, esto no es una broma Panthro, llevas contigo el propio honor de mi casa, así que no lo pongas en entredicho, lo que menos necesito es quedar mal ante los linces.
– Sabes… que no haría nunca eso colega. Respondió en un tono lleno de inseguridad y duda.
Sin preocuparse en planear cada paso, lo empujó para que este se cayera nervioso en delante del militar que alzó la ceja nada convencido.
– Reclutas nuevos y con cola, no sé a dónde iremos a parar a este ritmo ¿Has hecho ejercicio alguna vez en tu vida? Mírate, eres un enclenque ¡Póngase derecho! El larguirucho Panthro se estiró lo más que pudo, aunque desde su perspectiva, Lynx-O era apenas un enanito, leyendo su mente, le tiró al suelo de una patada.
– Muy bien muchacho, me aseguraré de hacer de ti un buen soldado, no te preocupes, aquí no te hará falta el alimento. Dijo en voz alta.
– ¿¡Ah no!?
– Por supuesto que no, al final del día estarás tan lleno de comida que no podrás reconocerte, primero vamos a cargar un “par” de sacos para abrir el apetito, nada particularmente complicado, será un día con bastante lluvia y el palacio no debe inundarse, un poco de mantenimiento a los trabuquetes de la muralla para que no se infle la madera y remozar los establos, ya verás, te va a encantar.
El chico miraba perplejo y bastante feliz de encontrar lo opuesto a lo que se esperaba, para aumentar su fortuna, el cielo estaba despejado y sin nubes, así que no había posibilidad de que una gota de agua cayese ese día y por lo tanto, tendría que trabajar menos una vez se dieran su error, aunque los otros soldados se reían sin dejar de llenar sacos con tierra, para luego apilarlos a lo largo del borde del estanque.
– ¿Y cuando comeremos?
– No te preocupes muchacho, ya te informaré, ya te informaré. Con una mueca risueña, los demás oficiales se reían aún más fuerte.
####
El palacio cercano a la sala de sucesión era deslucido y hasta en cierto punto lúgubre, el olor a humedad era tan intenso que se tapó la nariz y caminó veinte metros conteniendo el aliento abriendo la boca cuando llegó al otro extremo, habían pasado sus mejores tiempos, escondiendo entre el fuerte olor a incienso, el vómito y los restos de alcohol usados para los banquetes, sin embargo eran olores viejos, alejados de su situación actual.
No le costó pasar a la guardia, los clérigos parecían todo menos amigables en su presencia, el viejo Jaga, moviendo su bastón, ordenó que abriesen la puerta del salón donde el rey hacia reuniones con embajadores aliados, comerciantes y personas “distinguidas”: prostitutas, maleantes, delincuentes y asesinos que no requerían las onerosas ceremonias ante la corte, por lo que era un sitio más silencioso y para su sorpresa, sobrio como modesto, contrastando con el resto del conjunto, los grandes ventanales crisoles dejaban entrar una luz colorina que no lograba iluminar la totalidad del salón.
El emblema de la casa real, un gran círculo con la estela de una pantera se hallaba a sus pies, desdibujado y sucio por el pasar de los pies de muchos, tal indignidad era un reflejo de su tiempo y de la decadencia del reino, las escalinatas con un solitario trono rodeado de dos esfinges de leones donde su rey gobernaba.
El patiño de gobernante de Thundera, ascendido a senescal, tenía una mueca por sonrisa a la entrada, Claudus percibió su miedo, no era habitual en el rey dejarle entrar a esa habitación, lo que allí se trataba era secreto incluso para él, así que el patiño debió entrar con una alegría que lo desbordaba, lo que le haya dicho su señor, le tomó por sorpresa en la manera menos agradablemente posible.
– Veo que no amanecimos de buen humor ¿Me llamaba su majestad? El viejo rey salió de su reflexión para lentamente bajar la vista al joven león ofreciendo un aspecto desinteresado.
– Un bufón en apuros, de rostro serio y demacrado… hilarante, no me había divertido con esa estúpida cara en años. Dijo con su profunda voz.
– Siendo así, ¿por qué le mantienes en palacio?
– No deberías demeritar el papel de un bufón, tiene un papel fundamental en la corte, debo decir “vital” para un rey acechado por la traición y las habladurías o el “temperamento” que conduce a una guerra, no es un mero entretenimiento que se vuelve aburrido luego de un par de actuaciones.
– Me asombraría que nada útil viniera de ese sujeto.
– ¿De qué otra manera te darías cuenta de los chismes de la corte y sus intrigas? O romper una situación beligerante con una tontería, no, la gente baja la guardia ante lo que parece débil y sin valor.
– Al tener una persona tan intrigante y alejada de la mesura majestad, podría terminar por apuñalarle cuando duerme o envenenarle cuando come.
– Eres sin duda alguien que se maneja bien con la espada Claudus, pero en cuestiones de gobierno no distas mucho de un salvaje lagarto, demasiado estúpido.
Claudus gruñó, el rey era una persona laxa y muy complaciente cuando se requería, al punto de parecer vil, ese día se notaba meditabundo dejando la copa de su bebida casi vacía de lado, manchando con su rojo tinte lo largo de su vestido y sus largas barbas anaranjadas cenizas.
– La única manera de que alguien como tú gobierne será con la ayuda de mucha gente Claudus y eso me temo, será algo muy problemático a futuro siendo tu alguien negado en política, la otra opción, la violenta, será un remedio temporal.
– ¿Qué quiere decir? La afirmación le preocupó mientras pasaba sus huesudos dedos sobre el borde de su copa, le desagradaba por ese aspecto tan lánguido y estiradamente refinado, alejado de la figura clásica de un rey, un manipulador convulso de maneras severas.
– Lo que has oído, que no podré ayudarte en eso. Se levantó y caminó de lado a lado de su trono.
– ¿Ayudarme? Espere, se refiere a que ha elegido, me ha elegido a mi. La expresión del joven león cambió dramáticamente.
– Sí Claudus, serás mi sucesor, sé que esto no es lo que esperabas. No hay demasiado por qué celebrar, así que no esperes una, he enviado mensajes al ejército y a la corte, pronto se sabrá entre la plebe.
– Creí que mi tío… El rey descendió del atril y puso su mano en el hombro del muchacho, mientras con otro gesto hizo que el clérigo Jaga saliera de la habitación.
– Tenía la esperanza de que tu padre… nunca aceptó después de lo que pasó con la reina, su apego emocional a una traidora y su rencor hacia mí nubló su mente. Él era lo mejor que este imperio en decadencia podía ofrecer, lleno de una tonta dignidad y esperanza por el futuro… en vano, ha muerto sin descendientes y con él, la casa de los Claudus, mi casa, está extinta.
– Se olvida mi señor de que yo soy su heredero, su hijo.
– ¿Eso piensas? Bajó la vista mordazmente.
– ¿Qué insinúa? Claudus se levantó y se quitó la mano del rey sumamente ofendido.
– Nada que no sospecharas.
– No… sé a que se refiere su alteza.
– ¿Ah no? Significa que eres un estúpido tal como la corte cree y por tanto no mereces ser rey… no Claudus, lo sabes perfectamente desde hace años, tus rencillas y enojos hacia tu padre no surgen de una apatía hacia la corona, piensas que eres ilegítimo, que él, no es tu padre.
– ¡Mentira! ¿Quién es mi padre si no?
– Si no lo sabes eres más miope de lo que esperaba, recuerda esto Claudus, antes de mostrar una falsa indignación hacia una persona que despreciabas, debes saber que tu padre verdadero te abandonó cuando vio en peligro su propia sucesión, mucho peor, deseó acabar con tu vida, la única persona que te protegió siendo quien eras, te aceptó a pesar de las consecuencias, de entre todos los nobles, clérigos o soldados, solamente él no me dio la espalda nunca a pesar del odio que sentía.
– No puede ser.
– Nacer de la madre indicada tiene su peso en este reino Claudus y él nació sin tener la adecuada, a pesar de sus odios, te sacó a escondidas de palacio, creyó que podría protegerte, eso permitió que un secreto que no debía conocerse llegara a los oídos de la gente menos indicada, así me he enterado, por medio de ese bufón en su delirio por buscar ganancias que nunca merecerá por su indigna ralea.
– ¿Y qué quiere de mi? Si lo que dice es cierto, la corte no lo aceptará de buena gana cuando ya tienen su propio sucesor.
– Francamente me importa un bledo lo que piensen o qué bando apoyarán, solo espero encontrar un poco de él en ti, estos años a su lado debieron enseñarte sobre la lealtad y el honor del que tu padre biológico carece, tal vez sea una esperanza tonta, como sea, una esperanza a la cual aferrarme.
– Pero esa no es su verdadera intención o me habría hecho rey cuando el ejército estaba reunido, no ahora que mi tío tiene todo el poder y apoyos a su alcance. La expresión del rey se hizo amarga, como su aliento alcohólico.
– Quiero que te “encargues” de este complicado asunto personalmente y regreses a tomar la corona, en vista de que tu prometida ha huido al lado de los insurrectos, pronto será dejada fuera de la jugada, así que la purga será inevitable, siendo la última leona real no hay otra manera.
– ¿Una purga?
– Sí y una vez esté completa, como rey tendrás camino libre para unirte a la casa de los Linces y terminar esta interminable guerra.
– ¿Está demente?
– Los linces tienen el apoyo del pueblo, los leones gobernamos por la espada y por la espada caeremos, pero Thundera sobrevivirá con esa aborrecida unión, si no, te verás obligado a usar la fuerza y si eso pasa, nada cambiará.
– ¿Realmente espera que haga eso? ¿Qué acabe con mi propio… padre? Claudus rugió, pero el rey no se intimidó un ápice.
– Si te niegas, él vendrá, acabará con este reino y se establecerá en Estigia, Thundera arderá hasta sus cimientos y la gente será sacada de sus hogares, si te niegas a purgar el mal de este reino, nuestro destino será aún mucho peor, pues hay cosas que se esconden a la vista que nos acechan desde las sombras, incuso las propias.
– A ese bufón… ¿qué le has dicho?
– Le he dicho que tomé mi decisión. Si tu “tío”, al que debe una lealtad, no se mueve cuando reciba su mensaje, cuando complete su traición, significará que acepta el cambio, que te acepta en la corona, si no... esta pequeña flor de la vida, me dirá que mi bufón ha muerto una vez que se marchite. El rey mostró un pequeño frasco con una diminuta flor resplandeciente.
– ¡Pero esto es una declaración de guerra contra todos los feudos exteriores! Querrá matarme a mí y cada persona cercana a mi círculo. Ha provocado una confrontación innecesaria, fratricida.
– ¡Soy un rey y no pediré perdón por mis decisiones muchacho! Esto es necesario y sé que te parece vil e injusto, pero estás obligado a cumplir mis deseos o tú mismo no tendrás un futuro.
– ¡No soy un asesino! Rugió con más fuerza empuñando su espada.
– Lo serás por Thundera, eso significa ser un león, eso significa ser rey, arrodíllate.
– ¡No!
– Si no lo haces tú ¿quién entonces? No hay nadie más Claudus, yo soy viejo y débil, el brillo de la espada en mi mano ha perdido su color, tú debes…
– Lo que me pide es insano, mi propio padre. El rey puso ambas manos sobre sus hombros tratando de calmar la furia de ese musculoso guerrero con un aura asesina que todo león poseía.
– Yo evite hacerlo, tuve miedo y mira las consecuencias, de otra manera no hubiéramos llegado a esto. Jaga, el clérigo, será tu guía en esta tarea, lo demás te lo dejaré a ti, si no puedes cumplir mis órdenes, piensa por ti mismo y decide correctamente.
– No quería esto. Claudus se fue arrodillando lentamente delante del rey, movido por esa reflexión.
– ¿Quién lo hace? Así es la vida.
Con una mano Jaga atrajo un bulto entre sus manos descubriendo una empuñadura que reconocía perfectamente, la prodigiosa Espada de Thundera.
– Claudus, por el poder en mi investido, te nombro rey de guerra, rey futuro de Thundera, con esta espada legendaria que nos ha defendido durante siglos de la avaricia de nuestros eternos enemigos, trae justicia y verdad, que sea la luz en la oscuridad y la vara con la que castigues la traición.
Y alzando la espada con sus manos la descansó sobre las de Claudus, quien fue coronado por el viejo clérigo en la más modesta unción, adquiriendo su guante un color dorado.
– Lo haré, finalmente dijo.
– Eso nunca estuvo en duda, majestad. Dijo el clérigo con una reverencia.
– ¿Y cómo lo haré?
– Eso es algo hijo, que tendrás que decidir tu mismo, ya eres un rey, lo que venga después está en tus manos, solo espero que sea mejor a lo que una vez decidí. Dándole la espalda, encumbró las escaleras tomando un estrecho trayecto hacia su despacho, dejando al nuevo rey sin palabras.
####
Al cerrarse la puerta fue un cambio demasiado brusco para la vida del joven Claudus, quien temblaba nervioso sin que nadie le dijera nada, el nuevo rey del imperio tenía que dar sus primeras órdenes por su cuenta.
Jaga que le observaba desde el primer piso del recibidor y se dirigía cautelosamente al despacho del viejo rey, parecía poco emocionado con la estirada expresión que descubrió.
– ¿Qué pasará ahora majestad?
– Es fascinante lo que palabras amables pueden a hacer a una mente débil y tú siempre quejándote de que no aprendía mis lecciones, esos dos se matarán y sin ellos en el camino la posición de los linces por fin se debilitará. Esta guerra terminará.
– ¿Cree que la corte lo aceptará?
– Un león que mata a su propio hijo a conciencia, no será aceptado por el clero, luego la corte se opondrá menos a mantener las normas previas, pero si no es así y Claudus logra el milagro de acabar con su padre, un joven rey, posiblemente estéril y sin una reina, dista de ser un rival serio, más cuando no tiene ningún apoyo detrás. No es una mera suposición viejo Jaga, he ganado.
– ¿Y los linces?
– Presiento que la cabeza de familia sufrirá un accidente muy pronto, mientras viaja a Estigia para apoyar al enemigo de Claudus, será perfecto, los linces perderán peso en la corte y finalmente podré descansar en mi cama sin miedo a ser apuñalados por esa escoria impura.
– Pero parte del clero les protege.
– Ya no quedan más candidatos viejo Jaga, soy el único y con la última leona real en tu poder, mis problemas con la sucesión se han solucionado.
El viejo clérigo se giró completamente apretando su báculo, pero el rey con una cara enloquecida, sacó un arma de plasma apuntándole.
– Sí Jaga, hasta mis oídos ha llegado la existencia de la princesa Leona, oculta para que nadie la tocase ¿Acaso la guardabas para ti viejo rabo verde? Te has equivocado conmigo, yo no soy estéril y un nuevo heredero vendrá tal como tú deseabas. Dijo con sus afilados dedos describiendo una negación al clérigo
– ¡Insensato, eso no debería tenerlo usted!
– ¿Qué? ¿Pensaste que usaría esa espada indefinidamente? Me protegí gracias a esto.
– ¿Cómo lo ha conseguido? Sabe que esos artefactos son tremendamente peligroso.
– Ku-ku-ku, no viejo Jaga, debo decir “viejo” en serio, la pregunta más importante es: ¿Cómo llegó al clero toda esa tecnología que han guardado debajo de mis propias narices? Nos han mantenido en la oscuridad por siglos, con esto hubiéramos derrotado a nuestros enemigos sin necesidad de toda esta guerra fratricida, es su culpa, tu culpa.
– Entiéndalo Majestad, la razón de mantenerle alejado de la tecnología es por propio su bien, por el bien de todos, ya lo dijo usted, hay males que se esconden a la vista y la tecnología de ese monstruo está maldita, hay peores cosas ocultas en ese lugar que esa arma, nadie debe conocer nunca que las poseemos.
– Me ha enseñado muchas cosas, a veces me susurra al oído, como el hecho de que asesinaste a un rey en el pasado para quedarte con la corona y de que a pesar de negarlo, posees el libro de nuestros antepasados, el libro sagrado de los augurios, no me engañas viejo mentiroso. Le apuntó repetidamente con su dedo índice.
– No sabe de lo que habla, ni del contexto que me llevó a ello, esas cosas ponen ideas oscuras en su mente.
– Oscuridad e ideas, sí, recuerdo bien lo que me hacía esa maldita espada, esas ideas que no iban conmigo, queriéndome convertir en lo que no soy, estando a tu entero control y del clero, por un momento fui presa de esas mentira, me convertiste en una marioneta.
– ¿Cómo puede decir eso después de todo por lo que hemos pasado majestad?... recapacite, aún no es muy tarde para corregirse. El viejo rey puso el dedo firmemente sobre el gatillo, no había vuelta atrás.
– Es demasiado tarde para mí, he procurado deshacerme de mi propia prole, eliminar a esos dos usurpadores criados por esas rameras que elegiste para mi, no me presentarán la menor carga.
– Son su hijo y su nieto.
– ¿Lo son? Mi semilla nunca te interesó Jaga, tu traición fue más allá, por lo que sé no estoy ni cerca de comprender esa maraña de mentiras que tejiste sobre mi vida, pero descuida, esa pérfida reina mía me confesó los suficiente antes de mandarla a la otra vida.
– ¿Usted se ha atrevido a hacer una cosa tan horrenda? Ella le amaba, no tiene idea, sea corrompido hasta ese nivel, qué pena. El clérigo apretó los dientes listo para cargar.
– Ja, ja, así es viejo Jaga, pero no te laves tan pronto las manos, tú me convertiste en esto, soy tu obra. No tienes derecho a hablarme como si poseyeras la moral y verdad absoluta, si solo sirves a una espada, te mostraré lo poco que…
– “¡Ah!” Lion-O fue arrancado de la visión de un pasado anterior a su tiempo, los recuerdos de tantos en un mismo lugar y aún así, no fue capaz de encontrar lo que buscaba.
– “¡Insensato, doblemente insensato!” Una sombra apareció frente a él para tomar una forma conocida.
– “¿¡Jaga!?”
– “Lo que intentas hacer Lion-O es muy peligroso.”
– “¿Peligroso? ¿Saber la verdad es peligroso?”
– “No puedes saber si algo es real o falso viendo los pensamientos de otros ni su naturaleza desde su perspectiva sin una guía, todo lo que extraerás es odio y frustración, el Libro de los Augurios está compuesto de palabras crudas que no encuentran sentido hasta que un sabio lector las lea y comprenda.”
– “¿E imagino que ese sabio lector eres tú?”
– “No entiendes la situación, de esta forma te estás alejando del camino de la espada, por eso el libro te muestra en lo que te convertirás si sigues por ese sendero, es una advertencia.”
– “Eso o que tú me has engañado toda la vida.”
– “He servido al reino más allá de mi deber, confiando mi vida y mi espíritu a ti.”
– “Lo único que veo es que me alteraste los recuerdos, me has manipulado para ser lo que tú deseabas que fuera, he visto los recuerdos de Mandora al tocarla, sé bien que hacías.”
– “Ignorando los conocimientos de la espada depositada en nosotros los clérigos, te olvidas de aquello por lo que estamos peleando.”
– “¿Y qué es aquello por lo qué estamos peleando? ¿Tu idílica unión de todas las tribus? Sueñas un sueño imposible, lo único que lograré es guiarles a la muerte, hablas de que sea un rey y de que cumpla mi destino, tú no eres muy diferente a esa maldita momia, planeando para otros, manipulando sus deseos y aspiraciones. Esta vez no pienso caer en el mismo truco de la espada o tus ridículas ilusiones, ni en esas malditas piedras o en los consejos de cualquier mujer que salga a plantarme una sonrisa tan falsa como tus palabras, son solo mentiras.”
– “Empiezas a hablar como Tydelus, tus pensamientos se mezclan sin control con los suyos al no tener un médium ni una mente clara, no puedes esperar que la gente te siga únicamente porque sí, todos han hecho sacrificios para estar a tu lado y tú únicamente piensas en ti mismo.”
– “¿Cómo puedes decir algo tan cruel cuando la única persona que se ha preocupado por mi verdaderamente es Mandora? Al comprender la verdad por primera vez me siento libre de ti, de ser responsable por todo lo malo que sucedió en Thundera, sé bien lo que Cheetara pensaba de mi en el pasado, ella creyó que no era apto como los demás, si quieres que confié en eso, el demente eres tú, no voy a ser el encargo de nadie nunca más.”
– “Cheetara ha hecho un gran sacrificio para servirte majestad, es que no eres capaz de entenderlo con tantas tinieblas en tu mente, por eso no dejaré que uses el libro hasta que aquello que turba tus pensamientos sea resuelto.”
– “Ella nunca fue leal a mí, así que no seas un hipócrita.”
– “¡Márchate Señor de los Thundercats! Has perdido la fe en tu propio destino, por ahora no eres bienvenido a este templo del legado de tus ancestros, te niego el conocimiento de sus sacrificios hasta que entres en razón.”
– “Soy el rey, tú no puedes… No me hagas esto Jaga, no te lo perdonaré… ¡Jaga!” Pero con el mero movimiento de su báculo fue expulsado, tragado por una corriente ascendente de luz.
– “Si quieres seguir solo Lion-O, no voy a detenerte, si no deseas la espada, esta no te obligará a elegir su sendero, llega el momento de un rey o una persona, por más pequeña que sea, para elegir por sí misma lo que debe hacer, tal vez este sea tu momento o nuestra perdición, ve pues.”
– “Jamás te perdonaré por la destrucción de Thundera ¿me escuchas? ¡Jamás!”
– “No has conocido a la verdadera Thundera, lo que viste en los barrios bajos no se compara a la podredumbre bajo los blancos mármoles de palacio, un día lo harás y verás con tus propios ojos la razón de todo esto.”
Como una imagen fantasmagórica se fue desvaneciendo dejando un intenso dolor e imágenes llenas de sangre y marcados contrastes, el sonido de un corto circuito y el dolor de un haz eléctrico le arrancaron un alarido mudo. Lion-O fue asido por largos brazos tubulares que forcejeaban con él para evitar que se liberase, hasta que se detuvo, recordando donde se encontraba, una sala esférica donde Soul Sever le miraba desde el otro lado de un grueso vidrio que dio paso a un potente chillido.
Abrió sus vidriosos y enrojecidos ojos.
– Al parecer has fallado.
####
Lugar desconocido dentro de Avista
Era el décimo intento e incapaz de entrar, únicamente tuvo recuerdos fragmentados al despertar, el ciberbético ser le ayudó a incorporarse de la plancha, su cabellera era aún más larga que uno de sus mechones fue cortado con interés por los dedos afilados de Soul Sever, estaba cansado y aunque tapó sus oídos el ruido no desparecía.
– ¿Funcionó? ¿Pudiste acceder? El ser de metal negó jalando su brazo.
– En absoluto, el nivel de protección ha aumentado drásticamente a causa de tu ineficacia, si no puedes relajarte no servirá de nada. Soul Sever acercó sus metálicos y afilados dedos a la portada del libro de los augurios, pero un gran chorro de energía le hizo reconsiderar.
– Jaga me impide entrar cada vez y ese sonido horrendo no desaparece.
– Mis sensores no detectan un ruido externo como el que describes, si eres incapaz de tolerar estas sesiones tal vez necesites medicinas, me encargaré de buscar la más adecuada para tu constitución.
– Eso sería muy amable de tu parte.
– Me inquieta que esta alma se haya fusionado con el libro de los augurios a un nivel tan elevado, será difícil extraer información sin su colaboración.
– Si no encuentras otra manera de pasarle, estaremos perdidos.
– “Estaremos” es una palabra que no encaja con mi situación, de todas maneras, no servirá, el tiempo fluctúa de forma anómala a tú alrededor y el libro refleja esas perturbaciones amplificándolas, así que si el libro se niega a darte acceso, no solamente es un capricho, el libro trata de protegerse alejándote.
– ¿Se supone que ahora soy el malo?
– Si el espacio tiempo no se comporta de la manera que debería y el libro es un reflejo del mismo, como un portal a otras épocas del pasado, es un arma peligrosa, intentar controlarlo por la fuerza puede tener devastadores resultados, necesitamos más análisis.
– Y eso nos llevará años… es peligroso, pero siento que esta vez es diferente, no es el pasado, creo que son los recuerdos de Jaga y eso confirma mis sospechas de que Jaga tenía el libro no muchos años atrás, me ha manipulado intencionalmente, sabía que Thundera sería destruida y no dijo nada, dejó que mi padre muriese, ese clérigo embustero debió prever su captura y posterior fusión al libro.
– Creía que hacías esto para averiguar más acerca de esa tal Pumyra.
– No seas absurdo, necesito saber más, no es solo una cuestión personal. La fanfarronería del rey no parecía justificada, pues ese ser decía siempre lo que opinaba y nunca ironizaba, como tampoco reaccionaba ante sus abruptos enojos.
– Las cámaras de seguridad de ese hospital no mienten, al mencionar el hecho de que esa mujer es suya en cuerpo y alma, no debería caber duda, ella intento asesinarte por su propia voluntad.
– Ya he dicho que no se trata de eso, si sigue existiendo bondad en su corazón debería intentar ayudarle, pero no puedo desperdiciar mi tiempo en ello, así que para de una buena vez. El ser cibernético continuó con su diatriba ignorándole.
– Los análisis de las batallas que he realizado en base a los datos de Avista, sugieren que si Mumm-Ra te ha perdonado la vida en tantas ocasiones, se debe a una actitud intencionada no a un fallo de su parte, si ella es un activo valioso, parte del hecho de que se usa para manipularte, en eso no se diferenciaría de mis primeros necromecas.
– ¿Por qué insistes en esto?
– Debido a que mientes y te obsesiona el tema, puedo saberlo al clasificar tus reacciones involuntarias, esto es muy importante para ti, como el orgánico que una vez fui, te daré el mismo consejo que una vez me diste, déjala ir, no puedes salvarla, no puedes salvarlos a todos siempre, debes continuar con tu vida sin esa piedra a tus espaldas.
– Te equivocas Soul, de eso precisamente se trata esto, de salvarles a todos. Soul Sever se puso nuevamente la mano derecha limpiándose la saliva en la boca que le dejaba un sabor cobrizo.
– Hiciste que dejara ir a mis seres queridos, es lógico que llegado el momento, sea tu turno de hacer lo mismo, debes de ver las cosas con frialdad, los sentimientos son precisamente lo que debes evitar en estas situaciones o te engañarás a ti mismo con falsas expectativas.
– Dejemos esto por la paz, por favor... ¿has logrado ver más de esa escena? Soul Sever se quedó en silencio mostrando su decepción para moverse lentamente a la pantalla del proyector holográfico.
– Nada más de lo que tú has contado, las pruebas fueron diseñadas siglos antes de que nacieras.
– ¿Son o no un método de control?
– Podrías estar exagerando la situación, es muy probable que sean usadas por los clérigos para ayudar a los leones a resaltar ciertas emociones, es igual de probable que tu padre fuera sometido a dichas pruebas.
– No lo creo, mi padre me lo habría dicho, fanfarroneaba sobre la responsabilidad y sus deberes, sus batallas y aventuras, jamás me habló de pruebas mágicas.
– Pudieron ser diferentes a las tuyas, lo importante es que están registradas en las crónicas thunderianas guardadas en la biblioteca de Avista, cuatro pruebas de carácter mental, una de ella estaba diseñada para que la perdieras, las otras para enseñarte sobre astucia, perseverancia, liderazgo y sabiduría, al fallar la última realizaste los pasos anteriores y por ende, la verdadera cuarta prueba; lecciones burdas y desfasadas para un pueblo bastante primitivo y con líderes poco dados a la refinación política, inspirados en cursis leyendas caballerescas.
– Si Mumm-Ra no las diseñó ¿quién?
– Probablemente podamos saberlo mediante el libro y dado que no tenemos acceso… es irrelevante de momento. Ese ser les dejó libres al final de la prueba y rehuyó el combate, debiste considerar una cosa obvia…
– ¿¡Qué en los cielos!? Soul se pegaba rutinariamente en su mentón metálico con uno de sus largos dedos oscuros, con un molesto sonido que sus necromecas imitaban caminando sobre paredes y piso lo que era atemorizante.
– A pesar de no haberlas creado, ese ser conocía sobre las pruebas y sobre todos los estratos políticos y sociales de Thundera, debió usarlas para sus propios planes, de otra manera no te hubieran encontrando cuando subiste a esa colina que Avista sobrevoló, por eso no pusieron mucha insistencia en buscarte y luego te dejaron marchar, teniendo aviones que luego usaron para atacar esta ciudad, era improbable que no los usaran para traerte de vuelta.
– No me parece que Slithe sea un general tan retorcido… ya que lo mencionas, la distancia que recorrí esa noche debieron ser casi dos cientos kilómetros, así que pienso que lo que dices es verdad, nos dejó ir, nunca cuestionamos el hecho de que tardamos varios días en regresar hasta el tanque, no consideré el hecho en absoluto hasta hace poco y teniendo a su disposición a Grune pudo conocer de cerca cada aspecto de nuestras vidas.
– Sin duda un plan tan elaborado como ese no parece centrarse únicamente en las piedras, sino en ti, en tus convicciones. Destruyendo Avista eliminará la posibilidad de que encuentres nuevos aliados, para lo que sea que te necesite, si es que quiere algo, debe querer guardar una cómoda ventaja.
– Si espera a que huya mientras destruye esta ciudad, esperará sentado, no pienso abandonarles, pelearé hasta mi último aliento por ella y demostraré que Thundera sigue viva en nuestros corazones.
– Valiente y fútil si terminas derrotado sin remedio, el orgullo no parece oportuno en estos casos.
– No es verdad, hasta ahora Mumm-Ra tenía la ventaja, al saber sus pasos futuros podremos ir por delante un paso y eso vale más que tener un gran ejército.
– Eso si sabes aprovecharlo a tu favor, con ese carácter voluntarioso que muestras en tus intentos por apoderarte de libro, comprendo la razón de que falles. Lion-O hizo un velado puchero ante su falta de tacto.
Ambos caminaron por la plataforma a donde un estante que no pertenecía a ese sitio lleno de tubos, cables, conductos de todas clase y maquinaria, era adornada por la luz de una farola, con sus largos brazos, alcanzó la bisagra dorada de un cajón grande de madera que al abrirse, mostró una gran colección de plantas protegidas por un grueso cristal.
– Estos son los tipos de plantas y pasto común que he recogido de los archivos de Avista, están divididos por regiones, si lo que dices es preciso, sucederá en el descongelamiento, lo que tiene sentido.
– ¿Así que este es el aspecto de las flores en época de deshielo en esta región?
– Si tienen aeronaves de combate en un gran número, la situación a la que nos enfrentaremos será precaria, si quisieras escapar es probable que te lo permita esperando a que busques la última piedra.
– ¿Piensas que nos dejarán ir así como así? Sería demasiado evidente esta vez.
– Al final tendrás que buscar la piedra como desea, eso no está en duda, si te quedaras a defender Avista, llevarás el estigma de la derrota y abandonar te traerá la vergüenza de haberte rendido. Podríamos argumentar que esta vez su estrategia no será la misma, tácticamente con el poder que adquirió, ya debería haber atacado, el hecho de que no haya sucedido aún, obedece a que hubo una complicación inesperada con el uso de la piedra… sí, sería razonable.
Soul Sever pareció iluminarse, aunque luego de un rato, Lion-O cayó en cuenta que era su mascota Flicker, quien lanzaba un haz de luz en torno a su amo, robando su energía.
– ¿Cómo?
– Lo que te ocurre a ti puede no ser un problema exclusivo, él pudo haber experimentado síntomas parecidos, por eso no aparece con ese cuerpo nuevo y para ser tan poderoso como se dice, su control sobre el mismo es muy pobre.
– ¿Y eso te parece débil…? Quiero decir, podría estar fingiendo. Lion-O sacó su pequeña espada del su guante que no reaccionó en absoluto a su poder el brillo del ojos tenía un color apagado y tanto más tiempo lo tenía entre sus manos ese sonido hueco que le atormentaba aumentaba, por lo que decidió meterla de vuelta con la inquisitiva mirada del metálico ser.
– Mencionaste que anteriormente se había convertido en un Sycorax; una bestia primitiva estelar de una piel más dura que el mejor de los aceros, en ese entonces pudo matarte, no lo hizo.
– Encontramos la manera de contrarrestarlo gracias a Ponzi.
– Durante tu viaje a Magi Oar en el que ese “ente” te ofreció su ayuda, habías mencionado que era un engaño, me contaste la manera en que esa mujer entregó la espada de Plun-Darr a Mumm-Ra, debe existir una conexión visual entre ambos, mencionó que le pertenecía en cuerpo y alma, así que en el momento en que le derrotaste con ese brebaje inútil, ya sabía lo que estabas planeando. Lion-O se pasó la mano por la cara, hasta que lo recordó.
– Correcto…
– Ella era sin duda un activo más valioso oculto que descubierto, había mil formas de obtener la piedra sin que te dieras cuenta de su relación, pero la descubrió él mismo, eso debe tener un significado importante.
– ¿Dices que su control sobre ella menguó? Espera… ¿Piensas que esperaba debilitarse una vez se puso la piedra y la armadura? ¡Eso sería fabuloso! Significa que podré ayudarle a…!
Las cosas no eran tan optimistas pensó y Soul Sever no se cortó, elevando sus manos explicándose los hechos a sí mismo.
– Debió sufrir alguna clase de daño, así que tuvo que llevarse a la tal Pumyra, previendo perder su control, es por eso que intentó asesinarte, su verdadero deseo y él se lo impidió, por esa razón se detuvo cuando ya te tenía a su alcance. Lion-O apretó ambos puños entendiendo el punto de Soul Server, quien a su vez contempló detenidamente la reacción y la insatisfacción del joven león al escuchar esas acotaciones descorazonadoras.
– ¿Así que Mumm-Ra… siente un efecto parecido al mío?
– Siendo quien es, los efectos pueden ser aún más dramáticos, con el paso de los meses es más sospechosa su manera de actuar, si necesita un ejército más grande para invadir Avista, no debe tener el menor control sobre esa armadura y que no siga usando su poder de la misma manera, significa que se está apoyando en un mayor poder tecnológico que su propio poder y hechicería.
– ¿Cuando sucederá exactamente?
– Todo depende de si el invierno se prolonga, el archivo de Avista contiene clasificaciones de plantas en diferentes períodos del año, estos son como los descritos, platas muy jóvenes de tallos rojos… así que tenemos variados patrones de colores de acuerdo a la época.
– Brotes. Al observar las pequeñas hojas más jóvenes, identificó la que estaba buscando, Soul Sever abrió el estante para tomarla.
– No, esto es una planta casi madura, indica que será tras la segunda semana de deshielo que puede prolongarse seis semanas más, tiene un color rojizo y hay marcas del nacimiento de flores, es una planta que madura muy rápido, al ver esta flora comprendo lo atípico de las plantas en “este” mundo… de todas maneras, esta planta requiere dos semanas al Sol para este aspecto.
– Así que deberemos despegar antes de esa fecha, si no podemos estar seguros de si será antes o después, debemos usar la fecha más corta.
– Exacto, por desgracia, si ellos están monitoreándonos, podría desatarse el ataque antes de la fecha prevista, sin olvidar mencionar que el despegue consumirá toda la fuerza de la ciudad antes de alcanzar la protección de las nubes, seremos blancos de sus aeronaves y si la corrosión sigue al ritmo actual, no será una opción siquiera, por no hablar que desconocemos de los recursos técnicos del enemigo y no tenemos una piedra que nos permita levitar una ciudad entera cuando lleguemos a la altura recomendada.
– He visto una nave flotante con ese principio, era uno de los dos barco que usan los moradores de las arenas, eso podría servir, aunque no quedó mucho de ella, también las tablas flotantes hechas por los berbils para los cachorros… había además otra nave que me pareció de manufactura berbil, la derribé después de una batalla, meses atrás, lo más seguro es que se haya corroído como todo lo que quitamos a los lagartos.
– Hum… la tecnología Berbil ha sido especialmente vulnerable a la corrosión, debiste mencionar que había otras fuentes tecnológicas, por eso te he pedido que seas lo más detallado posible.
– He exprimido cada gota de lo que me viene a la mente y siempre hay algo que se queda fuera, me gustaría ser como tú y quedarme sin dormir cada hora del día. De no poder despegar, deberemos construir armas y detenerles antes de que puedan alcanzar Avista.
– Los cañones estarán pronto operativos, pienso que lograré automatizarlos a la brevedad para suprimir la necesidad de operarios, aunque eso no será una garantía de victoria, adicionalmente debo construir más robots, ayudaría saber cuántos efectivos tiene el enemigo y un ejército disciplinado para contrarrestarlo.
– Por el ejército no te ocupes, Panthro nos ayudará a organizarlos, respecto al metal, las aves se quejan de que acaparas toda la producción y algunos de esos necromecas son bastante intimidantes, me gustan más tu modelos recientes, al menos parecen vivos y cuestan menos de aceptar.
– Eso no es posible, he perdido todo mi equipo en la inundación, mucho de ese equipo será imposible de reemplazar en el corto plazo, estos necromecas son rústicos pero servirán para sustituir a los berbils mientras son reparados. Lion-O se sentó en la primera pila de cajas que abundaban en ese frio sitio en el corazón mismo de Avista, se frotó las manos y sacó un chorro de vaho, estaba agotado.
– La ciudad luce en muy buen estado, desde mi perspectiva, hemos logrado mucho y gran parte de eso te lo debemos a ti.
– A pesar de ello, ha sido imposible evitar este fenómeno que pudre el metal, tenemos que encontrar la raíz de la oxidación o de poco servirá, las vibraciones del despegue o el solo peso de la ciudad puede hacer que esta se desintegre.
– ¿Y qué sugieres? No es como si supiera nada de tecnología. Soul Sever inmediatamente pudo leer su mentira, el chico desvió la mirada.
– Como primer medida debemos considerar que los pilares de reposo presentan grietas por el peso y la inclinación de la ciudad es demasiado grande, supone un riesgo grave para la estructura, estoy trabajando en un despegue corto controlado para mover la ciudad, el paso inicial implica el repotenciar las reservas actuales de Thundrillium, no es una tarea complicada, pero para ello requerimos una fuente de energía muy poderosa.
– ¿Deberíamos recolectar más piedras de fuego? En las minas del Pico de las Nubes deben existir reservas abundantes.
– Como ya lo has dicho, tiempo es algo que no tenemos y con el volumen actual que se necesita, no será suficiente, debemos usar el poder de la espada de los augurios, encontré una cosa entre los datos a los que accedí en el libro y trabajos científicos de Avista, un elemento que nos permitiría tener suficiente energía durante el despegue, se le llama; “Thundranium”, es tóxico, pero con los cuidados adecuados los orgánicos no resultarán afectados.
– No lo sé, no me parece una buena idea, mover la ciudad representaría un caos.
– Si quieres que Avista sobreviva, esto debe hacerse.
– Últimamente he sentido que la espada me rechaza, no sé si será de utilidad.
– Esa espada se nutre de las emociones como los objetos mágicos, es necesario que aprendas a dominar tu fuerza espiritual, si careces de la disciplina y el autocontrol necesario, es un pedazo de metal sin poder alguno.
– Con mi suerte a este paso no podré hacer nada por salvar Avista, incluso si Mumm-Ra no tiene su ejército, hay mil maneras en que podría derrotarme.
– Esa es su principal arma, la estrategia y la paciencia, la principal diferencia contigo, es que él no es un guerrero, ni parece conocer o interesarse en tácticas militares, por eso reclutó a un general desertor, puedes tener una ventaja clara si te aprovechas de sus defectos más obvios.
– Lo sería si al menos yo o alguien distinto a Tygra y Panthro, supiéramos sobre tácticas militares, me temo que estamos en las mismas, Panthro es un buen guerrero, pero nunca tuvo fama de estratega y mi hermano tiende a hacer cosas espectaculares, pero parece estar reticente a manejar tropas, parece que la invasión de los feudos le afectó bastante.
Soul Sever sacó una pesada caja donde decenas de libros estaban apilados.
– ¿Qué es eso?
– Lo encontré en la biblioteca de la ciudad mientras digitalizaba los libros técnicos, es genuinamente antiguo y uno de los tesoros más ignorados en este lugar, la casi totalidad de los libros militares de las aves son obras de ficción, por esa razón fueron derrotados por los lagartos y sus armas son tan inadecuadas para su nivel tecnológico, esto es diferente, tiene curiosos diagramas tácticos y de estrategia, anotaciones de batallas entre ejércitos desiguales, únicamente necesito descifrarlo y eso parece requerir un enorme esfuerzo, una vez lo haga, no sería malo que lo estudiases.
Era un libro hecho con tablones delgados cosidos entre cada espacio de separación , con signos en letras doradas de colorido trazado, verdaderamente antiguo, no había un material parecido en el continente Thuriano ese nivel de exquisitez, como fuese, él no pareció impresionado.
– El arte de la guerra de Tzu…un nombre bastante exótico. Soul Sever tuvo un ligero bamboleo es su cara y sus ojos robóticos verdes se iluminaron una milésima de segundo, pese a su cara inamovible como el material del que estaba hecho.
– ¿Ocurre algo?
– Parece que he sufrido una subida de energía en mis circuitos, nada importante, continuaremos con el tema de los Berbils cuando tenga algo que reportar, de momento será mejor que continúes con tu vida de orgánico, detecto que tus niveles de presión en la vejiga aumentan, deberías eliminar el excedente.
– Tú si sabes de tacto… está bien, hablaré con las aves, sé que es mucha presión, pero si no podemos despegar, deberíamos empezar a planear sobre la creación de un ejército y para eso necesitaremos armas y vehículos, si podemos atacar antes a Mumm-Ra, no será necesario traer la guerra hasta este sitio.
– Haré las evaluaciones pertinentes. Al querer regresarle el libro, Soul Sever agregó varios más.
– ¿Para qué necesitaría leer todo esto?
– Extraña pregunta, viniendo de alguien que se queja de no conocer bien los hechos y tener tantos puntos ciegos. El conocimiento es una llave hacia la victoria, estos libros son los mejores encontrados en este sitio, sería bueno que los estudiases.
– Pero y qué hay de… Cerrándose automáticamente la ovalada puerta tras de sí sin darle tiempo a responder, extrañado, el chico se fue leyendo ese libro pensando que había dicho una cosa importante a Soul Sever, sin entender su relevancia, quien le miraba mediante las cámaras exteriores, pulsando un botón que mostraba el proceso de decodificación de los caracteres antiguos escritos en el libro.
– Te ha sorprendido ¿no? Seguramente no estás acostumbrado a ser el ignorante. Una voz femenina se escuchó, las patas de varios necromecas descendieron.
– ¿Qué haces aquí? Te ordené mantenerte alejada de esta instalación.
– Yo creo que me quedaré, después de todo, no tengo un lugar a donde ir y si no es aquí, mis probabilidades de supervivencia son mínimas.
– No deberías subestimar el peligro de estar entre necromecas. Las arañas de patas tubulares podía atemorizar, pero ella no era una persona que se dejase llevar por sus emociones, en cambio avanzó con seguridad ante Soul Sever, quien dio un paso atrás.
– Orla querido y me doy cuenta perfectamente, afortunadamente eres alguien que puede apreciar los consejos, cosa que agradezco, te aseguro que ese “libro” le será de más de utilidad a él que a ti... o a mí, de todas maneras, es el único que puede darle un uso equiparable al de un general. Cayendo en cuenta que se refería a ese extraño libro de tácticas, así que supo que encontrarlo no fue una casualidad.
– No confío en ti, no puedo leer tus reacciones… si ese manuscrito precede intenciones ocultas, más te valiera desaparecer, porque en este sitio soy manos y oídos.
Al salir de las sombras y caer bajo la luz de la potente luz cenital sobre Soul Server, un ave alta y de sinuosas curvas le calló tocándole la mandíbula de metal.
– Eso no puedes saberlo querido hasta que se lleve a la práctica, por lo demás, nunca está de más obtener esa clase de conocimientos gratuitamente.
– Raramente nada viene sin un precio oculto. El ave alzó el pico y se contoneó dejando pasar su brazo por debajo de su blanca vestimenta sacando un objeto que inquietó a los necromecas que fueron contenidos por su señor con un gesto corporal.
– Como prometí, esta llave será tu acceso a un conocimiento superior, el conocimiento para revivir a un Sycorax, traer de vuelta a una traidora sedienta de venganza o… recuperar a una familia, es posible. Alzando la mano mostró una pieza de un cristal con pequeñas luces verdosa destacando en la oscuridad.
– Ilógico, lo intenté y fallé.
– Tú mismo has visto que ha funcionado, ese caldero posé cualidades para recrear los cuerpos, imagina su poder combinado al libro de los augurios, recuperarías a tu familia.
– ¿Y qué es lo que quieres a cambio?
– Lo evidente, quiero acceso al ordenador central.
– ¿Acceso al ordenador principal? ¿Podría saber la razón?
– Como dije antes con su majestad, hay conocimientos que solamente sirven a la persona indicada y este conocimiento en especial, solo me es útil a mí.
– No prometo nada.
– No es una promesa lo que quiero. Dijo alejándose hasta perderse en las sombras. Flicker se paró en su cabeza, confundido con esa preciosa pieza de tecnología, chasqueando sus patas.
– Lo sé pequeño amigo, de todas las personas que he conocido en este lugar, únicamente ella me da escalofríos, no parece tener sentimientos de ninguna clase, tal si fuese un robot muy básico [...] Sí, muchos orgánicos lo prefieren, así ocultan sus inseguridades, ella, al contrario, no parece poseer ninguna… es "fascinante".
Se maravillaba de las maneras en que esa tensa paz sería rota siguiendo atentamente en sus pantallas al chico que en la entrada ya era esperado por una de las guardianas de una flamante cabellera plateada recargada con una de sus piernas sobre un pilar de acero que le siguió en silencio.
Se maravillaba de las maneras en que esa tensa paz sería rota siguiendo atentamente en sus pantallas al chico que en la entrada ya era esperado por una de las guardianas de una flamante cabellera plateada recargada con una de sus piernas sobre un pilar de acero que le siguió en silencio.
Fin de Epílogo